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Albafica abrió los ojos sorprendido al ver rastros de escarcha en la armadura de Griffo, está se encontraba rota de innumerables partes. Y si esos rastros se encontraban ahí eso significaba una cosa, su amada Neida había luchado contra él. Pero había algo ya no sentía su cosmos, el caballero de piscis estaba muy mal herido estaba atrapado en la marioneta cósmica de Minos.

El espectro ordenó que se adelantarán.

— ¡No, aguarden! —grito Albafica desesperado cuando estos pasaron a un lado.

Minos lo volteó haber algo aburrido—. Sabes eres igual de escandaloso que esa amazona de bronce —confeso captando la atención completa del caballero.

— ¿Qué hiciste con ella? ¡Responde! —grito lo último.

Griffo enarco una ceja juguetón.
— Averigua tu mismo piscis ahora concéntrate en tu propia vida.

Diciendo ésto movió sus dedos haciendo que Albafica se golpeará a si mismo con su puño repetidas veces. Minos sonrio controlando al pobre caballero, el espectro manipuló el brazo de Albafica específicamente su mano llevando está para que se lastimara su propio ojo, piscis logró frenarse pero dañando su brazo en el proceso.

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A la lejanía en la aldea cercana al santuario la niña de cabellos castaños, cargaba una cesta de flores miró el cielo al ver lo que descendía de esté.

— Son pétalos de rosa.... y eso son copos de nieve —susurro para si misma sin dejar de verlos.

En el sendero rumbo al santuario el joven caballero de piscis, estaba botado en el suelo. Mientras un charco de sangre se formaba detrás de él, aparentando una rosa. El espectro de Griffo sonrió victorioso mientras se retiraba del lugar al menos esté le había dado más pelea que la amazona de bronce.

«Albafica, Albafica» esa bella voz la reconoció al instante. La imagen de Neida sonriéndole vino a su mente, saltando y riendo al rededor de él

«No puedes morir amor mío, no aquí» el caballero abrió lentamente sus ojos.

— Neida... ¿tú? —murmuro pensando el lo peor.

«No hay tiempo Albafica, yo estoy bien ahora descansa mi amor. Yo me encargaré del resto»

El caballero susurro—. N-neida.... —inesperadamente un viento helado, golpeó su rostro. Quedando en éste algunos copos de nieve, eso solo le aseguraba una cosa ella estaba viva.

En la aldea la joven Agasha, caminaba a pasos apresurados hacía su padre algo no le cuadraba, presentía que de alguna u otra forma los caballeros de piscis y cisne, no estaban bien.

— ¡Papá! ¿crees que la señorita Neida y el señor Albafica estén bien? —pregunto alterada.

El mayor se levantó de su asiento con toda tranquilidad—. No te preocupes ellos son los caballeros de la orden más fuertes. —contesto seguro el hombre poniendo su mano en el hombro de su hija.

Mientras que desde una estructura el espectro de Griffo, observaba con una sonrisa sinica el pueblo que, los caballeros de piscis y cisne intentaron proteger. Lanzó un ataque destruyendo todo a su pasó, causando un ligero temblor.

— ¡Huyamos Agasha! —grito el hombre antes de ser aplastado por su propia casa, a causa del ataque del espectro.

— ¡Papito! ¡Papá resiste! —exclamo eufórica la joven de la rosa escarchada en su ropa. Intento mover el escombro que aplastaba al hombre pero era inútil, el no saldría.

El hombre insistió en que lo dejará ahí y que fuera en busca de ayuda al santuario. Ella entre lágrimas cedió, corriendo en busca de las personas que juraron protegerlos, Neida y Albafica.

«¡Tengo que encontrar al señor Albafica y la señorita Neida! ellos prometieron protegernos» dijo en su mente recordando la vez que Neida, la protegió de la lluvia usando la capa de Albafica.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por otro ataque, que la obligó a detenerse. Entre la nube de polvo se encontró cara a cara con Minos de Griffo, este sonrió burlesco al ver la rosa escarchada en los atuendos de la niña.

— Una admiradora de las rosas y el frío. —siseo con burla—. Si eres conocida de esos dos caballeros, tendré que matarte al igual que hice con ellos. —hablo extendiendo su brazo.

Agasha cubrió levemente la rosa escarchada para luego retirar su mano, apretando su puño tomando valor—. ¡No los pudiste derrotar, un caballero de Athena no puede perder contra alguien como tú! ¡Te odio!

Minos embozo una sonrisa torcida, lazando un ataque a la menor. Está asustada se cubrió con sus brazos.

Pero el ataque fue tenido por una silueta, el viento helado se hizo presente. Agasha abrió los ojos con esperanza «Armadura de Cisne»

Entre el polvo Neida se hizo presente teniendo con su brazo el ataque del espectro hacía la menor. Algunas gotas sangre cayeron al suelo, la pueblerina la miro preocupada.

— Su brazo ¿está bien? —pregunto algo asustada, Cisne le sonrió en señal de respuesta.

— Vaya Cisne veo que vienes por un segundo round. —comento el espectro viendo a la mujer frente a él.

— Yo soy Neida, el caballero que habita en los hielos, portadora de la armadura de Cisne ¡Y que ahora te destruirá! —exclamo antes de arremeter encontra del espectro.

En un parpadeó la amazona se encontraba detrás de él, al espectro no le dió tiempo de reaccionar. Solo a una velocidad inhumana la vió de reojo.

— ¡Polvo de diamantes! —el ataque se impacto en el hombre, congelando sus puntos vitales.

Minos miro de nuevo esa escarcha en su armadura lo que lo hizo enfurecer aún más. Por primera vez el espectro se vió obligado a moverse para tomar a su adversario. Neida lo esquivó de milagro, Minos aprovechó esa oportunidad para usar sus hilos en ella.

— Es inútil todo lo que hagas todo terminará como la última vez. —sonrió arrogante, doblegando el brazo de Neida a su antojo. Ella soltó un grito de dolor.

— Te mataré para que te reúnas con tu querido Albafica ¿te parece bien? —se burló.

Pero en ese instante los hilos fueron cortados, Neida cayó arrodillada viendo esas rosas negras brillando con gran intensidad. Su corazón latió aceleradamente.

El estaba bien estaba vivo, Albafica caminaba hacía su dirección mientras colocaba una rosa en su boca, estaba muy mal herido su capa estaba manchada de sangre. Pero no perdía si aura de seguridad.

Albafica vió a su amada de reojo, viendo en las deplorables condiciones en las que se encontraba, su bello rostro tenía sangre seca en él y ni hablar en el hematoma en su mejilla.

El caballero de piscis le dirigió una mirada de odio al bastardo que había golpeado a su esposa.

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Es el capítulo más largo que he escrito hasta ahora 🧤, lo prometido aquí tienen mi humilde capitulo 😌 me gustó el resultado.

Siguente capitulo es el final 🥲 de está bella historia. Está a sido una de mis favoritas.

También publicaré pronto una historia de Afrodita de Piscis, por si gustan pasar a leerla uwu.

Nos vemos en el siguiente capítulo, sin más que decir me despido, cambio y fuera 🧤

𝐀𝐋𝐌𝐀𝐒 𝐃𝐄𝐒𝐓𝐈𝐍𝐀𝐃𝐀𝐒; Albafica de Piscis Donde viven las historias. Descúbrelo ahora