Mejor que el Vicodin (Gregory House y tú)

Dilo y lo haré

—¿Al menos tengo un buen par?

Preguntó Dianne entre risas

—No me parecen malos, aunque no los vi en su totalidad

Contestó Gregory mientras le dedicaba una sonrisa con un tinte de picardía

—No te los enseñaré

Añadió la mujer bajando a House de su nube

—Sería justo, tu pellizcaste mis pezones y dijiste que lo pagarías

—Dije que pagaría la camisa que romí no lo de tus pezones

—Que por cierto aún no pagas

—Bien, te daré 19 dólares, si costó más que eso te estafaron

Respondió la joven al reproche de House

—Sigue siendo poco

—No me importa, ten

Añadió mientras le entregaba 20 dólares. Botella tras botella la plática siguió hasta que los primeros rayos del sol comenzaban a hacerse visibles, aunque a ninguno de los dos doctores pareció importarle. Sin control alguno se acercaron peligrosamente, House se alejó evitando el beso que estaba por ocurrir dejando sorprendida a la contraria que recuperó la compostura volviendo a enderezarse en su asiento

—Soy tu jefe y te doblo la edad. Eres consciente de eso ¿Cierto?

—Si, si, sería una idiotez si tú y yo nos besáramos. Un gran problema y complicaciones innecesarias

—Si, lo entiendes.

—Y los dos somos personas que aman seguir las reglas y nos importa lo que los demás puedan pensar; aunque no tendrían por qué enterarse...

Al terminar la pequeña conversación los dos doctores juntaron sus labios en un beso bastante extraño para los dos abriendo una puerta a nuevas experiencias, sentimientos y un nuevo vivir. Dianne colocó sus manos en la incipiente barba de House paseándolas sutilmente hasta el cuello del mismo. Los dos estaban totalmente conscientes de lo que estaba por ocurrir y no planeaban evitarlo.

Gregory metió sus manos entre el cabello de la contraria y dando un pequeño tirón levantó la cabeza de la misma cortando el beso y haciendo que los ojos manchados de placer de la cirujana lo miraran "No voy a hacer nada hasta que me digas qué es lo que deseas" Dijo House mientras se mantenía a una distancia prudente de la contraria. "¿No sabes lo que quieres?" añadió el contrario. Dianne intentó volver a besarlo siendo devuelta a su asiento por la mano que aún sujetaba su cabello. "Esa boquita testaruda tuya puede desobedecerme todas las veces que quiera, pero aparentemente es incapaz de pedirme que te folle" Dijo el hombre mientras la chica se mantenía en silencio "Dilo Dianne, te estoy esperando. Ruégame que lo haga "Por favor, House"