AU| El Príncipe Michael de Eldoria está comprometido en sagrado matrimonio con el Príncipe William de Astoria desde que nacieron, pero a ninguno de los dos le agradó la idea.
17.06.2024
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El barco real, con sus velas extendidas como alas blancas en la noche, surcaba el mar rumbo a Astoria. La madera crujía bajo los pies y el suave vaivén de las olas provocaba un leve mareo en Mike. Sentado en su camarote, intentaba concentrarse en su escritura, pero las palabras se deslizaban por la página, incapaces de quedarse fijas en su mente.
El olor a salitre y el murmullo del agua contra el casco no ayudaban a calmar su estómago revuelto. Decidió salir a la cubierta en busca de aire fresco. El pasillo estaba oscuro, iluminado solo por el parpadeo de unas pocas velas. Mike avanzó con cuidado, al llegar al centro del barco, se detuvo para tomar una bocanada profunda de aire.
Alzó la vista y allí, de pie junto a la barandilla, estaba su prometido contemplando el mar. La figura de Will, alta y esbelta, se recortaba contra el cielo estrellado. Mike observó cómo su prometido cerraba los ojos y aspiraba profundamente el aire marino, con una expresión de paz en su rostro que pocas veces le había visto.
Caminó lentamente hacia él, sus pasos apenas audibles sobre la madera del barco. Will sin embargo, notó la presencia, y se giró, visiblemente sorprendido de ver a Mike fuera de su camarote.
— ¿Qué hace aquí? .- preguntó, su tono más curioso que hostil.
Mike no respondió.
— No me diga, ¿necesitaba aire? .-Will arqueó una ceja, una sonrisa ligera y un tanto arrogante curvando sus labios. — Siempre frunce el ceño cuando está disgustado.
Mike se sintió momentáneamente desarmado por la observación. No esperaba que Will prestara tanta atención a sus gestos.
— Si bueno.. cuando usted está disgustado, arruga la nariz de una manera bastante vulgar.- responde, a la defensiva.
— No quiero discutir con usted ahora.- Will bufó, cruzando los brazos sobre el pecho. — Estamos a punto de llegar a Astoria, y lo último que necesito es buscar problemas con mi madre.
— Buena suerte con eso.- respondió, su tono cargado de ironía. — Porque no se la dejaré tan fácil después de lo que me hizo y la vergüenza que me hizo pasar. Su constante preocupación por la reputación ajena es casi conmovedora. Tal vez debería preocuparse más por su falta de carisma. El liderazgo requiere algo más que simplemente señalar con firmeza.
— ¿Liderazgo? No me haga reír. Usted no podría liderar ni a una tropa de cadetes sin perderse en su propia arrogancia. Su falta de habilidades prácticas es evidente cada vez que abre la boca.
— Qué pena que su única fortaleza sea la lengua afilada, William. Porque en todo lo demás, es un fracaso rotundo.
— ¿Que hace aquí? .- rueda los ojos.— ¿Planea aniquilarme?
— No planeó hacerlo, no aún.
—Bueno, no crea que lo dejaré. Mi familia fue extremadamente amable al invitarlo a Astoria.-gruñó Will—. Aunque ahora veo que fue un error confiar en alguien tan desleal y oportunista como usted.
