Mejor que el Vicodin (Gregory House y tú)

Mono ve, mono hace

En mitad de las horas de clínica se podía escuchar a un niño quejarse y gritar. DIanne comenzaba a desesperarse así que buscó la habitación de la que venía el ruido, abrió la puerta

—¡Por el amor de Dios ¿alguien quiere callar a ese niño?!

Gritó mientras entraba en la habitación encontrando a un niño siendo sujetado por sus padres a la camilla y a un doctor intentando sedarlo mientras le mantenían el brazo izquierdo arriba

—La gente trata de trabajar aquí. ¿Por qué no le muestran un osito de peluche?

Añadió la menor mientras se sentaba cerca de la camilla

—¿Quién es usted?

Preguntó el padre del niño

—Alguien que causa un gran dolor en el trasero

Respondió una voz masculina desde la puerta

—Ella es la doctora Blackwell, trabaja en el equipo a cargo del caso de su hijo

Dijo Wilson

—¿Así que intentabas mantenerme fuera del caso? Que bajo caíste anciano. Pon prueba alta

—Oye, oye ¡OYE!

Dijo Blackwell mientras se colocaba el respirador en la nariz y boca y comenzaba a inhalar

—Pensé que el adicto era House

Comentó Wilson

—¿Qué está haciendo?

Preguntó la madre del menor

—Comiendo ballas rojas

Respondió la menor para después poner la máscara en el rostro del niño y repetir el proceso de respirar y luego colocársela al niño hasta que se quedó dormido

—Él confió en usted

Dijo la señora

—No, eso no fue confianza, fue autopreservación

Respondió la pelinegra

—No, eso fue grandioso, parecía una conversación

Añadió el padre. Dianne intentó levantarse, pero por la cantidad de anestesia casi cae provocando la risa de los presentes y la propia

—Un mono teme comer ballas rojas hasta que ve a otro comerlas, mono ve, mono hace.

Dijo Dianne antes de dirigirse a la salida no sin antes chocar con una bandeja con instrumental y una segunda vez siendo salvada por el bastón de House