Praderas & Caballos

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Stolas se detuvo bajo el mismo árbol que cuando eran niños. Con el Grimoire en manos y con delicadeza creó un portal hacia el mundo de los vivos.

«La siguiente actividad está en el mundo humano» giro su cabeza hacía el imp.

Blitzø miro hacia el portal, sobre su piel sintió una suave brisa que provenía del mundo humano, a lo lejos escuchó caballos relinchar y ubicada en una hermosa pradera vio una pequeña cabaña que era iluminada por los cálidos rayos del sol. Embelesado por la vista, Blitzø cruzó el portal. Stolas lo siguió en silencio y en sus adentros celebró victoria, al parecer a Blitzø le gustó el lugar que Stolas había elegido. El emplumado había rentado esa cabaña y toda esa pradera con un par de caballos para el uso de ambos, para no ser molestados por terceros. Cuando el búho cruzó el portal busco a Blitzø con la mirada y lo encontró en el pequeño establo. Stolas amaba como le brillaban los ojos a su pequeño imp al contemplar a los ejemplares de Frison. El había elegido un par de hermosas yeguas, una de pelaje color negro y la otra de pelaje blanco, ambas tenían largas melenas onduladas. Sus pelajes eran más suaves que la seda y parecían tan elegantes con el abúndate pelo en las patas. Esa raza de caballos suelen ser muy tranquilos y esas hermosuras están bien adiestradas.

«Por lo visto, ya te familiarizaste con las yeguas» comentó Stolas entrando al establo.

«Son unas preciosuras» acaricio a la yegua blanca que se acercó para que el pudiera acariciarla.

«Parece que le agradas mucho a Helel» mencionó al ver la fijación de la yegua hacia Blitzø, quizás habían hecho una pequeña conexión.

«Helel... ¿Ese es su nombre?» miro al ejemplar con estrellas en los ojos «Yo creí que se llamarían algo como Greñas y...Cebollita.»

Stolas río, siempre le pareció tierno que Blitzø tuviera la costumbre de darles nombres graciosos a los caballos «Ella es Helel y esta otra chica es Mikal» respondió Stolas aun riendo, mientras acariciaba la yegua de color negro que era un poco tímida «Son caballos del mundo humano, entonces, no estaba seguro si te gustarían, pero veo que es lo contrario» explicó.

«Todos los caballos son hermosos» el imp busco la mirada de Stolas «Esto es genial» le sonrió sincero «Búhito ¿Montamos estas bellezas o que?» esa sonrisa maliciosa tan característica de Blitzø regresó. El pequeño imp estaba emocionado por montar, sin mencionar la hermosa pradera donde podían galopar libremente.

«Claro que si, cariño» Stolas le guiño un ojo.

Prepararon las monturas de las yeguas.

«¿Sabes andar a caballo, pajarito?» pregunto Blitzø antes de montar. Eso le hizo recordar cuando robó la tarjeta de Verosika para pagar clases de equitación.

Ja... Perra.

Los Goetia tenían estrictamente prohibido hacer algo tan vulgar como montar a caballo, siempre eran transportados en carruajes.

«Tome unas clases» Stolas se subió al caballo sin mucho esfuerzo «Me estuve preparando para esto... Estaré bien» el emplumado hizo avanzar a Mikal y le dio la espalda saliendo del establo.

En serio, Stolas se había tomado la molestia de aprender montar caballos para esta ocasión. Blitzø está seguro que hoy no es su cumpleaños, pero porque Stolas le estaba dando tantas sorpresas, una comida maravillosa, una tarde paseando en las praderas con los ejemplares más hermosos que había visto.

Blitzø sacudió su cabeza, intentando dispersar esos tontos pensamientos de su mente. No quería perder más tiempo, enseguida subió a la espalda de Helel y emprendió camino, se encontró a Stolas esperándolo afuera del establo.
Sin decir una palabra avanzaron hasta el vasto campo que los rodeaba. Blitzø estaba maravillado con la vista, el pasto verde, la suave brisa que acaricia la flora del lugar, el sol con sus destellos amarillentos daba una atmósfera más cálida, sin olvidar las maravillosas yeguas en las que cabalgaban. Blitzø miro a Stolas, siempre pensó que Stolas era perfecto en todo lo que hacía. Oh vaya, que lo era. El príncipe se miraba tan sofisticado aún con el viento despeinándole el plumaje.

«Búhito cachondo ¿Qué tal una carrera?» sugirió el imp con una sonrisa maliciosa formándose en sus labios.

Blitzø perdió la noción del tiempo, solo recuerda pasar toda la tarde haciendo carreras y dándole clases de caballos a Stolas. Tanta actividad física los había dejado exhaustos, entonces se sentaron bajo un árbol para ver el atardecer y disfrutar los últimos rayos del sol coloreando el cielo azul del mundo humano.

«Estoy impresionado Blitzø» mencionó Stolas sentándose junto al imp dejando unos centímetros de distancia «No creí que montar a caballo fuera tan divertido» expresó sonriente, pero sin verle.

Al escuchar el comentario de Stolas, Blitzø  lo miro de reojo.

Grave error.

El había tenido la mejor tarde en el mundo humano, el lugar donde solo va por trabajo. Stolas no se miraba bien, Blitzø no sabía si el búho estaba cansado o tenia otra cosa, sin embargo, se miraba apagado mientras miraba al horizonte con melancolía. Como siempre, Blitzø usa sus chiste o bromas para aligerar el ambiente con Stolas, y el búho siempre se reía de sus chistes, aunque fueran malos. Quizás Stolas tenía un malísimo sentido del humor.

«¿Sabes que es esto?» Blitzø alzó su mano derecha.

El emplumado dirigió sus cuatro ojos con curiosidad hacia el objeto y negó con la cabeza.

«Esto es un diente de león, lo soplas así» sopló y las pequeñas semillas salieron volando « y pides un deseo» le explicó.

Blitzø tomó con delicadeza otro diente de león y lo aproximó al rostro de Stolas.

«Oh, quieres que sople la florecilla» alzó una ceja «Si eso es lo que Blitzy quiere» dijo juguetón.

Blitzø no iba admitir que había extrañado escuchar a Stolas llamarlo Blitzy. Desde la desastrosa cita en Ozzie's, Stolas  había dejado de llamarlo así.  Pero al escuchar ese apodo salir nuevamente de la boca de Stolas removió algo en el.

Volvió a la realidad cuando vio el rostro de Stolas acercarse al diente de león. El búho abrió el pico, pero antes de poder soplar Blitzø empuja el diente de león hasta el fondo de su boca. Stolas empezó a toser mientras expulsaba los resto de la flor.

«Estamos a mano» dijo agarrando su estómago de la risa «Ahora sabes como me siento cada vez que trago tus plumas» le hizo saber mientras limpiaba una lagrima falsa.

«¡BLITZØ!!!» gritó Stolas «Pagarás por esto» río intentando tomar a Blitzø que lo esquivó rápidamente.

El imp le sacó la lengua burlándose de él mientras huía.

«Ven aquí, pequeño diablillo astuto» Stolas se reincorporó y fue tras Blitzø.

Stolas persigue a Blitzø, pero el más bajo es muy escurridizo, ambos corren como dos niños jugueteando en las colinas. Stolas con su complexión larga es más rápido, estando apunto de atrapar a Blitzø tropieza con una roca, haciéndole caer encima de Blitzø.

«¡¡AY!!» grita Blitzø al ser sorprendido y arrastrado colina abajo por el cuerpo de Stolas.

Llegaron al final de la colina y ambos caen en una cama de flores amarillas. Blitzø observa a Stolas abajo de él, el búho lo había protegido y amortiguó la caída por el. El pecho de ambos latía con fuerza, sus respiraciones estaban agitadas por el correteó y la caída. Blitzø no pudo evitar mirar como el pecho emplumado de Stolas se movía por su respiración exaltada, se percata como un botón se ha roto dejando en descubierto parte del cuello y pecho, eso le causó un pequeño sonrojo. Fijó su mirada en el rostro de Stolas, ojalá no lo hubiera hecho porque sintió su rostro arder con más intensidad que antes. Pero era inevitable no hacerlo si frente a el tenia a un Stolas sonrojado mientras era rodeado por flores, con esos grandes y brillantes ojos rubí mirándolo de una forma tímida, como su boca entreabierta se movía para tomar aire, ni hablar de lo sensual que se miraba con las plumas despeinadas y esponjosas, Blitzø quiso acariciarlas y quitarle toda esa ropa molesta para poder poseerlo como cada noche de luna llena, alzó su mano pero se detuvo en seco. Rápidamente y sin mirar a Stolas se levantó dándole la espalda.

«Blitzø ¿Estas bien?» el mencionado dio un respingo al sentir la mano de Stolas sobre su hombro.

«Estoy bien, Stolas» replicó seco «Creo que es momento de regresar» se abrazo a sí mismo sin mirar a Stolas.





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^Me encanta esta pareja, supongo que soy masoquista por cómo me hacen sufrir... Gracias leer, no te olvides dejar tu estrellita y comentarios <3

DÉJENME LLORAR {Stolitz}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora