◆9◆

41 6 0
                                    

Al ver que el muchacho se había quedado dormido, decidió ir a su habitación para poder descansar, sin embargo unos rasguños captaron su atención. La caja que estaba en una esquina del cuarto comenzó a abrirse.

— El demonio... — Murmuró la joven con sorpresa, pues no se esperaba que la criatura decida salir de su escondite — ¿Levanto a Tānjiro?

La pelinegra no pudo terminar de decidir pues una pequeña criatura ya había salido de la caja, observó con detenimiento como una pequeña niña de ojos rosados se paraba frente a ella y comenzaba a crecer. Al terminar su "crecimiento" se detuvo a observarla, miro como su hermano estaba dormido en el regazo de la joven quien, se parecia a su madre y ganándole sus impulsos se acercó a ella.

— Hola... — Murmuró la chica sin saber que hacer, a lo que la pequeña demonio contesto sonriendo o al menos haciendo el intento cerrando sus ojos — ¿Podrás entenderme?

La muchacha solo se le quedó viendo desviando su mirada a un lado, para luego ver a su hermano mayor, le brillaron los ojos al ver las caricias de la muchacha, y la miró.

— Oh, tu hermano estaba muy cansado — Le dijo mirando a Tānjiro y luego la miro a ella, a quien le brillaban los ojos por la acción de la joven — Eh...... ¿Tu... estás.... mirándome....

La joven no terminó su preguntas pues cerró su boca y cuidadosamente acercó su mano a la cabeza de la pequeña niña. Con lentitud colocó su palma sobre su cabeza a lo que la pequeña cerró los ojos, esperando a que comenzará la sesión de caricias para ella.

Y así fue, la ojiverde poco a poco comenzó a acariciar inconscientemente a la joven, quien gustosa lentamente se echó al lado de su hermano y lo abrazó.

— Oh... — Dejó salir mientras seguía con caricias para ambos hermanos, para luego sonreír, no era lo que esperaba, pero le parecía tierno — Ya veo, tu también estás cansada.

Las caricias duraron por varios minutos más, hasta que la joven pelinegra se quedó dormida en esa posición. A la mañana siguiente, está se encontró recostada en un futón.

— ¿Eh? — Confundida se sentó viendo a todos lados, no encontrando a nadie — Parece que ya se fue-

— ¡Buenos días ____-san! — Exclamó un rubio mientras entraba a la habitación con una sonrisa — ¡Espero que hayas dormido bien!

— Oh, Zēnitsu — Murmuró para luego sonreír — Gracias, si dormí bien. Pero pensé que ya se habían ido.

— Buenos días — Un pelirrojo hacia su ingreso con una muy grande sonrisa, al parecer había dormido bien y un poco apenado dijo — ____-san muchas gracias por lo de ayer. . .

— No es nada — La joven les regaló una sonrisa para luego levantarse y acomodar las cosas — Bueno, yo me tengo que ir, ¿Y ustedes?

— ¡También! — Exclamó el muchacho cabeza de jabalí entrando de golpe a la habitación, perturbado a la ojiverde — ¡Pero antes de que te vayas, enfrentate a mi en un duelo!

— ¡Inosūke! — Chillo el pelirrojo mientras lo intentaba calmar pues este tenía las intenciones de ir contra la pelinegra — ¡No la molestes!

— ¡Monjiro entiende! — Le reclamó el nombrado — ¡Ella no puede ser mejor que yo! ¡Derrotó a un demonio sin que yo lo haya visto!

— ¡____-san debe ser muy fuerte! — El rubio interrumpió en la pequeña discusión, pero sin que ninguno se diera cuenta, la pelinegra se había escabullido para salir de ahí — ¿Eh, y ____-san?

— ¡Se está escapando! — Exclamó el jabalí saliendo de ahí corriendo — ¡No puede ser, necesito esa pelea!

Los tres jóvenes se dispusieron a buscar a la joven pelinegra por todo el lugar, hasta que la encontraron hablando con la señora del día anterior.

▪︎Por Ti▪︎  || Kyōjuro Rengōku Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora