Capítulo 9:
Aksel.
«🔸»
Según el reloj de mi habitación, eran las 7:00 de la mañana. Ya estaba cambiada y lista para salir en busca de Aksel. Aún no tenía mi móvil y llevaba más de 24 horas sin hablar con Anna. Afortunadamente, Cris le había podido contar que estaba sin el aparato electrónico.
Abrí la puerta de mi habitación con mucho cuidado. No quería despertar a nadie un domingo por la mañana, pues era el día libre de mi madre, quien seguramente estaría descansando, al igual que Nicolás. Cuando llegué ayer de haber estado con Danny, no encontré a Tomás ni a Nicolás por ninguna parte; solo estaba mamá, que llegó más temprano de lo habitual porque habían tenido pocos pacientes. No sé si ya mencioné que mi madre es doctora. Ayer me contó que habían encontrado a un niño en un incendio. Llegó con algunas quemaduras, pero lamentablemente no se sabía nada de los padres. El caso había pasado a manos de unos oficiales. No me imagino cómo debe estar el pobre niño. Casos así son los que llegan a los hospitales: algunos con problemas familiares, otros con discapacidades, enfermedades o algún tipo de violencia, tanto física como psicológica. En fin, muchas cosas...
Mientras bajaba las escaleras, escuché un ruido. Miré hacia atrás, justo al borde de la última grada, pero no había nadie.
«Eso es bueno.»
Me encaminé hacia la cocina, donde casi suelto un grito. El tremendo susto me dio al percatarme de la persona que me miraba desde la encimera, con un vaso de leche en la mano y una sonrisa burlona en el rostro.
—¿Estamos en alguna película de terror? —dijo, tomando un sorbo de su vaso y riendo bajo, para que solo yo pudiera oírlo.
«¿Qué hacía tan temprano despierto? Y, sobre todo, ¿en la cocina bebiendo un vaso de leche...?»
—¿Qué haces aquí? —pregunté.
—¿De quién te escondes? O, mejor dicho, ¿de quienes? —ignoró mi pregunta anterior—. Es la segunda vez que no notas mi presencia; a la tercera, te desmayas —prosiguió como si nada.
Se estaba burlando, lo sabía. Si él estaba aquí, tal vez llegó muy tarde junto a Nicki y se quedó a dormir en su habitación.
—¿Ayer Nicki estaba contigo? —le pregunté.
—Sí —dijo sin más.
Bueno, tampoco investigaría qué estaban haciendo; esas dos personas no me importaban en lo más mínimo.
—Oye, ¿estás bien? —me sorprendió con la pregunta.
—Sí.
Esa fue una mentira, pero muy pequeña.
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Trato cumplido © (Proceso)
Teen Fiction¿Cómo se pasa de aceptar ser la novia falsa de tu amor imposible por un trato a que salgan a la luz verdades sobre tu vida? ¿Acaso Tomás no solo pedía ese trato para alejar a una chica de él, sino que había algo más que no había revelado? ¿Quién ocu...