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-Uh... Hola.- Saludó algo desanimado, o más bien pensativo. Aún no sabía que haría, sabía que Sanemi le seguiría insistiendo hasta que le dijiera lo que quería escuchar.

-¿Y ese saludo? ¿No te pone feliz que vayamos en la misma escuela?

-No, estoy pensando en otras cosas ¡Es genial verte por aquí!- Comentó entusiasmado dándole un puñetazo sin mucha fuerza en el hombro de su amigo.-¡Oigan, los veo en clases!- Les gritó a sus amigos y tomó del brazo a Indra para poder correr hacia la azotea. No tenían mucho tiempo antes de que volviera a sonar el timbre para regresar a clases.

-¿Qué le pasa a Inosuke?- Preguntó Genya observando hacia la dirección donde se había ido su amigo, extrañado por su actitud.

-Sí... Ni siquiera compró nada para comer... raro.

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-Oye Ino, sobre hace un rato ¿En qué pensabas? Es raro verte así de... Desanimado. Ni siquiera te reconozco si te portas de esa forma.- Observó al chico en frente de él que tan solo unos segundos atrás estaba haciéndole burlas y riendo de cualquier estupidez volver a tener el mismo semblante pensativo de antes.

Inosuke se tiró al suelo y suspiró poniendo su cabeza sobre sus brazos. No quería recordar nada que tuviera que ver con el estúpido hermano de su amigo.

-Mh, no tengo muchas ganas de hablar de eso.- Se quejó, agradeciendo el segundo en el que tocó el timbre. Salvándolo de tener que hablar sobre el tema.- Vámonos ya, ¿En qué salón estás?

-Estoy al lado del tuyo, te vi salir pero te esfumaste. No me dio tiempo de hablarte.- Chilló levantándose también del suelo.- Vámonos de una vez.

Ambos chicos regresaron a sus aulas y se despidieron en la entrada, Inosuke ingresó y de inmediato se percató de que sus amigos aun no llegaban, no debió apresurarse tanto para llegar, pero al menos no había tenido que contarle a Indra sobre el porqué de su estado de animo.

Las clases transcurrieron con normalidad e Inosuke se arrepintió de haber planeado una salida con sus amigos ese día, solo quería descansar, por lo que decidió cancelarles y volver a casa a dormir el resto de la tarde.

-Inosuke, desde hace un rato...- Genya fue interrumpido por un pedazo de pan entrando en su boca, cortesía de Tanjiro.

-No hagas caso Inosuke, ¡Nos vemos mañana! -Se despidió Tanjiro viendo a su amigo dando la vuelta, con un "como sea" un poco más serio de lo normal, acompañado de un gruñido.

-¿Qué te pasa? ¡Dejé el pan hace 5 meses y lo acabas de arruinar!- Sus amigos lo voltearon a ver confundidos pero de inmediato Tanjiro se dispuso a explicarlo.

-No le hagan preguntas ahora. Sé que es muy raro ver a Inosuke así pero tal vez tiene ¿conflictos emocionales?- Dudó al decirlo.- Él no lo contará cuando esté listo.

Zenitsu y Genya iban a reír al imaginar que su amigo el salvaje realmente podría tener "conflictos emocionales" pero al ver la cara de Tanjiro simplemente no pudieron.

-Como sea, espero que ese jabalí vuelva a ser el mismo de siempre pronto.- Comentó Zenitsu con esperanza de que lo que le pasara a su amigo no fuera grave.

Y es que para nada lo era, es solo que por primera vez Inosuke estaba sobrepensando las cosas y tomándoselas a pecho, ni siquiera pudo dormir bien en la tarde por estar maldiciendo al hermano de su amigo; lo sentía bastante por su novia. Abrazó a su almohada y finalmente luego de tanto conflicto se quedó dormido.

A la mañana siguiente Inosuke se levantó y se dió cuenta de que no había comido nada desde ayer excepto el desayuno, hasta a él mismo le tomó por sorpresa así que bajó para hacerse de desayunar ya listo para irse a la escuela pero algo lo detuvo.

¡Que no soy una maldita mujer!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora