10.

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Viernes, 5to día y 3 orgasmos antes del desayuno, y aunque al principio me fascinaba, la idea de los números comenzaba a preocuparme, el infierno ya no me resultaba tan tentador.

—Pasaré a recogerte a las 7:00 –dice Brandon mientras caminamos hacia la puerta, asiento y sonrío, —recuerda que te quedaras a dormir conmigo –dice y asiento una vez más, —y que mañana nos iremos a Portland, así que prepara lo que llevaras –asiento de nuevo y me acerco a besarlo.

—Extráñame –pido y sonríe besándome de nuevo.

—Siempre –asegura y limpio sus labios con mis dedos, —deja allí –protesta, —que todos vean que he sido besado –dice y río.

—Si las mujeres ven eso no querrán besarte –digo y se encoje de hombros.

—Solo me interesa que quieras besarme tú –asegura y sonrío, beso de nuevo sus labios y me giro corriendo hacia la oficina.

—Eliza –me llama el jefe y maldigo al saber que me regañara por llegar tarde, "eso es lo que querías" se burla mi subconsciente y jadeo.

—¿Si licenciado? –digo entrando a su oficina.

—Tendré una reunión con un nuevo cliente, ¿le gustaría acompañarme y tomar notas? –pregunta y mis ojos se abren, asiento a prisa y asiente intentando retener la sonrisa en su rostro, ¿tan desesperada me vi?, —nos vamos a las 3, tiene trabajo que hacer y tiene que comer antes de eso, así que le aconsejo que se de prisa –señala y salgo de allí. Reviso el caso y comienzo a señalar las irregularidades, frunzo el ceño y me pongo de pie caminando hacia la oficina de Bullock.

—Licenciado –llamo su atención y me mira.

—¿Si?

—Estuve... estoy revisando el caso pero ya esta resuelto, fue declarado culpable, ¿Qué debo buscar? –pregunto y sonríe.

—Ese es el caso del cliente al que veremos –dice y asiento, —y buscamos cualquier cosa que impida que le quiten a sus hijos –dice y abro mis ojos, en lo que había leído, él la había engañado en su propia casa, había perdido la mitad de sus bienes a causa del fraude del cual se empresa fue demandada y había querido dejar el país con sus hijos cuando se le prohibió que lo hiciera.

—De acuerdo –murmuro y regreso, sin duda no comería de nuevo.

Me pongo de pie cuando el licenciado aparece para anunciar que nos vamos, tomo mi bolso y el expediente.

—¿encontraste algo? –pregunta mientras subimos al auto.

—Un par de confesiones donde vecinos afirman que ella les gritaba a los niños –indico y asiente.

—Eso fue todo lo que encontré –señala y niega, cuando llegamos a la casa del individuo que intenta no perder la custodia de sus hijos mis ojos se abren, el lugar es enorme.

—Spencer –saluda el hombre saliendo y mis ojos se abren aun más, —y...

—La abogada Menster –presenta mi jefe y estrecho la mano del hombre de forma profesional.

—Bien, adelante –nos invita y caminamos detrás de él.

—Axel, seré completamente honesto contigo, tu caso es difícil –comienza a hablar mi jefe y yo continuo revisando el expediente, —¿licenciada Menster? –llama mi atención mi jefe y lo veo.

—¿perdón?

—Las pruebas –dice y asiento.

—Lo que más afecta en el caso es que usted intentó salir del país cuando se le prohibió –digo y él asiente.

7 Noches de pecado.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora