Capítulo 26

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¿Era estupida o qué?

Aún no lo podía creer, sentía que no podía ser verdad, pero allí estaba sentada junto con esos tres, quienes en silencio esperaron hasta que les dije:

—¿Qué les dijo? ¿Cómo pudieron contactarse con Él?

—Hizo miles de preguntas sobre ti, pero solo pudimos hablar con él como 5 minutos. —Habla Ángel

—Intento llamarte varias veces a traves del Facebook, pero no estabas conectada, así que decidió llamar a Ángel quien siempre se la pasa en sus redes. — Comenta Robert lanzándole la indirecta a Ángel.

—Desde que se fue desintale la aplicación de Facebook. — digo pensativa.

—Te extraña demasiado, no lo había escuchado tan sensible, dijo que estaría bien sabiendo que tú lo estás y nos pidió que te protejamos de cualquier idiota. — Las palabras de Ángel me hacen sentir peor, quisiera poder estar con James en este momento, pero no puedo.

—Stella no llores, James está bien, sólo necesita que estés bien, dijo que te explicará cuando regrese porque no pudo contactarte antes, sin embargo dijo que por ahora no podrá comunicarse contigo. —Albert me acerca hacía él de forma protectora, pero como la de un padre tratando de darle consuelo a su pequeña, algo que nunca he vivido.

Ángel y Robert se acercan y ponen su manos en mi brazo en señal de consuelo.

—¿Qué le hicieron? —Escucho una voz dulce, pero demandante típica como la de ella.

Ángel y Robert se levanta instintivamente de forma protectora.

—Nosotros no le hemos hecho nada, acaso no te quedó claro que ella es también nuestra amiga, hemos visto como muchas chicas se hacen pasar por su amiga y le hacen mucho daño, pero nosotros seguimos aquí. — Habla Ángel enfadado, dandole a entender a Ann que de verdad no le cae bien.

—¡No le hables a mi hermana así! — Labra Dylan.

Me levanto del pecho de Albert, he intento secar mis lágrimas a toda prisa, antes que estos se maten, sin embargo Albert se adelanta.

—Lamento que mis amigo sean un poco emotivos y no sepan como lidiar con ciertas situaciones, nosotros somos amigos de Stella al igual que de su novio, sólo le hemos venido a traer una noticia de su novio... —No termina de explicar cuando Ann empuja a Ángel y se acerca a donde estoy.

—¿Qué ha pasado te ha engañado? ¿Qué ha hecho el idiota? Lo mataré si se ha atrevido a hacer semejante estupidez. — Ann se apresura a los hechos y los muchachos no aguantan las ganas y comienzan a reírse como locos de lo que Ann ha dicho, mientras está los mira confundidos.

— ¿Estás de broma tía? ¿Estamos hablando de James? ¿Se nota que nunca lo conociste? ¿De quién le has estado hablando últimamente Estrella, por qué de James no lo es? — Ann me mira esperando alguna respuesta de mi parte.

—Intento Conectarme por el Facebook, pero jamas le conteste, así que no tuvo opción y llamó a Ángel, preguntó por mí y como estaba, dijo que al regresar me contaría porqué no ha podido contactarme. — Está se calma y sonríe saliendo su vena romántica.

—Lo olvidaba, recuerdo que nombro unas cartas, intentamos preguntarle de nuevo por qué ya no se escuchaba bien, pero se colgó la llamada, pienso que dijo algo de unas cartas. —Analiza Ángel

—Es verdad hablo sobre unas cartas, también lo recuerdo, pero no pudimos sacarle más. —Afirma Robert.

—Stella debemos de ir a la últimas clases, pero creo que deberías volver a instarla el Facebook o tus redes, al menos si el decide llamarte de nuevo.
— Asiento y se van a clases, eliminado el aura de tensión.

—¡Vaya ese Ángel no tiene nada de Ángel! Robert es más pasable, pero Albert es todo lo contrario a sus amigos, a pesar que es callado, es dulce, amable...— Un carraspeó fingido de su hermano la interrumpe.

—También deberíamos ir a clases, luego siguen su tonta charla. — Este nos deja siguiendo su camino sin esperarnos.

Nos reímos del día de hoy y vamos a clases.

........................

Pasa el primer semestre y el segundo, dejando atrás todo los días aburridos, depresivos y unos pocos alegres, dejando atrás las cosas viejas y empezando mis nuevas etapas.

Falta dos meses para Diciembre y esto me hace sentir un poco ansiosa, a penas han pasado 7 meses y he sentido que han sido años.

Como de costumbre termino de alistarme cuando suena el coche de Dylan, dando a entender que ya no soporta un minuto más de retraso.

Corro hacía el vehículo después de despedirme de mi mamá quien estuvo esta semana en casa de vacaciones.

—Bella durmiente se han pegado tus sábanas a tus piernas, en el primer día de clases ¿Verdad? — Dice sarcásticamente.

—¿Y Ann? —Pregunto al no ver a la pelirroja en el asiento de copiloto e intentó ignorar su sarcasmo matutino.

—Al parecer tu amigo Albert madrugó para llevarla a la universidad, ella me recordó que debía de llevarte.
—Sonrió al pensar en lo enamorado que está Albert y en lo difícil que se le ha hecho confesarlo.

—No debías tomarte tanta molestia, Ann puede ser un poco intensa, pero yo no le diría nada. —Me giro hacia la ventana incómoda, por esta situación.

—A veces puedo ser un poco grosero y grotesco contigo, pero sólo lo hago con las chicas que me caen bien, puede sonar contradictorio, pero no le dirijo la palabra a personas que no me caen bien. —Su voz es suave y su cuerpo esta libre de tensión, así que compruebo que lo dice enserio, algo que me parece ilógico viniendo de Dylan.

Maneja en silencio, mientras me relajo en mi asiento hasta llegar a la universidad, bajamos y vamos camino a clases, hasta que mi vista se topa con una mirada de odio algo que muchas veces vi en la secundaria, diviso bien quien es y caigo en cuenta de lo familiar que es.

Tomo el brazo de Dylan por intento, hasta que pasamos por su lado, me suelto, cuando Dylan me mira confundido.

—¿Qué pasa Stella? ¿Estas bien? —Asiento con mucho miedo, sin poder pronunciar palabras camino apresurada hacia mi próxima clases.

Dylan

Veo como Stella huye de mi sin saber el motivo, analizo la situación, pero no hallo algo que le dijera que la pusiera de esa forma.

—¿Hermano pasó algo? ¿Por qué Stella está casi corriendo a clases cuando aún es temprano? —La miro junto a Albert quien me mira molesto.

—¿Le hiciste algo? ¿Juro que si le hiciste algo me las pagarás? — Sujeta el cuello de mi camisa y me desafía, pero yo sigo pensando en que le hice a Stella.

—Albert cálmate, no creo que lo halla hecho lo conozco y sé que no ha sido él, vamos. — Toma el brazo de Albert y salen disparados hacia el salón de Stella.

Sin darme cuenta se cuela la cara de horror de Stella después de soltarme. Paso el día pensado en ella, a pesar que a veces la veo muy tonta, la veo como alguien a quien quiero proteger.

 En dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora