Megumi - "¿Pechuga o muslo?"

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Los trabajos en grupo y más aún las exposiciones en grupo son innecesarias.

Aún así tenía que arreglármelas y soportar a mis compañeros de grupo. Tenía que aprenderme la mayor parte de la exposición del próximo lunes porque mi grupo estaba conformado por puros hombres tontos que no hacen más que hacer bullicio en las clases y lanzar bolas de papel.

—La célula vegetal se diferencia de otras células eu-eucariotas, principalmente de las células animales, en que posee pared celular... Cloroplastos, y una gran vacuola central —repetí por décima vez en mi mente, tratando de memorizar todo.

—¡Megumi, mijo! —me llamó mi papá desde la cocina.

Rodé los ojos y me apreté la cabeza en cuanto escuché su grave voz. No quería escuchar su voz, ¡estaba estudiando!

—¡Megumi, te estoy llamando! —me volvió a gritar entre el ruido de los partidos de fútbol en la televisión y las ollas cayéndose en la cocina.

«Pinche Toji castroso.»

—¿Qué quieres? —pregunté con las cejas fruncidas, acercándome a la cocina.

Era un desastre, como todo lo que hacía mi papá. Habían ollas y platos por todos lados, verduras mal cortadas, arroz tirado en el suelo. ¿Qué pretendía hacer?

—Vete a la carnicería y consigue... ¿Qué carne le echaba tu mamá al caldo de pollo?

Me quedé callado, mirándolo fijamente sin poder creer lo que me estaba preguntando, a veces pienso que lo hace a propósito, solo para molestarme.

No quería responder su pregunta, era demasiado estúpida para tomarme la molestia.

—¿Dónde está el dinero? —pregunté entre dientes.

De su bolsillo sacó tres billetes doblados y arrugados, lo que todos llamábamos "billetes de borracho". Levanté una ceja disgustado por sus billetes en tan mal estado.

—Trae un pollo entero, pero sin las alas, las patas y la cabeza.

Solo la pechuga y muslo.

Agarré aire como método para tratar de calmarme, estoy seguro que en serio lo hace para molestarme.

—¿Qué más?

—Solo eso, y te apuras —exigió regresando a la cocina y agarrando unas olla del suelo.

Ignoré su exigencia y salí de casa. Los sábados en la colonia siempre se escuchan igual, doña Carolina escuchando canciones de señora dolida, don Cando haciendo sus trabajos con la pulidora y doña Yoli de la panadería cociendo frijoles en olla de presión.

Pero el sonido que más me llama la atención, es la vieja radio de la carnicería "Donde don Paco". Mientras más me acerco más puedo escuchar... Canciones de Bronco.

No sabía que la gente hoy en día realmente escuchaba ese grupo por gusto. Es decir, no tiene nada de malo, cada quien escucha lo que quiere. Pero ¿qué no son canciones para pobres hombres muertos de amor?

Y atendiendo en la carnicería, estaba la esposa de don Paco y su hija, (Nombre).

Antes de mi habían dos señoras pidiendo cantidades inmensas de carne. Dos libras de bistek, tres libras de cerdo, una libra de carne molida, dos libras más de costilla. ¿A dónde llevaban tanta carne?

Mientras las señoras hacían la despensa de lo que parecía un mes, yo me limité a ver a las mujeres usando esos afilados cuchillos, moviéndose para pesar, embolsar la carne y escuchando "Libros tontos" de fondo.

—¿Algo más seño Amparito? —Preguntó (Nombre) amablemente.

—No nena linda, eso es todo.

Enfocado en las terceras interacciones, me percaté de que... La hija de don Paco era realmente linda, amable y aparentemente talentosa para el negocio de sus papás. Ahora que lo pienso, siempre fue linda, las veces que la miraba por el vecindario me sentía atraído por ella.

Supongo que podía afirmar que me gustaba.

Cuando las señoras se fueron por fin era mi turno. Me acerqué, ella me sonrío y me sentí inexplicablemente nervioso.

—Buenos días. Regálame una... Una libra y media de pollo —pedí mirando hacia abajo, tratando de "planchar" los billetes arrugados.

—Ay lo siento —volteé a verla cuando exclamó—. No regalamos pollo, solo puedo vendértelo.

Me quedé helado unos segundos, mientras mi cerebro trataba de procesar lo que obviamente era una broma. Al ver mi reacción ella rio suavemente y agarró varias piezas de pollo.

Me sentía tan tonto y perdido que me sonrojé, tratando de ocultar la vergüenza que siento ahora. ¿Por qué tuve que decir "regálame"? Pero es así como todos dicen. Quizás (Nombre) solo intentaba hacer una broma amistosa y quizás ¿coquetear?

¿Una chica coqueteando conmigo? Difícil de creer.

Con eso en mente, posé mis ojos sobre ella. Inevitablemente bajé la mirada hasta su escote. ¡Que asco doy! Parezco un pervertido mirándole los pechos. Está mal, pero lo vuelvo hacer, ¿por qué lo vuelvo hacer!

—Dime qué prefieres, ¿pechuga o muslo?

Absorbido por mis pensamientos y mi torpeza, arrugué las cejas. Siempre me han preguntado eso, y la verdad es que...

—Ninguno. Personalidad. No quiero ser como los demás hombres que solo se fijan en...

¿De que estábamos hablando?

Las acciones de (Nombre) se detuvieron y su expresión detonaba confusión y desorientación.

—A-ah, me refiero al... —Dijo lentamente, mirándome con extrañeza—. No conozco esa parte del pollo.

Ay Dios mío.

Aclaré mi garganta, evitando la mirada. —Pechuga y muslo bien, está bien, los dos, ajá. Pechuga y muslo.

Cuando pienso que no puedo ser más torpe, me súpero cada vez más. La vergüenza que siento ahora mismo es tan grande que me dan ganas de desaparecer.

Apreté los labios y miré hacia otro lado para tratar de ignorar la incomodidad que se había creado.

Después de un rato, (Nombre) me entregó mi compra. Me percaté que sus labios escondían una sonrisa y sus mejillas un rubor.

—Aquí tienes tu personalidad.

Lo admito. Fue gracioso.

—Gracias —fue lo único que pude responder al entregarle el dinero.

Y finalmente regresé a mi casa, rojo de vergüenza. Mi primera interacción con una chica que me gusta fue una humillación. No volveré a hacer los mandados de Toji, ni tampoco me humillaré así, en ninguna otra tienda.

Extras:
• El caldo de Toji fue un éxito.

• Megumi tuvo que ir a la carnicería varías veces más.

• (Nombre) tuvo un momento de emoción y confusión cuando Megumi se fue. Le dio mucha risa lo que sucedió, tanto que encontró a Megumi lindo.


M| un os chiquito ^w^

Cholo Kaisen | OSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora