MUÑECA DE LA MAFIA #2 || Steve Rogers

Capitulo 14

Tercera Persona

El comienzo de la Guerra

En este tipo de jerarquía, la amistad y la familia no existen. Las apariencias no engañan aquí, porque por muchas negociaciones que hayan en la mafia nadie se fia de nadie, y la Guerra por el trono nunca termina.

Trono que es ocupado por Helena y que todos los líderes quieren.

Para nada se pone en duda el poder de la Jefa; ella es la autoridad, la reina en un juego de ajedrez, y todos quieren derrotar a la reina para obtener su lugar, pero eso no se conseguiría sin haber muertos y mucha sangre de por medio; algo que tenía a todos los cercanos a Helena inquietos.

Ella corría peligro, mucho peligro y lo sabía. Sabía que era la presa entre un sin fin de depredadores que tienen el instinto asesino desarrollado al 100 porciento. Un instinto incontrolable ante la necesidad y el anhelo por conseguir lo que quieren.

Pierce, Fury y Stark, anhelan el trono. Helena quiere venganza y Steve…

Su instinto asesino está despierto siempre, a todas horas. Pero no se puede negar que no se lo ha visto tan cabreado como cuando se trató de Helena hace cinco años. Ese instinto despertó contra los que las lastimaron, y hoy en la actualidad, contra ella.

No había algo que le tocará más los cojones, que ser tratado como un idiota y Helena estaba haciendo más que eso.

—La jefa volvió — avisan en la cocina.

Su elegancia y belleza iluminaba aquella mansión para los ojos de todos.

—¡Bienvenidas! — saluda la servidumbre al abrir las puertas para dar paso a Natasha y Helena.

Jane y Carol se apresuran a recibirlas.

—¿Bruci y Val? — pregunta Helena.

—A Bruci no lo hemos visto y Val salió a buscarlo — responde Carol.

—Señora Helena — una mujer se dirige a ella —La cena está servida.

—Ire en un instante — responde subiendo las escaleras.

Al cabo de unos minutos el rumor de que Steve se follo a la mujer de limpieza, se esparció por toda la mansión y absolutamente todos allí lo saben. menos Helena.

—Teníamos la idea que se quedarían más tiempo en New York — comenta Jane cortando la carne sobre su plato.

—La carta fue lo que nos trajo de vuelta — contesta Natasha triste por el regreso.

—Además, las cosas comenzarán a arder pronto y no me encuentro en posición de andar paseando fuera de aquí — Helena observa el silencio incómodo de todos en la mesa.

Rosario se acerca con otra bandeja a la mesa.

—No tengo hambre, gracias — Bruce niega la comida que le sirven.

Bruce jamás estaba callado y eso ponía inquieta a Helena.

—¿Alguna novedad, Bruci? — le pregunta.

—¿Qué? — pregunta perdido.

—¿Alguna novedad que me quieras comentar? — nota a todos nerviosos ante la pregunta —¿Está todo en orden?.

—A mi comida le falta sal — Valquiria se levanta evitando la conversación —Iré a buscarla a la coci…

—La sal está en la mesa — inquiere Helena cansada de no saber qué pasa.

Su paciencia se acaba cuando el silencio de todos la agobia, sabía que algo pasaba.

—¡¿Alguien puede decir que es lo que está pasando?!.