Capítulo 22

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Sólo unos días más y todo se habrá acabado, me miro en el espejo del baño, no quiero salir de aquí y que el tiempo siga corriendo. He disfrutado hasta el último minuto con ella, me he arriesgado todo lo que he podido, no he tenido reservas y todo eso no ha sido suficiente para evitar que se vaya.

¿En qué fallé?, me gustaría preguntarle, pero no tengo la fuerza para hacerlo. No me siento fuerte en lo absoluto.

Dos toques en la puerta me sacan de mis pensamientos.

—¿Vas a tardar mucho? —La voz de Milna del otro lado de la puerta me causa aprehensión.

—Quisiera tardar más —Abro la puerta —, no quiero hacer lo que sea que quieras hacer. —No puedo mentirle a la cara.

—¿No quieres comer?

—¿Sólo vamos a comer?

—Sabes que no —Me toma de la mano y me saca del baño, tengo el presentimiento que estos últimos días serán un tumulto de emociones incomprensibles —, pero primero comemos y luego te muestro unos papeles.

—Unju —De verdad no quiero hacerlo.

—No seas malcriado —Me da un empujoncito y me tira a la cama inflable.

—Nunca he sido malcriado —Acomodo mi gran cuerpo a espera que ella venga.

¿Todas las despedidas tienen que ser tristes?, ¿no habrán de esas emocionantes?

—Es la segunda vez que cocino —Coloca un plato frente a mí cara —, espero que te guste. —Son unos espaguetis con queso que tienen muy buena pinta.

—¿Por qué cocinaste?, pude hacerlo yo.

Hace casi una semana que no nos separamos para nada, yo he dejado el Gym en manos de Lenon y me he dedicado a pasar el mayor tiempo posible junto a ella. Ella por su parte, solo ha mirado el teléfono en ocasiones muy puntuales, lo que significa mucho para mí, si tenemos en cuenta que a este le parece entrar mensajes a cada segundo.

—Quería hacer algo lindo por ti. —Se inclina hacia delante y me besa —Estás hermoso —. Creo que acabo de sonrojarme.

—Haces cosas lindas por mi todo el tiempo. —Ha hecho más cosas lindas por mí en estos pocos meses, que la mayoría de las personas que he conocido en toda mi vida.

—Pues quería hacer otra, haría mil más, de ser posible.

—Tú eres lo más lindo. —Meto un tenedor repleto de espaguetis a mi boca. —Esto está rico.

—Me amas demasiado —Está comiendo, también.

—Sí, por supuesto, pero también están ricos.

—¿Sabes?, he pensado que podemos ver una peli después de comer.

—¿Y los documentos que me tienes que mostrar?

—No se van a mover.

—Será fea la cosa, ¿no?

—Un poquito.

—¿Cuál quieres ver?

—La máscara —Me sonríe —, me encanta esa película y Jim Carrey.

Muy bien.

Pasamos la siguiente hora y cuarenta minutos riéndonos como foca. Ella parece estar sujeta a mi lado derecho, se ríe, me toca, me abraza se vuelve a reír. Yo por mi parte he disfrutado de cada segundo de la película y de su compañía.

En un momento determinado, todo se paraliza, Milna esta recostada en mí y me hace totalmente feliz. No hay dudas, ni presiones, en este momento, no hay nada más que ella y yo. Mi corazón se siente en completa paz y mi mente solo piensa en nosotros ahora, no importa el mañana o lo que pasará en un mes. Sólo me importa el ahora.

Un Marido IdealDonde viven las historias. Descúbrelo ahora