Capitulo 9

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Julie estaba alegremente paseando por su hogar, buscando algún pequeño engañito para complacer su estomago que exigía algo de comer y ella como fiel servidora buscaba en su refrigerador, encontrando unas fresas que agarró sin pensar. Antes de cerrarlo espantó unas pequeñas polillas que intentaron entrar a su querido lugar de comida.

—hoy no querida polillita.

Julie tarareando fue al living para seguir buscando algún canal del cual poder ver algo divertido, por desgracia solo había publicidad y noticias de otros pueblos de las cuales no llamaban su atención.

—¡Este hermoso teléfono disco será el centro de atención en su casa y su vecindario! —Julie suspiro y volvió a cambiar el canal —¿cansada de estar siempre rodeada de insectos? prueba con delicias que apartaran estos molestos invitados.

—¿acaso no hay algo divertido? —nuevamente lo cambio a la vez que agarra una fresa y la degustaba sin importar que estuviera un insecto en esta —llama a la dama de la penumbra, ella solucionara todos tus problemas.

—no tengo problemas —lo cambio nuevamente —por favor llama...

Julie soltó un largo y exagerado suspiro como lo haría Sally y se levantó perezosamente para ir a su habitación, se sentó frente a su tocador y empezó a peinar su bello cabello con su cepillo y poner los tubos para hacer sus rulos para dejarlas trabajar en la noche, era su rutina nocturna sin importar que viera insectos en las esquinas de su habitación la seguía como si fuera un mantra.

Apenas ella toco la cama quedó profundamente dormida, oportunidad perfecta para Wally ingresar y quedar observando cada detalle de su amada como si fuera una pintura que debías ver cada detalle para saber su significado y lo que quería dar como mensaje el autor de la obra, la cual sin duda alguna la Obra Julie Joyful significaba la perfección de una musa.

Descaradamente acarició sus mejillas y esos deliciosos labios, no importa cuantas veces los saboreé él quería besarlos y morderlos hasta escuchar sus gemidos que eran el canto hipnótico de una hermosa sirena.

—oh Julie ¿Cómo puedes atrever a ser tan hermosa como yo? —acarició con la yema de sus dedos su cuello y su clavícula —sin duda alguna estas hecha para mi...

Poco a poco bajo sus dedos para acariciar las curvas que eran acobijadas por las sabanas, era una obsesión de la cual no soltaría nunca y que no dejaría que nada ni nadie lo toque o muestre.

Poco a poco bajo sus dedos para acariciar las curvas que eran acobijadas por las sabanas, era una obsesión de la cual no soltaría nunca y que no dejaría que nada ni nadie lo toque o muestre

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—¡¡POR FAVOR SUELTAME!! —gritos y llantos se escuchaban a los lejos, gracias al eco llegaron a ella —¡¡MONSTRUO!! ¡¡MONSTRUO!!

Julie caminaba por el pasillo guiándose por la pared de madera, estaba llena de hongos y la madera estaba extremadamente húmeda. Los gemidos y alaridos de dolor estaban aterrándola, no quería escucharlos ni por un segundo, pero ahí estaba caminando hacía la única puerta iluminada. 

No le gustaba, simplemente no tenía sentido estar ahí y verse obligada acercarse a ese lugar, en especial al escuchar el fuerte golpe de algo caer por las escaleras y luego su risa, la cual solo hizo que temblara como si de un frio inundara su cuerpo.

Muñequita de Miel (EN PAUSA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora