Capítulo 27

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Entran Albert y Ann y se me acercan como si temieran algo.

—Hola Stelita lamento no haberte dicho que mi hermano te pasaría buscando.  —baja la cabeza apenada.

—No, yo lamento no haberte buscando, es que quería llevar a Ann a un lugar y pensé que no te importaría...—Dice Albert costándole un mundo, mientras Ann se sonroja.

—No ha sido eso chicos, en el almuerzo les contaré, no deberían sentir pena por mí, me alegra que estén saliendo. —Suelto, tratando de quitar sus ojos de mí, pero antes que refuten llega el profesor y ambos se van a sus asientos.

Salimos de las clases de la mañana y vamos al comedor, reviso mi bolso como de costumbre y olvido mi cuaderno de dibujos debajo de mi asiento recordándolo.

—He olvidado mi blog de dibujos, debo ir por él, ya los alcanzo.

Salgo a toda prisa cuando miro a Dylan quién me saluda inusual en él, pero decido responderle el gesto en una sonrisa genuina y sigo mi rumbo hacia el salón, miro mi blog debajo se mi asiento, lo tomo y cuando me giro me toma por sorpresa una sonrisa burlona.

—Stella ha pasado mucho tiempo sin vernos ¿No lo crees? —Supuse que en algún momento tendría que verlo, pero no tan pronto.

A cambiado sus rasgos se han acentuado, físicamente es el típico chico con el cual cualquier madre desearía que su hija saliera, hijo de papi y mami, pero que el fondo es un idiota sin cerebro.

—¡Vaya si como ha pasado el tiempo! — Intento seguirle el juego, pero estar cerca de él me hace sentir mucho miedo. —...pero debo ir a clases, si me disculpas.

Sin embargo fallo ya que este se coloca enfrente de la puerta, obstaculizando mi paso, se acerca a mí de forma feroz.

—Max necesito salir, sólo déjame en paz. — Levanto mi cabeza lo más alto que pueda sabiendo que delante de él soy una pulga.

Toma mi mentón y comienza a acariciarlo. —Recuerdo cuando no podía tocarte por qué James podía salir en cualquier momento a partirme el culo, ahora ya no está, creo que nos ha hecho un favor ¿No lo crees? —Me mantengo lo más alejada, pero su cuerpo se acerca al mío a pasos agigantados algo que me hace volverme pequeña y vulnerable.

—Basta, por favor. Aunque James no esté, no tienes ningún derecho a tocarme. Olvidaré esto, así que déjame ir.... — Me susurra que me calle, hace que me estremezco cuando posas sus labios en mi cuello chupandolo, haciendo que me de un asco que nunca había sentido.

—¡Sueltame, que asco, no me toques!
—Comienzo a llorar, mientras el me toma entre sus brazos como si no pesará nada y coloca una mano en mi boca callando todas mis suplicas.

Escucho unas voces en el pasillo y escucho cuando alguien abre la puerta y le dice que un chico afuera quiere entrar por la fuerza, lo manda callar y este cierra de nuevo la puerta furioso.

Dylan

Salgo de clases y observo cuando Stella se dirije a su salón, está me sonríe después de que como tonto intento saludarla y corroborar que su cara de hoy no ha sido por mi culpa.

Hablo con unas chicas que me detienen, cuando veo a un chico entrar al mismo salón de Stella y otros tres chicos pararse afuera.

Algo me parece extraño, así que espero unos minutos y luego veo que cierran la puerta del salón, recuerdo que Stella no ha salido así que voy en busca de ella.

—¡Ey, no puedes entrar! —Me dice Un Moreno quien está justo enfrente de la puerta.

—¿Porqué no puedo pasar? Mi novia está allí adentro. —Los tres se miran analizando si es verdad o no, intento escuchar algo adentro que me haga entrar por la fuerza, pero nada.

 En dos MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora