MUÑECA DE LA MAFIA #2 || Steve Rogers

Capitulo 7

Steve

—Quiero sexo.

Ignoro el comentario de Bucky.

—Tu la tienes fácil — se sienta de golpe —Las sirvientas que se hacercan a nosotros no dejan de mirarte, están desesperadas de que las follez.

No me importa en lo más mínimo su comentario.

—Esa linda rusa rubia — me golpea por la espalda —La tienes con la braga mojaga, yo que tú espero a que sea de noche para aprovechar y follar detrás del establo.

—Los hombres de esa idiota están por todas partes — le contesté sin mirarlo.

No digo que no compartia los deseos de Bucky, de follar con alguna. Pero no habría manera de que pudiera hacerlo con tanta vigilancia.

—Podemos encontrar la manera, es inhumano estar así. Y si llego a tocar a Nat o a insunuale algo, me cortaran las dos cabezas.

Azotaron la puerta del cuarto con fuerza.

—¡Entrenamiento! — grita un tipo del otro lado.

—Como quisiera asesinar a esa perra — se queja Buck levantándose de la cama.

Nos dirigimos a los baños y las chicas de las que hablaba Bucky, estaban ahí, esperando para entregarnos la ropa de entrenamiento.

Le recibo la ropa a la rusa rubia que me miraba juguetona y tratando de mantener la compostura.

La idea de follarla no era tan descabellada de hecho lo necesitaba, y esta chica no estaba nada mal. Sus pechos apretados por el uniforme hicieron que relamiera mis labios, me imaginaba manoseandolos mientras ella gemía por mis embestidas. Hasta que un tipo me saco del transe empujándome adentro de los baños.

Luego del baño con agua completamente fría, nos dirigimos a un campo que parecía de concentración.

—Aca van a realizar su entrenamiento — dijo el hombre.

—Tu crees que no estamos entrenados — dice Buck con prepotencia.

—Son órdenes de la jefa.

—Tu jefa me puede mamar los huevos — digo.

—El que no guarde respeto hacia ella será castigado — se dirige hacia mi intentando intimidarme con su mirada.

—No sabes con quién demonios estás hablando — me acerque a el —Somos los tipos más entrenados y más peligrosos de este puto mundo, ¿Te crees que necitamos este estúpido entrenamiento que tu estúpida jefa les ordeno que hiciéramos?

(...)

No podía respirar, sentía toda mi ropa empapada por el sudor, y como se serrana mi pecho con la bocanadas de aire que tomaba. No solo estaba agitado por el entrenamiento que no pudimos terminar a tiempo, si no por la paliza en el estómago que me dieron por llamar "estúpida" a la maldita idiota de Helena.

—¿Como les fue Alan? — se acerca Natasha.

—No fueron capaces de completar el emtreniento a tiempo.

Natasha ríe.

—Es increíble, los tipos más peligrosos de este mundo no pudieron terminar un entrenamiento como este a tiempo — ríe burlona.

Y siento como la vena de mi cabeza late de la furia.

—lo terminaron en 20 después del tiempo determinado.

—Y en cuanto es capaz de terminarlo Helena — le pregunta Natasha.

—En 10 minutos antes del tiempo.