Capítulo 23

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Habían pasado tres meses desde que me había lesionado el tobillo por culpa de un borracho, Dylan se seguía comportando como él estupido que era, no entendía por qué debía tratarme con tanta indiferencia y frialdad, se podía ver a simple vista que amaba a su hermana mayor, pero esa mirada tierna que mostraba con ella, no era la misma para el resto del mundo, parecía ser el dueño de todo, su actitud era arrogante, altiva, de autosuficiencia, algo que a las chicas de mi Instituto les parecía atractivo al parecer, no entendía como podían soportar su petulancia, pero lo hacían por quedar bien con el chico más atractivo del instituto, creo que si James estuviera aquí hubiera bandos divididos como en la secundaría.

Annett es muy dulce y calidad, pero sin perder una chispa de picardía mientras Sara es una chica con un corazón tierno, bondadoso y dispuesto a ayudar a cualquiera.

—Entonces ¿Qué te parece mi confesión? —Me pregunta Sara en nuestra hora del almuerzo.

Comenzamos a conocernos un poco más, antes de seguir trabajando, teníamos mucho tiempo sin pasar juntas, ya que casi siempre estaba con Annet o en clases y tenía mucho tiempo sin prestarle atención a Sara.

—Yo diría que... —Medito un poco para darle una buena respuesta, pero ya se lo que le voy a responder —Al principio me impresionó por que nunca me habías dicho nada sobre eso, pero me parece bien, sobretodo si es algo que a ti te gusta.

—No te había dicho nada, por qué me había apartado, sentía que mi corazón estaba frío, no creía que era el momento para decirte que conocía a Dios, si me veías haciendo las cosas mal, te arrepentirías de conocerlo por mi culpa y no quería eso.. —Confiesa muy arrepentida algo que me parece tierno, pero que me llena de una sensación extraña.

—Esta bien, lo entiendo. Me parece bien que hagas algo muy bonito, para nada me sienta mal, ni cambia nuestra amistad —Le digo tomando sus manos para transmitirle toda mi aceptación.

Sonríe y vamos a trabajar.

Después del trabajo salgo a comprar unas pinturas que me pidió mi mamá aunque aún no sé en que espacio hará su próximo mural, ya que no queda lugar, ya toda la casa está repleta de sus diseños.

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Estas semanas han sido un poco aburridas solo vivo estudiando, trabajando y durmiendo, mi vida social ha sido poca, a excepción de Ann y Sara con quienes comparto mi día y charlamos un poco para que no se haga tan difícil la jornada.

Al menos en clases me va muy bien, mis calificaciones son muy buenas, sin embargo intento no sobresalir tanto como en la secundaria, ya que aquí nadie sabe mi condición de niña genio, intento que no me pase como antes, solo intento ser buena en lo que hago, pero no lo suficientemente como para que se metan conmigo.

Nunca he intentado ser mejor o llamar la atención, pero es bueno hacer las cosas que amas, bien.

Mientras camino con mi bolso lleno de pinturas al frío y varios pinceles nuevos, ya que los viejos están muy dañados como para utilizarlos, voy cerca de la parada de autobús, cuando visualizo a una silueta de hombre que me parece muy conocida para mi gusto, mi instinto me impide detenerme en la parada, así que lo sigo no sabiendo por qué, hace un momento quería llegar a mi casa a descansar, pero mi impulso por saber a donde va, es más fuerte que dormir.

Sus pasos son rápidos, fuertes como si estuviera molesto, algo que diría que ya es normal para mí. Observó hacia donde se dirije su mirada y veo que cruza hacia la plaza que queda antes de la heladería más popular entre los jóvenes, miró a sus amigos, algunos de ellos los he visto en el institutos otros no.

Como no me da tiempo de devolverme a mi casa, paso por el grupo de chicos y voy directo a la heladería por un delicioso helado que tengo mucho tiempo sin comer.

Escucho susurros que no escucho bien, así que sigo sin volver a ver lo que dicen.

Dylan

Caminó apresurado ya que mis amigos me están esperando desde hace una hora en la plaza acordada, debía resolver unos asuntos importantes por eso no había llegado más temprano.

Los miró conversando animadamente  algo que me hace darme cuenta que al menos no están molesto por mi retraso.

—¡Amigo! —grita Maximo.

—Hasta que te dignas en llegar idiota —me dice su hermano Kevin.

—Lo siento estaba resolviendo un inconveniente de último minuto.

—Wuuaoo mira esa belleza —suelta Alex mirando detrás de mi y me giro para ver a donde todos tienen puesto su mirada.

—¡Vaya que es hermosa, mi Reina! —Le grita el tonto de Carlos.

—Stella es muy hermosa ¿no crees mi amigo Dylan?  —me pregunta mi mejor amigo Jack.

Stella es la amiga de mi hermana, llego a su vida no despega de ella como un chicle pegado a su zapato, la chica en sí no me molesta, pero muchas de las jóvenes de la secundaria se acercaban a mu hermana por mí, luego que se daban cuenta de mi rechazo, la humillaban.
Me daba tanta rabia, por que no se daban la tarea de conocer a la hermosa persona que tenían a su lado y todo por un chico problemático, en este caso ese soy yo, admito que soy un peligro latente, por eso soy como soy.

Con Stella me pasa algo extraño, ella me da confianza, pero eso me pone mucho mas molesto como para entregarle mi corazón y lo destruya, por eso la alejo de mi, lo más que pueda, por qué sé que puedo destruirla o ella a mí.

—No me llama la atención, es una chica común —me encojo de hombros para no darle importancia.

—Bien, si es así creo que iré a saludarla, a ver si me da un chance a mí —Me dice como si me estuviera pidiendo permiso.

—Haz lo que quieras no es mi problema —Lo digo con el semblante relajado, para que se dé cuenta que la chica no me importa en lo absoluto.

Camina hacia la heladería y todos esperamos que lo rechace.

—¿Crees que lo aceptará? —Me susurra Kevin.

—No lo creo, pero tampoco es algo que me importe.

—Cada vez que lo dices es como si te tratas de convencer a ti mismo, ¿Ella es la amiga de tu hermana verdad?

—Si lo es —Esquivo su comentario para responderle su estúpida pregunta.

Tengo miedo que Stella dañe a mi hermana, según mi hermana ella también ha pasado por lo mismo, así que ambas están ayudándose a sanar las heridas que otros les dejaron. Me parece bien, pero aún tengo mi recelo.

—Al parecer lo consiguió, creí que lo botaría al primer segundo ¿No creen? —pregunta Carlos.

—Este Jackie es muy afortunado, a mi me botan en el primer minuto, ni siquiera me dan chance de sentarme —menciona Carlos y todos empiezan a reírse.

Comenzamos a conversar sin darnos cuenta se hacen las 7:00pm y es cuando salen Stella y Jack conversando animadamente, esta se despide de él, mientras los demás también lo hacen esta se gira tímidamente y también se despide de ellos, pero nunca me mira a mí y eso me irrita.

 En dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora