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____ tomó el sobre, lo abrió con delicadeza y saco lo que había en su interior. Un papel doblado con sumo cuidado dejaba ver lo que había escrito ahí.

“Mi pequeña ___, perdón por no estar a tu lado en estos momentos, lamento ser un padre ausente, pero... en mi interior guardo una enfermedad que poco a poco me está consumiendo.
No quisiera irme, te juro que quisiera quedarme, pero no hay solución.... No tienes idea de cuánto me duele en el alma, ya has sufrido bastante el no tener a tu mami contigo y también con su perdida a pesar de que en ese entonces eras un bebé, para ti debió ser muy difícil, al igual que para mí. Me destrozó el corazón cuando se fue, pero al tenerte en mis brazos por primera vez, aquel dolor se convirtió en amor, mi pequeña bebé, no sabes cuánto te amo y a pesar de que ya no estoy contigo, te amare hasta el fin de los tiempos, ___, se que es duro, lloraras, caerás, te destrozaras incluso, pero recuerda que tu madre, y yo siempre estaremos para ti, si necesitas un guía, un consejo o un impulso quizá, mira al cielo y siempre encontrarás una respuesta, te lo prometo, aunque no nos veas, estaremos ahí.
Ahí tantas cosas que quisiera decirte, pero... Lamentablemente no pudo ser así...
Mejor termino aquí, creo que si sigo romperé más tu frágil corazon y eso es lo que no quiero. Se que estás llorando, es inevitable, perdón por no estar ahí y consolarte con un abrazo hija mía... Pero se que eres lo suficientemente fuerte para seguir adelante, se que puedes, te amamos...

                Akitō Kayūmi ”

Al terminar de leer esa carta, las lágrimas ya estaba presentes en sus ojos, le dolía pensar en sus padres, aunque a su progenitora no la recuerda, solo tiene algunas fotografías que la ayudan a imaginarsela, antes también tenía las historias y descripciones de su padre, pero ahora no. Lloro en silencio aferrando esa carta en su pecho, quería gritar, quería desahogarse, pero no podía, sus hermanos se despertarían.

Luego de unos minutos, le entró el sueño, pensar tanto en sus queridos padres le termino pasando factura, le dolían los ojos y la cabeza de tanto llorar, de igual forma su cuerpo se sentía pesado y cansado, por lo cual se acomodó en uno de los futōnes y al cerrar sus ojos quedó completamente dormida.

Al día siguiente nuevamente fue la primera en despertar, se frotó los ojos que sentía pesados por estar llorando la noche anterior. Ahí fue cuando recordó el libro, se puso de pie rápidamente y verifico el libro, ahora con más luz y con más claridad podía ver su interior.

— Cazadores: Posturas y Respiraciones... — Leyó el título de la primera hoja con detenimiento tratando de comprender a lo que se refería — Respiración del fuego...

En el libro habían escritos breves sobre cada respiración, siendo la respiración Solar la más poderosa de todas y la original, que al pasar los años fue adaptada por otras personas.

— Hay varias cosas escritas aquí... — Volteo la página que seguía para ver lo que estaba escrito — Narran algunas cosas que vivió mi padre...

Siguio ojeando más el libro, sin embargo unos ruidos la distrajeron de su lectura, eran los movimientos de sus hermanos pues ya estaban por levantarse, así que rápidamente guardo el libro y se fue a preparar el desayuno. Luego de comer, se puso a arreglar los Kimonos que le habían pedido. Así paso su mañana, limpiando, arreglando, cuidando a los menores. Ya había llegado el medio día, y había culminado con las prendas, solo faltaban entregarlas, iría en un rato más, pues quería ver más el libro.

— Tengan cuidado, se pueden lastimar — Advirtió sentada en la puerta de entrada, mientras tenía el libro en su regazo — No jueguen con esos palos.

— ¡No te preocupes nee! — Exclamó Akiyā con una gran sonrisa — ¡No nos pasará nada!

— ¡Nada, no pasara nada! — El castaño menor siguió con el juego sin más — ¡Nii~san!

La pelinegra solo negó con un pequeño suspiro, mientras ellos jugaban, abrió el libro y busco la página donde estaba, ya había terminado de leer las reparaciones que estaban escritas ahí, no era mucha información, solo algo breve que explicaba cada una. Llegó casi a la mitad del libro y ahí fue cuando vio algo que le llamó la atención. Otra carta.

— Que dice... — Murmuró tomando el sobre para poder leerlo — A ver...

“___, hija, se que lo que te voy a pedir es muy egoísta, y posiblemente tu no quieras tener nada que ver con esto, pero, creo que es completamente necesario que lo aprendas. Este libro si no te has dado cuenta ya, contiene información sobre técnicas contra demonios, a las cuales se les llama "aliento o respiración". Pero en este punto eso no es lo importante, sino lo que quiero que aprendas. No te lo comenté nunca pues eras una niña solamente, pero ahora que eres más grande y piensas mejor las cosas, es momento de que te enteres...
En algún punto de mi vida, yo también serví como cazador, tiempo después llegó tu madre, nos enamoramos y te tuvimos, pero esa queda para otra historia. Lo que te quiero decir, es que si te has percatado, un cazador domina una respiración en especial, ya sea la del agua, la del fuego, etc... Yo dominaba la Respiración Flor de Loto. Esta técnica es una derivada del fuego, y es bastante fuerte.

Pensaba decírtelo cuando seas mayor, y enseñarte por mi propia cuenta, pero... cómo ves no es así... quiero que aprendas las técnicas de nuestra respiración y te protegas a ti y a tus hermanos, será difícil, y más si lo aprendes tu sola... lamento mucho eso... Se que no tienes que cargar con una responsabilidad tan grande, pero no tengo a nadie más ___, eres mi única esperanza... al igual que Akiyā y Shiōko, pero ellos están muy pequeños todavía... por favor no me odies.... Te amo”

La joven se quedó atónita, ¿Dominar una respiración? ¿Ella?, ¿Será capaz?, Ella no es alguien fuerte, mucho menos tiene la suficiente valentía para poder hacerlo. Dejó de lado sus pensamientos y volvió a mirar el libro, en el, habían plasmados varios dibujos de un señor con una katana de varias formas. Luego hacia una serie de movimiento consecutivos en compañía del arma, está parecia como si sacará fuego o algo por el estilo.

— Está es la respiración de papá... — Paso uno de sus dedos por encima de las ilustraciones, admirando cada detalle de estas — ¿Podré yo aprenderla?

— ¡Nee-san, es hora de entregar el Kimono! — Gritó el menor de ellos tres llegando hasta ella — ¡Akiyā-nii, se quedará conmigo! ¿Verdad?

— Si, se portan bien — Pidió la mayor mientras alistaba sus cosas — Bueno, no demoró, no hagan travesuras, ya saben, no salgan si se oculta el sol.

— ¿Porque no podemos? — Inocente fue su pregunta, pero lo que no sabía esque había puesto con los pelos de punta a su hermana mayor.

— Porque hará frío y se pueden enfermar — Contesto nerviosa, aún no era el momento para decirle algo tan atroz — Bueno, Shiōko-chan, Akiyā-chan, ¡Ya vuelvo!


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▪︎Por Ti▪︎  || Kyōjuro Rengōku Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora