El Trato Real

CAPÍTULO 10...................El final

Pasan dos días, los dos peores días de mi vida. Dos días sin poder cerrar los ojos, porque todo lo que veo es la vida que jamás podré tener. Evan… ya no está.

En estos dos días mi madre ha hecho un trato con el rey de Italia, comprometiendo a su hija con el suyo, Elio Conti. Hoy es nuestra boda.
Un vestido blanco pomposo, un corset de pedrería, un elegante recogido, y muchas lágrimas; ese es mi vestuario para la boda.

-¿Aceptas a Elio Conti como tu legítimo esposo?
-Si.

Ya está hecho, ya estoy casada con él.
El resto del día es horrible, lloro a cada minuto, los invitados piensan que es de felicidad, pero cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.

En la noche de bodas mi madre me obliga a acostarme con él, así parecerá que el bebé es de Elio.

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-Son bonitos sus ojos verdes —dice Elio.
-Si, son preciosos —digo sinceramente sujetando a mi bebé en mis brazos. Tiene los mismos ojos que Evan, esos ojos verdes que te atrapan.
Cuando él se va, le coloco a mi bebé la pulsera de oro con la medalla de narciso, esta le pertenece a él, ya que así es su nombre, el príncipe Narciso.

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-Pero mamá no ha salido de su habitación por semanas, desde que papá murió.
-No seas iluso Dalton, mamá no quería a tu padre, sólo está fingiendo.

Las voces de mis hijos se escuchan tras la puerta de mi habitación. Decido abrir la puerta.
-A ver, ¿qué hacen todos mis niños hablando aquí? —les digo a Narciso, de catorce años, a Dalton de diez, a Leyla de siete y a Feldo de seis.
-Tenemos una sorpresa para ti mamá —anuncia Narciso.
-Sí, pero debes bajar —sigue Dalton.
Cuando llego al jardín, todos mis niños rodean una pequeña planta que hay en la parte trasera del jardín. <<Un narciso>> pienso al ver la preciosa flor que allí se encuentra.
-Dalton y yo la plantamos cuando la abuela murió, esta mañana ha florecido  —informa Narciso.— Papá siempre estará junto a ti mamá, y esta planta lo simboliza.
-Si cariño, vuestro papá siempre estará en nuestro corazón.
-No, no Elio, Evan —dice.
-¿Te acuerdas de las historias que te contaba de pequeño?
-Nunca olvidaré las historias dónde mi madre era realmente feliz.
Y entonces fue cuando al fin, después de catorce años, volví a ser, realmente feliz.