La luz de luna entraba con calma por la ventana, chocando contra la piel ligeramente bronceada de su amado. Sus cuerpos se confundían bajo las blancas sábanas, como si no se supiera dónde empezaba uno y donde terminaba el otro. La noche parecía ser larga, pero ambos sabían que más temprano que nunca terminaría, sobretodo Richard. Su mirada azul era profunda en la oscuridad, ella recorría con calma la figura que descansaba a su lado mientras que sus manos recorrían inquietas todos los lugares que no había podido tocar en los últimos meses. Los ojos pardos no se apartaban de él, como si lo estudiara y así concluyera que se iba a quedar pese a que en otro lugar lo esperaba una mujer, seguramente preocupada de su paradero.
Pero no le importaba, él estaba a salvo ahí con él.
"¿Por qué no podrías hacerlo?" Susurró casi con temor mientras apoyaba su cabeza sobre una de sus manos para poder verlo. Su pregunta llamó la intención del hombre de inmediato. "¿O no quieres hacerlo?" Reformuló la pregunta, esperando a que él sólo se quedara con la primera.
"Es complicado." Se limitó a decir por un par de segundos, añorando los años antes de que se comprometiera y antes de que se casars. Si tan sólo George hubiera llegado antes, su vida sería diferente. "Nada me asegura que tú no te irás, pronto notarás que soy muy viejo para ti, que nuestras vidas están en etapas distintas." Concluyó luego de un silencio, aunque sabía que esa verdad era sólo una parte. "Y si estoy solo... Estaría destruido, perdido."
George apretó un poco sus labios ante su respuesta, sintiendo que tal vez se estaba metiendo en terreno peligroso, pero mientras él estuviera acompañandolo en ese momento, se sentía lo suficientemente seguro como para hacer cualquier pregunta que se le ocurriera. Tal vez ese era el momento de resolver todo.
"¿Es una buena esposa?" Preguntó con pesar en su voz, sabiendo bien que la historia de su amado con su cónyuge se remontaba más atrás que de los cinco años que llevaban casados, no lo había descubierto de la mejor manera, pero lo había hecho. "Si no puedes renunciar a ella, me imagino que sí."
"Es complicado..." Volvió a decir, girando su rostro para volver a verlo, dedicándole una suave sonrisa. "Entre ella y tú hay tal diferencia..." Continuó, soltando un suave suspiro, como si no quisiera continuar, pero debía hacerlo si quería hacerle saber lo que sentía. "Tú me das la vida y ella mil problemas."
Ambos rostros ahora descansaban sobre las almohadas, sus narices rozándose hacía más íntima la situación que sus cuerpos desnudos bajo las sábanas y sus piernas enredadas como un nudo mercante. Richard acariciaba con calma el rostro de su amado, soltando suaves suspiros de vez en cuando, no quería separarse, no quería irse, no quería esconderlo.
"Contigo he llegado a saber que aún es joven mi cuerpo." Soltó una suave risita, pues aunque sólo tenía treinta y cinco años, en casa, con su esposa, se sentía como un hombre acabado al que ya no le quedaba vida ni para dar ni para recibir. Todo era muy diferente. "Tienes que entenderme." Pidió con algo de vergüenza en su voz, viendo a esos ojos color sol ocultos por la sobra de los propios.
No sabía cuánto más podía entenderlo, no sabía cómo pasaría su tiempo si debía conformarse con visitas esporádicas cuando él quisiera. Ser egoísta por primera vez en su vida le estaba llevando demasiadas consecuencias como para poder soportarlo... Pero una vez ya había dado el paso y parecía no haber vuelta atrás, no podía sacarlo de su cabeza, mucho menos de su corazón; entregarse al amor estaba costando más de lo que alguna vez pudo imaginar. Sólo podía conformarse con lo que él podía entregarle.
"¿Qué más puedo hacer por ti?" Dijo al cabo de unos segundos, hechizado por sus caricias, por sus besos, sus ojos color cielo y su respiración mezclada con la propia.
"Ya haces mucho." Afirmó, cerrando sus ojos por un momento, como si el corazón se le cansara con sólo pensar en volver con ella. "Contigo yo vuelvo a nacer cada vez que te acercas, entre ella y tú hay un gran abismo... Tú te entregas todo, ella sólo lo preciso." Dijo estando completamente consciente de sus palabras. "Con ella nunca podría estar así como estamos ahora."
Eso pareció ser suficiente para George, saber que con él tenía confort era una sufrimiento que te estaba dispuesto a pagar por tener su amor escondido. No quería volver a perderlo, no luego de haber tenido la dicha de volver a encontrarlo. Puede que sea testarudo, pero no más que su propio corazón, no le importaba si terminaba igual de destruido que la última vez, ahora estaba con él, sintiéndose la estrella más brillante se todo el universo, entre sus brazos, sintiendo su calor.
"¿Vas a quedarte hoy?" Preguntó com timidez, pasando una de sus manos por su mejilla para acariciarla con calma. "Has sido sólo de ella en los últimos meses."
"Voy a quedarme." Afirmó sin pensarlo demasiado, estando su esposa en Londres sabía que no lo extrañaría, tenía dinero de sobra para gastar y seguramente volvería a encontrarse con amistades de la universidad. "Hasta que me des la luz que necesito para sentirme despierto." Concluyó con una sonrisa antes de haber unido sus labios en un beso que parecía estar guardado en un recóndito lugar sólo para ese momento.
No le gustaba demasiado volver a pecar, pero tampoco se permitiría no hacerlo cuando la persona que amaba se entregaba de esa manera ante sí. Sus besos sabían al cielo, su piel a la fruta más dulce entregada por el verano y las hebras de su cabello enrredandose entre sus dedos como la seda más costosa y fina que alguien podría vender en el mercado negro. No le gustaba pecar, pero estando con él parecía valer la pena... Misma razón por la cual se atrevía a hacerlo una y otra vez como un círculo vicioso sin fin, y al que no quería encontrarle fin.
Ellos eran ese momento, ese instante. Ellos eran el amor escondido en las profundidades.
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Someone Will Come [Starrison]
Fanfiction[STARRISON] Ha dejado de importarme todo lo que dicen los demás porque estoy desesperado. Desesperado a tu amor. Desesperado a tu mirada. ¿Cuándo será el día en que alguien llegue a mi puerta para ofrecerme el amor que tú no me ofrecías?