Capítulo 46

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La casa de Lisa y Jackson es preciosa. Está situada en el bello municipio de Bongseong-ri y es un chalet grande, alegre y con un bonito y amplio jardín donde, además de gente, veo corretear a varios Golden Retievers de color canela que me enamoran. Siempre he querido tener un perro así.

Jung Hyun, como siempre, va impecablemente vestido, pero está más serio de lo normal. Le pregunto qué le ocurre, pero él niega con la cabeza y me responde que nada. Pero no, no lo creo. Aun así, soy discreto y no pregunto más.

Encantado, miro a los perros. Y Jung Hyun me explica que Jackson y su hermana son unos enamorados de esa raza. Tienen una pareja llamada Kimba y Lobo, y la última camada que tuvieron se la endosaron enteramente a la familia. Vale, Jungkook me dijo que tenía un perro llamado Bam.

Estamos hablando cuando los Golden se nos acercan y me entero de que son de Jung Hyun. Se llaman Moon y Sun, y están allí porque al día siguiente él se marcha a Los Ángeles y los dejará en casa de su hermana.

Estoy escuchándolo cuando veo a Jungkook sentado con su padre y su sobrino Mingyu en una de las sillas del jardín.

Por favorrrrrrr, más guapo no puede estar con ese pantalón vaquero y la camisa negra que lleva. Mi dios griego bajado del olimpo solo para mí, es purita tentación, y yo tomo aire para serenarme o juro que me tiraré a sus brazos.

Según nos acercamos a ellos, noto que Jungkook me mira. Y digo que lo «noto» porque lo hace tras las gafas de sol, aunque estoy seguro de que no me quita ojo. Eso me excita, y más después del tonto rifirrafe que hemos tenido por teléfono.

¡Uf, qué nervios!

Dong Hae me ve. Rápidamente se levanta y, viniendo hacia mí, dice:

—Ay, mi niño, qué alegría tenerte aquí.

Gustoso, lo abrazo. Dong Hae es un amor. Entonces Jackson y Lisa se acercan también a saludarme junto a una chica jovencita que me dicen que es su hija, Mina. ¡Qué linda! Tengo junto a mí a todos los Jeon, y su unión me demuestra lo importante que es para ellos la familia. Feliz, los saludo a todos. Y Dong Hae, dándose la vuelta, mira entonces a Jungkook, que no se ha levantado, y pregunta:

—Jungkook, hijo, ¿no vas a saludar a Jimin?

Observo que él se pone en pie con cierta desgana. Me hace gracia ver su teatrillo, y, acercándose al grupo, a diferencia del resto, que me da dos besos, él me tiende la mano y dice:

—Un placer verte por aquí.

Sin dudarlo se la estrecho.

—Lo mismo digo.

Acto seguido, y para dejar de mirar a Jungkook, comienzo a hablar del jardín y de los perros. Todos se unen a mi conversación mientras Mingyu y yo nos miramos. Sin hablar nos entendemos, y sé que Hani y el pequeño están bien.

Minutos después Lisa me toma del brazo y comienza a presentarme al resto de los invitados. Allí hay primos de ella, primos de Jackson y multitud de amigos. Entonces, de pronto vemos a Mingyu con unas llaves de coche en las manos.

—Tesoro, ¿adónde vas? —pregunta su madre.

Él se acerca a nosotros, tiene los andares de sus tíos, e indica:

—He quedado.

—¿No te quedas a la fiesta de tu padre? Él me mira sonriendo y suelta:

—Tengo planes.

Lisa gruñe. Le parece fatal que su hijo no esté en la fiesta de su padre, y finalmente él, tras mirarme, dice:

—Vale, mamá, vale. ¡Adiós!

You are my destinyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora