Oh Julie, si supieras lo deliciosa que eres.
Eres como la dulce miel, de la cual no quiero deshacer de mis manos, tus labios son tan brillosos que me atraen como insecto, tus ojos me llaman a verte siempre y solo poder comerte a besos.
no sabes cuan...
Julie tarareaba mientras era balanceaba en los brazos de Wally, se sentía cansada, y somnolienta como si pereciera en sus brazos, era los inicios del ciclo que caería en su sueño luego de haber estado despierta por ocho meses, era más que la ultima vez y suponía que fue causado por las presencias de Home y de su querida Polillita, en especial este último cuando iba varias veces a verlo a dormir para asegurarse de que se encontrara bien.
Fueron meses trabajados para que pudiera de a poco lograr que su querido invitado se sintiera cómodo dormir solo, aunque se acostumbró a leerle una historia oh contarles las que alguna vez escuchó de su madre oh de Sally y su gran imaginación.
—¿crees que sueñe con Sally? —Wally se mecía acobijando a Julie entre sus brazos mientras apoyaba su mejilla en la cabeza de su amada —claro que podrás cariño ¿Por qué no lo harías?
—quiero escuchar sus historias, por esta vez quiero quedarme unos segundos quieta para escucharla y luego decir a Polilla las historias que me contó —Julie con el sueño llamándola y acobijada en las sabanas que los cubrían a ambos bostezo sin importar la mirada de Wally —De seguro que las escucharas, pero recuerda también de disfrutar todo lo demás.
La acomodó en la cama en medio de este teniendo las almohadas en la espalda dejándola acobijada y protegida, dejó su cabello suelto y como lo hacía antes de que llegara ese insecto arregló todos sus mechones rubios mientras le da el gusto de arreglar su cabello como si de cascadas de oro fueran.
—duerme cariño, verás que en cuanto despiertes podremos escapar de todo esto, te consentiré y te daré en todos tus caprichos mi perfecta muñeca...
Julie se sentía pesada , ya no sentía las extremidades y su respiración era apagada dejando a sus pulmones en un estado más difícil de trabajar y provocando su ciclo de sueño. Wally cubrió hasta el cuello de Julie para que estuviera protegida del frío.
—¿ya está dormida? —Polilla se dio el atrevimiento de ver dentro de la habitación, confirmando sus palabras —lo está, ahora tienes que dejarla de molestar.
Wally se levantó y con matamoscas en mano le dio advertencias a Polilla que claramente captó la amenaza alejándose de la puerta para que él cerrara.
—¿Por qué ahora la dejas aquí en vez del sótano? —El matamoscas lo tenía en su radar, estaba seguro como se llamaba Polilla —porque ahora tengo a Home para que la proteja.
—¿y yo no sirvo para ayudar? —Wally se acercó a la entrada del sótano con el matamoscas a mano solo para molestarlo y traumarlo para enseñarle a seguir sus ordenes —solo de lejos.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Julie se estiró con un sonoro bostezo para deleitar su garganta de recibir oxígeno, los pájaros cantan y las flores como siempre la llaman para hablar de sus días junto al cálido sol que las acariciaba con dulzura. Como rutina se bañó, se vistió y con gran dedicación se arregló su gran cabello.
