Capítulo 25

10 10 0
                                    

Después de salir de clases voy al comedor con Ann tomada de mi brazo, hablando de un montón de cosas que quiere para su cumpleaños, después de lo de esta mañana hizo como la mayoría de las veces, dejarlo pasar y comenzó a parlotear para hacerme sentir mejor.

Ocupamos una mesa vacía, hasta que miro en la dirección de su hermano quienes pasan con sus amigos hacia la otra mesa, a excepción de Jack, quien se sienta a mi lado.

—Stella ¿Cómo has estado? ¿Qué tal te ha ido en este día? —Me mira sonriente, mientras Ann me pregunta con los ojos que hace él a mi lado.

Sin tiempo a explicarle, sus amigos incluido Dylan se pasan a nuestra mesa y comienza a presentarse, mientras Ann intenta aguantar la risa, sabe lo poco sociable que soy y eso la hace ponerse aún más roja de la risa.
Su hermano se sienta a su lado y comienza a abrazarla con tanta fuerza que está comienza a enfadarse hasta que este la libera.

—Imagino que debieron extrañarme todo la mañana, ya saben que soy el Alma de la fiesta.

—¿El Alma de la fiesta?— Me preguntó confundida, pero para que todos lo escuchen —¿O eres el Alma de los funerales? Por qué eso es lo que siempre pareces.. —Le digo seria hasta que finalizó sonriendo burlonamente.

Sus amigos a reírse y Ann no aguanta y termina por hacerlo también.

Este me desafía con la mirada, a pesar que las comisuras de su labio esta curvada en una diminuta sonrisa.

—¡Vaya hasta que al menos te dignas a hablar, a veces me pregunte si eras muda o al menos era yo quien te ponía nerviosa como para no hablarme! —No tengo nada que decir así que comienzo a comer como si realmente me gustará la comida.

Todos comienza a hablar y a comer olvidando el tema, cuando siento la mirada de Ann, mientras sonríe.

—¿Qué pasa? ¿Por qué estás sonriendo?

—Hace días casi no comías, o veías la comida con asco y hoy la estás devorando, espero que eso sea un avance. — Vuelve a su comida y yo miró a la mía sabiendo que aún mi apetito no ha vuelto y que sólo comí por que quería esconderme del comentario de Dylan.

Levanto mi vista y veo a Dylan observarme como si quisiera descifrar las palabras de su hermana, trago en seco y vuelvo a mi comida nerviosa.

Tocan mi hombro, me sobresalto y luego giro, me siento avergonzada.

—Lo siento Estrella no quise asustarte
—Dice apenado.

—Stella —Me giro hacia Dylan pero no me lo dice a mí, este mira a Ángel con ojos amenazantes.

—¿Disculpa...? — Ángel lo mira confundido.

—Estas disculpado pero su nombre es STELLA. — Ángel deja de mirarme con una sonrisa, y cambia su rostro a uno más serio, pero antes que este abra su boca, llegan sus amigos a taparle la boca.

—Pues lamento informarte que Stella significa Estrella, desde que la conocimos la hemos llamado así, solo sus amigos más cercanos la llamamos así.  —Habla el imprudente de Robert desatando la tercera guerra mundial  ya que Ann nunca me ha llamado así y eso que la considero mi mejor amiga.

Sin embargo Albert quien es el más cuerdo llega en su ayuda y se acerca a donde está Ann quien mira furiosa a Ángel y a Robert.

—Ann solo vinimos a buscar a Stella porque necesitamos decirle algo importante, sólo que estos dos tarados no saben decir las cosas, lamento si no nos dimos a entender, no importa como llames a Stella en su corazón sabes que son mejores amigas. —Albert hace que la tensión baje, pero solo por un instante hasta que coloca su mano sobre la de Ann y está le sonríe.

Dylan y Jack se enfurecen y Ángel y Robert lo miran asombrados y yo solo me levanto lo más rápido posible para llevarme a Albert lo mas lejos de esos dos.

—¿Estas loco? ¿Quieres que su hermano te apuñale? — Tomo su mano como si fuéramos algo y salgo con el disparada, hasta que cuando estamos en el pasillo la suelto.

—Lo siento no me pude contener.— Confiesa avergonzado

— Espera... ¿Te gusta Ann?  —Caminamos por los pasillos hasta salir al Campus.

—Creo que fui muy evidente, ¿Crees que ella lo haya notado? — Al confesar de manera indirecta la verdad, no deja de ser verdad, Albert es un grandioso chico, callado, pero sabio, popular y con un atractivo imponente, después de Stacy no se le ha conocido a una chica a quien se le de el placer de llamar Novia, ha salido con varias, pero ninguna que lo halla impresionado.

— ¡Vaya que sí lo fuiste! Tal vez para ella no, pero para Dylan y Jack si lo fuiste. — Pero aún más para Robert y Ángel, que estaban anonadados, sin embargo no digo eso último.

—¿Jack? ¿Quién es? ¿Su novio? —No debí mencionarlo, ya no me quedaba de otra que explicarle.

—No, es un chico que está enamorado de ella también, tal vez interesado, enamorado no lo sé. —Era la verdad no sabía que tan enserio iba, tal vez solo podía ser solo una ilusión y ya, sin embargo el hecho de que Albert lo hubiera confesado suponía que iba realmente enserio.

—Bueno dejemos de hablar de ese tema, ¿Qué era eso importante que querían decirme? — Nos sentamos en unos bancos vacíos frente a la universidad, mientras vemos a Robert y a Ángel acercarse a pasos apresurados.

—¿Ya le contaste? —Pregunta Robert, mientras Ángel se sienta que mi izquierda.

—Estaba por decirle —Mueve los hombres, algo que me parece gracioso.  —Hablamos con James.

Suelta Ángel y Ambos chicos lo miran como si quieran matarlo.

—¿Qué eso no era lo que teníamos que decirle? —Expresa confuso.

—Definitivamente no eres bueno para decir estas cosas con delicadeza. —Le regaña Robert.

—Claro que si puedo, sólo que ser más directo es mejor a hablar con tantos rodeos ¿No lo creen? —Ponen los ojos en blancos.

Los miro a todos y escuchar su nombre y saber que hablaron con él me da muchísima alegría con rabia a la vez, por no comunicarse conmigo primero.

—¿Que dijiste? —Salgo de mi ensoñamiento esperando escuchar de nuevo lo que dijo.

—Hablamos con James.

 En dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora