MIKE
Tiendo la mano y limpio los restos de helado de sus comisuras, ella me sonríe, siempre está sonriéndome. A veces, me da por preguntarme si esto es real, si tal vez, el hecho de que sea por tiempo limitado no hace que todo lo que sentimos con mayor intensidad.
—Piensas. —Me toma la mano sobre la mesa.
—Siempre estoy pensando.
—Es cierto, pero cuando piensas en cosas que te gustan una leve sonrisa se curva en tus labios, cuando son cosas que te desagradan, frunces el ceño y cuando solo estás en silencio tu rostro no tiene expresión. —Me sorprende los detalles tan precisos que da sobre mí. Como si me hubiese observado por mucho tiempo.
— ¿Y qué estaba pensando ahora? —pregunto curioso.
—En cosas buenas, estabas sonriendo.
—Estaba pensando en ti.
—Me alegra ser el motivo de tus alegrías.
—Yo también —Nos tomamos la última cucharada del postre —, hay una segunda planta con una pista de baile, ¿quieres subir?
—Por supuesto que sí.
Ahora mismo estoy agradecido de esas clases de baile que creí nunca serían necesarias. Aun puedo recordar a mi madre diciéndome que bailando encontraría el amor real. No la encontré bailando, pero la puedo sacar a bailar con la seguridad de que no le romperé los pies de tanto pisarla.
Saldó la cuenta y la tomó de la mano, la llevo hasta la segunda planta. Nos encamino hasta el centro de la sala, un amigo de Lenon me ayudo a ocupar el salón solo para nosotros. La canción que reserve para nosotros empieza a sonar.
—¿Es Biblical de Calum Scott? —Qué conozca la canción, que creo, nos define, me emociona en proporciones que apenas puedo describir.
—Sí —La acerco a mí, sus brazos me rodean por el cuello, yo la abrazo por la cintura.
»¿Quieres saber un secreto?
—Sí.
—Estuve pensando que no te he dicho mis votos matrimoniales, y pensé: ¿cuál sería el momento perfecto para hacerlo? —Respiro profundo —Cuando empecé a crecer también empecé a creer que nunca encontraría el amor o que el amor no me encontraría porque siempre estoy ocupado, me alegro saber que no es así. El amor nos alcanza a todos.
» Por ti empecé a pensar en ser romántico, dulce y planificador. Este es el resultado final. A continuación, te diré mis votos matrimoniales Milna Ross, cuando estes lista para escucharlo, asiente.
Pasan unos segundos antes de darme la señal.
—Lista.
En este momento no se si el corazón disparado es el de ella o el mío.
—Si el momento se fuera a detener, ¿en qué momento me gustaría que se detuviera?, esa es la primera pregunta que siempre se asoma a mi mente cada vez que te tengo cerca.
» Te diré que tengo muchos momentos para elegir. —Agacho un poco mi cabeza para colocar mi boca cerca de su oreja. —Esta la primera vez que nos vimos, la celebración que hiciste cuando creíste que no estaba cerca, la primera vez que hice el desayuno para los dos y tu parecías no tener freno en las palabras, tal vez escogería la primera vez que me ayudaste a curar mis heridas externas o esa otra vez en la que me abrazaste solo porque te lo pedí.
» Me gusta pensar que no tendrías esa misma confianza con ningún otro desconocido —Su suave risa me hace sonreír —, también podría escoger la vez que te consolaste conmigo, me abrazaste por la espalda y solo me pediste un momento. Un momento, un momento es lo que a mí me sobro para caer rendido a tus pies.
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Un Marido Ideal
Novela JuvenilDespués de un trágico accidente y un millar de desilusión, Milna decide alejarse de todo lo que conoce y empezar de cero sin contar que todo lo que podía salir mal, saldría. Mike por su parte, dedicaba la mayor parte de su tiempo y recursos a manten...