━━O3 ☪

1K 99 17
                                    



Para suerte de Neida, algunos guardianes de los templos se encontraban fuera lo que le facilitó al momento de cruzar por estás. Hasta el momento que llegó al templo de Acuario, sintió nostalgia al recordar que había pasado gran parte de su niñez en ese templo luego lo sucedido con su maestro Krest.

Se quitó la máscara como era de costumbre cada vez que se hallaba en esa casa. Camino hacía donde alguna vez había sido su recámara, se voto a está sintiendo lo suave que era lo había olvidado por completo. Luego de unos minutos se reincorporo, para ir a la cajonera que tenía alado y sacar de uno, de los tantos cajones de esta. Una carta que había escrito hace mucho tiempo confesandole todos sus sentimientos aquel chico de nombre Albafica.

Unos pasos resonaron por el templo de Acuario, sin soltar la carta fue corriendo para ver si, se trataba de su hermano o Kardia. Vaya sorpresa se llevó al ver a ese chico que tanto amaba a una distancia considerable de ella.

El la observó con cierto asombro, pa luego volver a su expresión neutral al notar que esa chica no llevaba puesta su máscara.

Decidiendo hacer como si no hubiera visto nada continúo con su camino, pero la voz de Neida lo detuvo.

— ¿Tu eres Albafica de Piscis? ¿no? —camino quedando a un metro de distancia de él—. Porfavor acepte está carta. Es lo único que le pido.

Sin saber porque el la tomó rápidamente, sin querer hacer contacto con ella pues ya sabría las consecuencias. Le dió la espalda a la chica continuando con su camino.

— Albafica, gracias. —hablo Neida sincera.

El caballero de piscis se había detenido un breve momento, mirándola por encima de su hombro. Para continuar con su caminata hasta su templo, quería mantenerse firme aún cuando su corazón latía con fuerza amenazando querer salir de su pecho.

No entendía las emociones que recorrían todo su ser, nunca la había visto tan de cerca. Sin embargo ya sabía de su existencia cuando su maestro Lugonis le menciono una vez « Tienes una pequeña admiradora, Albafica », en ese momento no lo entendía. Hasta que un día la vió a la distancia con Degel, enterándose que la niña que siempre lo observaba en sus entrenamientos era la hermana menor del caballero de Acuario.

𝐀𝐋𝐌𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀𝐒; Albafica de Piscis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora