Un día, Karma conoció a "la idiota" de Kohi Hitsuji, este, se presentó como un tal "Mo"
Y cuando Karma la trató de "ella", lo ignoró.
El monocílabo de Mo lo perseguía hasta en sus sueños, por eso, cuando "ella" se cortó el cabello y acabó en detenci...
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-¿Qué te pasó en la mejilla? - Karma tomó de su mentón, sin ningún tipo de cuidado en el apretón por lo exasperado que se encontraba; el mundo de Mo cayó cuesta abajo al girar la cabeza, los planes de mantener su acoso en silencio se vieron interrumpidos por la áspera investigación policial que los dedos del joven, con las pupilas a punto de explotarle por el enojo, rebuscaba en el tono ardiente de su cachete, palpitaba de lo mucho que ardía. Mas, Mo continuó con los dientes pegados sin intención de revelar ningún detalle para evitar los problemas que podría traer a futuro el carácter rebelde de su... ¿alguna relación para acotar?
Karma viró los ojos, de todas las formas en las que podía torturarlo, el pequeño humano a su lado escogió callarse, un pequeño gusano le carcomía el cerebro, siendo los únicos estímulos que recibe al resto de su cuerpo, una insaciable sensación de devolverles todo el daño que le hicieron multiplicado tres veces. ¿Ahora no dudaba? El hecho de que fueran mujeres ya no era una excusa.
- Ya sé quién fue, no necesitas decirmelo - recogió su bolso de la banca y tomó la mano del recientemente agredido, obligándolo a caminar a una dirección desconocida, de seguro, él ya sabe al lugar al que se dirigen, menos Mo, que no solo le temblaban los pies de la impresión, todo lo que Furukawa le escupió en el salón le rebota en la cabeza en señal de advertencia frente a lo más susceptible a suceder si no le frenaba los impulsos a su... ¿qué? Llamando la atención de su contrario, que soltó un quejido ante la mudez que asfixiaba a su... bueno; impidiendo liberar una palabra, sin que tartamudee al abrir la boca.
-N-no irás a hacerles nada, ¿verdad? - habló, desordenando los pensamientos de Karma, que la desesperación le entraba, como oxígeno a la nariz, quedando más confundido que Mo el primer día de clases.
-¿No quieres que les de lo que merecen? - confrontó, apretando ese agarre que los mantenía unidos, con temor de volver a perderlo por su mal carácter, uno que estaba corrigiendo con el tiempo.
-No es que no quiera... - dijo, con la soledad cobijando la espalda por indefenso que se encontraba en esta batalla - Es que no puedes... - aquello lo dejó aturdido, el no comprender a lo que Mo se refería, le afligía tanto como verlo hacerse bolita por la falta de confianza que tenía, una, que con pocos segundos de retomar la compostura, retomó la palabra para calmar la incertidumbre en su cabeza, reconociendo, que de alguna forma, desde que se conocieron, el pequeño No se había vuelto más sensible, y a la vez, un poco más fuerte para levantarse solo de la caída que otros le dieron. - Ya lo sabes, no te lo puedo ocultar... pero si haces algo podrías meterte en problemas y expulsarte, ¡y no estoy dispuesto a perderte de esa forma! ¡ No si lo puedo evitar...! - con ansias de elevar su voz hasta los cielos, que tuvieran el impacto de tranquilizar a Karma fue suficiente para aligerar la carga
Él ya lo descubrió por sí mismo la noble mentira, sin embargo, tampoco pondría en riesgo su colegiatura, menos, con la cantidad de problemas que generaba Karma al ser un estudiante problemático conocido por sobresalir en notas académicas, la única razón, por la que no acabó fuera después de todas las molestias que ha levantado para el director, y a pesar, de que él también era alguien destacable, no corría con el mismo prestigio y ya ocasionó una revuelta con la venta de tareas que dejó muy decepcionado al director;