CAPÍTULO 2.................... Sábado

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Mi habitación es amplia, además de luminosa debido a los altos ventanales que se encuentran al lado de mi gran cama. Todo el suelo es de terciopelo, por lo que debo descalzarme en cuanto entro. Al otro lado de la cama está el baño, las dos habitaciones se separan por unas altas cortinas. Hay una bañera redonda cerca de la entrada, más adelante hay una ducha con paredes cristalinas y a su lado están el retrete y el lavabo.

Han debido pasar unas horas ya que entra Liliana a mi habitación para que baje a almorzar.
-Buenas tardes Abi -dice sonriente.
-Hola Lili -le respondo.- ¿Está ya mi madre aquí?
-No, tengo entendido que estará todo el día fuera con los preparativos.
-Claro, los preparativos.

Lili es mi doncella particular, la que se encarga que luzca bien, que llegue a tiempo a los sitios, que recuerde mis tareas, etc. A diferencia del guarda, que se proporciona a una futura reina cuando la coronación se acerca, la doncella se proporciona desde que alguien con sangre real evoluciona a príncipe o, como en mi caso, a princesa.
Al principio ella era algo tímida, pero con el tiempo cogimos confianza y nos hicimos mejores amigas, ella lo sabe todo de mí y yo todo de ella.
Lili es de estatura y complexión media, aunque es ligeramente más baja que yo. Tiene una brillante cabellera del color del chocolate, unos preciosos ojos color miel y una piel castaña.

Termino de almorzar, aunque a diferencia de otros días, hoy no estoy sola, ya que Evander Lawton me acompaña a todos los rincones de la casa. Paso la tarde en la biblioteca, que está en la primera planta, y después de cenar me dirijo a mi habitación.
-¿Alguna vez hablas Lawton?
-Solo lo justo y necesario Majestad.
-Si me permites darte mi opinión, -comienzo a decir- pienso que es muy triste pasar el resto de tu vida sirviendo a personas que creen estar por encima de ti y tan siquiera decir palabra.
No responde.
-Buenas noches Lawton.
-Que descanse Majestad.
En cuanto cierro la puerta me desvisto y me doy una ducha fría. Liliana llega a mi habitación para ayudarme a vestirme de nuevo y salgo del baño. Me pongo un vestido rojo sin mangas y con una pierna abierta, muy diferente a los que uso en palacio ya que enseña más piel y es más ceñido, sigo con unos altos zapatos de tacón plateados y unos largos pendientes del mismo color. Liliana me maquilla consiguiendo cambiar completamente mis facciones, sombras oscuras, labios rojos intensos... por último, me coloco una peluca rubia de longitud corta, rozando mis hombros, y con un flequillo cubriendo mi frente y cejas.
Una vez estoy lista, le doy tiempo a Lili para que ella también se arregle de una forma diferente.
-Hoy estás particularmente preciosa Abi.
-Gracias Lili, me halaga viniendo de alguien con tanta belleza.
Cuando estamos listas, abro la puerta de mi vestidor, separo los vestidos dejando una zona vacía y abro la puerta que en esa zona se encuentra. La vuelvo a cerrar, esta vez desde fuera, y después de bajar multitud de escaleras, me dirigo al coche que se halla en la zona trasera del jardín, justo delante del huerto de narcisos, entonces Lili conduce y yo me oculto en la zona trasera. Una vez dentro, nos dirigimos a nuestro destino.

Cada sábado en la noche Lili y yo nos escapamos de palacio para ir a nuestro club favorito, el Labina, el más discreto del lugar. En realidad, nos escabullimos de todos menos de mi madre, la actual reina, Priscilla. Ella nos pilló la primera noche que salimos, hace algunos años, y después de estar castigada muchas semanas, llegamos a un trato:
"
-Haré todo lo que me pidas frente a las cámaras, saldré en cada evento por pequeño que sea, a cambio quiero libertad, salir los sábados con la doncella y no contraer matrimonio hasta que esté lista -le propuse a mi madre.
-Te concedo libertad siempre y cuando mantengas las condiciones.
-Gracias mamá.
-Pero quiero añadir una condición más -dijo subiendo el dedo índice de la mano derecha- no serás tocada por ningún hombre hasta que estés casada.
"
Desde entonces ninguna ha roto las condiciones y el acuerdo sigue en pie.

Cuando llegamos, Lili deja el coche en el aparcamiento privado y entramos por la puerta trasera. Lo primero que hacemos es acercarnos a la barra, allí está Manny, el encargado del club, él también sabe quienes somos realmente, pero está tan bien pagado que nunca nos delataría.
-Buenas noches Manny -le saludo mientras Lili mueve su mano.
-Buenas noches señoritas, ¿qué van a pedir hoy?
-Para ella lo mismo de siempre y para mí un refresco de limón, por favor -pide Lili.
Manny se me acerca al oído y empieza a susurrar:
-Parece que siempre vas a lo seguro Princesa.
-No soy una persona de arriesgarse -le respondo de la misma forma.
-Pues haré las bebidas de las dos chicas más guapas del lugar -informa guiñando un ojo.
En cuanto nos da las bebidas, le doy un sorbo a mi cóctel de ginebra con fresas y menta. Después nos dirigimos a la pista de baile.

El club es un lugar no muy grande, con una gran pista de baile elevada en el centro del local. A su derecha están los baños, a su izquierda la entrada, delante de ella está la barra y detrás están las escaleras que dan a la planta de arriba. Allí hay algunos sofás y mesas, pero la principal función de la planta de arriba es la privacidad para los clientes del club, más concretamente para las parejas. Hay un largo pasillo dónde se hallan varias habitaciones privadas.

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