AU| El Príncipe Michael de Eldoria está comprometido en sagrado matrimonio con el Príncipe William de Astoria desde que nacieron, pero a ninguno de los dos le agradó la idea.
17.06.2024
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El cumpleaños número diecisiete del príncipe William se celebraba en privado dentro de las paredes de mármol del castillo.
Aunque las festividades que resonaban en el pueblo por la "Fiesta de Coral" llenaban el aire con una música que llegaba incluso a los aposentos. La Fiesta de Coral es una de las celebraciones más antiguas y significativas de Astoria, una tradición que se ha transmitido a través de generaciones y que encarna el profundo vínculo entre el reino y el mar que lo rodea. Esta festividad tiene lugar cada año en el mes de marzo, un mes de suma importancia para los astorianos, ya que marca tanto el aniversario del nacimiento del príncipe William el 22 de marzo, como el día de la fundación del reino, el 24 de marzo.
Will estaba sentado en una silla tallada de roble, observaba una mesa repleta de regalos que los sirvientes le iban entregando. La ausencia de una gran celebración en el castillo no le molestaba del todo; prefería esa atmósfera más privada.
Aunque extrañaba la presencia de Jonathan, al estar ya casado, está con la obligación de asegurar un heredero, así que no podía asistir a la celebración, sabía que este se encontraba en el Castillo de las Mareas, el segundo castillo del reino. Situado en una colina cercana pero apartada del castillo principal, —su ubicación le ofrecía una vista impresionante del mar y de los acantilados circundantes—, este castillo había sido diseñado especialmente para el príncipe heredero y su futura familia.
Will también contaba con su propio castillo, el Castillo del Faro, al que se trasladaría tras su matrimonio con Michael. Ubicado en una colina más baja y en una posición cerca del castillo principal. A Will le gustaba particularmente este lugar, con su terraza exterior que ofrecía vistas a la playa y al océano, perfecto para relajarse y disfrutar de la brisa marina. Sin embargo, la idea de dejar el castillo principal no le resultaba del todo agradable. Tampoco se imagina vivir solo con Michael, o sea.. completamente solos.
Abrió uno de los paquetes que le entregó su sirviente más cercano. Era una caja de terciopelo azul oscuro. Dentro, un juego de pinceles y tintas, junto con una serie de pinturas exóticas. Las pinturas eran difíciles de conseguir, sabía que ese regalo es uno costoso, y vienen por parte de el príncipe Bale.
Will no solía pensar mucho en Bale, pero parecía que este le dedicaba más atención de lo que imaginaba, recordando con precisión cada una de sus conversaciones. No sabía exactamente cómo sentirse al respecto; había asumido que Bale lo despreciaba después de haberlo rechazado. Sin embargo, descubrir que no era así le brindaba una inesperada sensación de alivio.
Aun así, tendría que considerar un regalo para Bale más adelante.
Después de ver todos los regalos, llegó la hora del pastel. El comedor había sido decorado con un toque elegante pero simple. Un pastel de capas blancas, adornado con flores de azúcar que imitaban los corales del mar, esperaba en el centro de la mesa. Fue en ese momento cuando Michael entró en la sala.
