Capítulo I

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Para Becca una estudiante de la escuela de magia de Beauxbatons, cada día es único. A lado de su mejor amiga Fleur Delacour, con quién comparte todos sus momentos felices y tristes, o eso es lo que han hecho desde hace años. Cada día al bajar a desayunar se encuentra con su mejor amiga y platican sobre lo que harán en su día. Solo que hoy será diferente. 

Desperté tarde y bajé lo más rápido posible a reunirme con mis amigas, al llegar me encontré con la sorpresa que tenía una carta para mi, la abrí con el presentimiento de que encontraría alguna noticia que cambiaría mi día por completo. -Becca. 

Comencé a leer la carta y encontré en ella las palabras de mi padre que decía que el momento de cambiarme de escuela había llegado, no me sorprendía, puesto que ya habíamos platicado sobre eso en alguna cena familiar, pero no esperaba que fue tan pronto. -Becca.

Con una cara de confusión llegué con Fleur, quién inmediatamente preguntó sobre mi estado. -Becca. 

-¿Qué pasa? ¿Estás bien?- preguntó Fleur. 

Sin agregar más solo dije, - me cambiaré de escuela-

Fleur con sorpresa preguntó, -¿Cómo?, ¿Por qué? ¿A dónde irás?-

-Ya aprendí lo suficiente según mi padre, ahora iré a Hogwarts- Con seguridad le respondí. 

Ella me conoce bien así que musitó - no te ves enojada - 

Yo no lo estaba, si quería hacer ese cambio, solo que aún no estaba lista, así que respondí - no lo estoy, me da gusto conocer una nueva escuela, solo que te voy a extrañar- 

Fleur puso una cara llena de ternura, casi no le decía lo mucho que la quería, pero ella respondío con mucho cariño - Yo también te voy a extrañar, ¿cuándo te vas? -

- Mañana por la mañana - respondí. 

- Entonces hay que hacer algo esta noche - con una mirada pícara ella respondío y eso lo significaba una cosa ... noche de chicas. 

La noche fue la mejor, tenía tiempo que no disfrutábamos una noche así, estuvimos viendo péliculas y platicamos sobre como serían los chicos en mi nueva escuela, ella decía que es una pena que no me pudiera acompañar, yo solo la consolaba. Esa noche dormimos hasta tarde y al despertar era momento de despedirnos, pues una nueva etapa llena de experiencias me esperaba. -Becca. 

Para evitar que Fleur llorara, tuve que actuar muy tajante con ella así que solo dije - Adíos Fleur, te veo pronto - 

Aún así ella soltó varías lágrimas de sus ojos, varías chicas se acercaron para abrazarla, con la voz entre cortada ella dijo - Cuidate, Becca -

Y con la imagen de Fleur llorando mientras mi corazón se hacía pequeño, me subí al transporte que me llevaría a un nuevo destino. Durante el viaje a Hogwarts, no hablé con mis padres, aunque ellos me contaban como sería mi vida ahí y lo mucho que apredería a controlar mi magia, la magia que sale de mi y no la que se trabaja a través de mi varita. Para mi suerte es algo que controlo bien, pero esta vez se siente diferente. -Becca.

Al llegar a Hogwarts mi padre Gellert Grindelwald, me dio una noticia - Becca, hay unos detalles y no podrás quedarte con tu varita, en la semana te enviaremos una nueva - 

- ¿Por qué no puedo tener mi varita? - Con un toque de enojo respondí. 

- Solo se permiten varitas de madera y no de metal como la tuya - Mi padre exclamó. 

- No te preocupes, nosotros buscaremos una especial para ti. Ahora entra a tu nueva escuela. - Mi madre agregó. 

Mi madre Vinda Rosier, siempre ha sido una mujer fuerte y cálida, su forma de mediar los problemas entre mi padre y yo es maravillosa, durante mi infancia me enseñó francés y por ella fui a Beauxbatons, en esta ocasión el poder de mi padre ganó. Aunque mi madre pudiera sobrevivir de manera independiente, siempre le haría falta el apoyo moral de mi padre y es por eso que ellos son los indicados el uno con el otro. -Becca.

Por mi parte, estoy a unos cuántos pasos de llegar al lugar en dónde seré presentada y según mi padre será el lugar en dónde mi poder crecerá. -Becca. 

Magia, venganza y amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora