La primer semana en Seattle ha pasado demasiado rápido, pero yo no he recibido ninguna carta desde aquella vez, tomo una respiración profunda y me veo una vez más en el espejo, trajo formal de falda y saco color azul con una blusa beige, un pequeño collar dorado y cabello suelto con risos, mascara para pestañas y labial en tono cobre, pantimedias y zapatos de tacón beige, asiento y tomo mi bolso, mi primer día de trabajo. Me apresuro a salir de casa y dado mi tiempo sobrante elijo caminar para intentar tranquilizarme en el camino.
El edificio del bufete me resulta más imponente de lo que recordaba, supongo que la ausencia de Brandon lo hace más evidente e intimidante, pues no cuento con su seguridad de respaldo, me adentro en aquel lugar y camino hacia el elevador recordando las instrucciones que enviaron la noche anterior, bajo en el tercer piso y camino directamente a la oficina del licenciado Spencer Bullorck, mi nuevo jefe, su mirada sube cuando llamo a su puerta y sus ojos se abren, sonríe y me indica que pase.
—Señorita Menster –dice y sonrío con educación, —Brandon me dijo que eras puntual, y una vez más, no miente –dice y sonrío sintiéndome más tranquila, —toma asiento, hablemos un poco –pide y acepto, me siento cuando él me lo indica y lo miro esperando que continúe, —como sabes el trabajo para que hagas tus practicas será como mi asistente –dice y asiento, —pero dado que estas calificada y tienes buenas referencias de respaldo, he anotado tu nombre para competir por una planta para ser un abogado más del consorcio –informa y mis ojos se abren, ¿Qué?, su ceño se frunce, —¿Brandon no te lo dijo? –niego y suspira, —cada año hay translados dentro de nuestras cedes a Madrid, los Angeles o Paris, y es necesario llenar las plantas que quedan, este año, serán 3 los abogados que dejan el despacho, lo que deja 3 plantas libres –comenta y asiento, —todos aquellos que son recomendados por sus superiores entran en... nosotros le llamamos subasta –dice divertido, como si fuera algún tipo de broma, —solo los que tienen al menos un año o mucha capacidad son recomendados, dado que si ellos quedan mal, nosotros también –dice y frunzo el ceño.
—Pero usted me recomendó aunque no es consciente de mi trabajo ni desempeño –murmuro y se encoje de hombros, cruzo mis brazos sobre mi pecho molesta, —¿este fue algún tipo de favor para Brandon? –Pregunto y niega a prisa, miente, —¿el trabajo se me dio solamente porque él lo pidió? –gruño y sus ojos se abren, maldigo en un susurro y me pongo de pie sintiéndome avergonzada, molesta y estúpida, ¿realmente pensé que el consorcio de abogados más importantes del País iba a mostrar interés en contratar a una estudiante recién graduada?, era más estúpida de lo que pensé, quiero llorar pero no me lo permito, mi celular suena mientras salgo del edificio y el nombre de Brandon aparece en la pantalla, maldigo y cuelgo inmediatamente, pero esta vuelve a sonar, 30 veces más, entonces me enfado y apago el celular, llego al departamento y me encierro, entonces lloro, porque me siento estúpida, fracasada y realmente asustada, ¿Qué se supone que haré ahora?, no puedo volver a casa.
Jueves, 4 días encerrada en las 4 paredes de aquel pequeño departamento, compartiendo mi depresión con la vergüenza, humillación y lástima que siento de mi misma, el celular había estado apagado todo ese tiempo y había calmado a mamá diciéndole que mi celular se había descompuesto, si, le había mentido a ella. Me pongo de pie cuando no puedo aguantar más las ganas de hacer piz y corro hacia el baño, cuando salgo llaman a la puerta y aunque quiero ignorarlo y seguir compadeciéndome de mi en la cama, no quiero ser grosera o asustarlos, quizá mis vecinos me creían muerta, tomo mis jeans y me los coloco a prisa, tomo una playera cualquiera y me la coloco de la misma manera mientras camino hacia la puerta, la cual, tan rápido como abro, quiero cerrarla, pero él lo impide, y entra sin ser invitado.
—¿Qué estás haciendo aquí? –pregunto molesta.
—No has ido a trabajar, no has respondido mis llamadas o correos, apagaste tu celular y no has salido de esta habitación desde el lunes, me preocupaste así que me apuré a terminar mis asuntos y vine tan rápido como me fue posible –informa y frunzo el ceño, —¿Por qué apagaste tu celular? –pregunta de nuevo.
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7 Noches de pecado.
ChickLitLibro 1 de la trilogía Cooper. Advertencia: El siguiente material contiene escenas de sexo en algunos capítulos. Prohibida su copia y/o adaptación. Obra registrada en Safe crative. Código: 1505224151402 Licencia: All rights reserved. #19 Chick -Lit...