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La joven se movía ágilmente empuñando su katana, analizando la situación, concluyó que el demonio en si no era fuerte, sin embargo no podía acercarse mucho por la técnica de sangre, que eran ataques con ácido. Por lo que debía tener cuidado.

- Si ese ácido me cae, estaré frita - Pensó mientras estaba encima de un muro - Literalmente.

- ¡Basta de juegos! - Exclamó enojado el demonio mientras la veía con odio - ¡Baja y enfrentame!

- Como quieras - Le advirtió la joven quien bajo de un salto, empuño nuevamente su katana para volver a la acción.

En ese momento un grupo de tres muchachos apareció detrás del demonio, ganándose la atención de este y de la joven.

- ¡Aquí está el demonio, Monjiro! - Exclamó un extraño chico con cabeza de jabalí - ¡Aquí voy!

- ¡Inosūke espera! - Gritó uno de cabellos rojos intentando detener a su amigo - ¡No seas precipitado!

- ¡Que miedo! - El rubio del grupo se aferró al que llamaron "Monjiro" - ¡Mira una chica!

- ¡Cuidado! - Advirtió la joven al muchacho con piel de animal mientras se acerca sin ninguna precaución hacia el demonio - ¡No te acerques así!

- ¡Tu no me dices que hacer! - grito ignorando a la chica - ¡Muere!

El demonio río con sorna, aquel intrépido muchacho sería la presa perfecta para su letal ácido.

- ¡Inepto, debiste hacerle caso a tus amigos! - Exclamó mientras acumulaba ácido en la boca - ¡Muere!

- ¡Eh, maldición! - Gritó el nombrado al ver que no tenía como escapar de aquel letal ataque - ¡No puedo esquivarlo!

- ¡Inosūke! - Exclamó el pelirrojo preocupado.

El sonido de un corte calló la boca de todos. La muchacha que antes le había advertido al joven intrépido había rebanado el cuello del demonio en un movimiento fugaz, que ninguno de los cazadores pudo ver.

- ¡Sal de ahí! - La chica tomó al cabeza de jabalí y rápidamente saltó de ahí cubriéndolo con su propio cuerpo, fue cuando se dieron cuenta que el cuerpo del demonio había explotado, mientras salpicaba a chorros ácido letal que derretía todo a su paso, incluidas las paredes - ¿Te encuentras bien?

- ¡Inosūke! - Gritó el pelirrojo acercándose a su compañero - No debiste hacer eso.

- ¡Una chica linda! ¿Cómo te llamas? - Preguntó rápidamente mientras tomaba las manos de la chica y la veía con una sonrisa - ¡Yo soy Zēnitsu Agatsūma, y ellos son mis amigos!

- Mucho gusto - Saludos la pelinegra haciendo una reverencia - Mi nombre es ___ Kayūmi.

- Gracias por haberlo salvado... - Le agradeció el pelirrojo acercándose un poco a ella - Mi nombre es Tānjiro Kāmado y el Inosūke Hashibira.

- Me da gusto saber que están bien - Les dijo la joven alejandose de ellos para examinar al demonio - Ya se acabó.

- ¡Miren, la señorita ___ a acabado con el demonio! - Gritó la anciana que antes la llamó - ¡Viva!

Ahí en frente de todos, estaba todo el pueblo gritando y festejando por la azaña de la joven, quien los veía con sorpresa.

- No es nada - Dijo rascándose la nuca y una sonrisa - Mi trabajo es acabar con los demonios.

- ¿Usted es cazadora? - Pregunto el Kāmado con sorpresa ganándose la mirada de la chica - Perdon por preguntar.

- No, está bien - Tranquilizó la pelinegra con una sonrisa, provocando que el rubio se sonrojara y tapara su cara - Si soy cazadora, pero el trabajo aquí ya terminó, por lo que me tengo que ir.

▪︎Por Ti▪︎  || Kyōjuro Rengōku Y Tú.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora