¿Cómo se pasa de aceptar ser la novia falsa de tu amor imposible por un trato a que salgan a la luz verdades sobre tu vida? ¿Acaso Tomás no solo pedía ese trato para alejar a una chica de él, sino que había algo más que no había revelado? ¿Quién ocu...
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Hoy, por fin, había solucionado las cosas con Dany, quien tenía razón sobre la falsa relación con Tomás. Era necesario poner fin a esa situación engañosa, ya que solo me perjudicaría a futuro.
Lo que me contó sobre Tania, la prima de Aksel, me dejó un poco confundida. No quería involucrar a mi amigo en un problema en el que no tenía nada que ver.
Lo restante del día lo pasé estudiando para un próximo examen de simulacro que se realizaría en la escuela. Aunque no definiría nuestras calificaciones, nos ayudaría a evaluar nuestro progreso antes de la última semana de exámenes.
Deseaba contarle todo a mi mejor amiga, así que decidí llamarla antes de dormir. En su lugar, eran las 7:20 de la mañana, mientras que aquí eran las 12:20 de la madrugada. Había siete horas de diferencia. Anna se despertaba temprano por sus clases y estudios, así que ya debería estar con los ojos bien abiertos.
Me contestó en el segundo tono.
—¡Hola, baby!
—¡Hola, bebé! ¿Cómo va todo?
—Muriendo— bostezó con cansancio.
Seguro estaba lidiando con trabajos difíciles. Siempre que tenía exámenes, trabajos grupales o presentaciones, usaba la palabra "muriendo".
—¿Tan mal va?
—¡Muchísimo! Parece una cárcel.
Reí ante su dramatismo. Anna era la más exagerada; incluso por sus clases hacía un gran drama.
—Sigue esforzándote y pronto serás una ex convicta.
—Y luego de nuevo me entregarán a las celdas— lloriqueó—. Estarás disfrutando tus últimos momentos en la escuela, porque luego entrarás a la cárcel y será mucho peor. ¡Así que disfruta y cuidado con meterte en tonterías!
No había pasado ni un minuto en la llamada y ya me estaba regañando. ¿Cómo me conocía tanto?
—Ya, convicta, sigue estudiando y deja de quejarte. Al menos debes tener buenos ligues para que presentes cuando vaya— dije con voz melosa, molestándola.
—Está bien, prometo que después de este trabajo saldré y brindaré a tu nombre.
—Cuídate mucho. ¡No olvides descansar! Todo no es estudio, ¿okay?
—Okay, jefa. ¡Disfruta!
Corté la llamada mientras escuchaba su risa.
¿Disfrutar? Era evidente que, incluso sin darse cuenta, su subconsciente decía lo que Anna diría si supiera lo que estaba pasando entre Tomás y yo. Por más que esa relación fuera falsa, estaba segura, no, ¡segurísima! de que ella sería la más feliz con esta situación, sobre todo porque siempre nos quiso ver juntos.
