Capitulo 10

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Helena.

Las gotas de lluvia se deslizan por la ventana del avión mientras sobrevuela la ciudad de New York.

Natasha está sentada frente a mí con las manos y las piernas temblorosas. Está teniendo una crisis de ansiedad, supongo que por la emoción. Hace mucho que no ve a sus padres como yo, a los míos, y verlos después de tanto tiempo me pone nerviosa también.

—Natasha — le hablo y no me contesta —¡Nat! — la vuelvo a llamar.

—¿Qué? — me dice sin dejar de mirar por la ventana.

—¿Te encuentras bien?

—S… si — me mira nerviosa.

—Se que no.

—Sé que tú tampoco — me responde.

Nos conocíamos bastante bien, como no hacerlo si somos hermanas de corazón.

—Mы собираемся приземлиться, мэм.

Traducción: "Estamos por aterrizar, señora"

Me coloco el sombrero y procedo a ponerme las gafas de sol antes de salir del avión.

—No hay sol, Helena — Natasha ríe.

—No puedo permitir que me reconozcan — me levanto tomando mi bolso —Tu deberías ponerte los también.

Bajo por la escalera del avión sin siquiera mirar a mi alrededor. Una parte muy grande de mi quería volver por mis padres, pero la otra parte no quería volver a pisar está ciudad. De todos modos necesitaba alejarme aunque sea por un día de Steve Rogers.

—¿Cual será su destino, señora?.

—Natasha y yo, iremos al hotel — digo caminando hacia afuera de la pista de aterrizaje —Ustedes encarguence de buscarme ropa cómoda y no tan llamativa.

—Y un vehículo cómodo también — Dice Nat a mi lado —No nos pasearemos por New York en esa gran camioneta.

—Lo del vehículo ya está arreglado — dice el hombre junto a mi —La está esperando en la playa de estacionamiento del hotel.

—No, nos manejaremos en taxi  — le digo subiendo a la parte de atrás de la camioneta —No tenemos que permitir llamar la atención.

—Como usted diga.

—Aunque a mí me gustaría que me reconozcan como, la hermana de la Jefa de la Mafia — bromea Nat sentándose a mi lado.

A Natasha le gusta bromear con eso, aunque sabía que a mí no me gustaba que me llamarán así. No me sentía la Jefa de la Mafia, no podría llegará a hacerlo si estaba totalmente en contra de toda la mierda que maneja la Mafia. Solo era un absurdo título

(...)

Nos dirigimos a la entrada del hotel y antes de que me abran la puerta de cristal, puedo ver reflejada en ella mi imagen. Lucía totalmente diferente a la última vez que estuve en esta ciudad, además de que mi peluca me hacía pelirroja, mi figura estaba cambiada, más tonificada. Ni en mis más locos sueños de adolescente me pude haber imaginado con estás curvas y este porte.

—Buenos días, señora — se dirige a mi la mujer de resección.

—Buenos días — le contesto con una sonrisa y me quito los lentes.

—Habitación 408 ¿Verdad?.

—La misma.

—Bien — busca la llave y me la entrega —Que tenga un lindo día, señorita April.

MUÑECA DE LA MAFIA #2 || Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora