Cap 8

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las siguientes palabras y acciones no son actos para menores de menos de 18 años.

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Omnisciente:

–Ran ¿de verdad está chica fue quien dejó a mikey inconsciente?— le pregunto a su hermano.

—Si fue ella, aunque... no parece alguien fuerte— le respondió Rindou a su hermano mientras te veía.

Despertaste por el ruido que hacían al hablar los hermanos Haitani. Abriste los ojos encontrándote en una habitación desconocida encima de una cama con sábanas blancas.

—Ni siquiera pienses en gritar nadie te escuchará aunque lo hagas— hablo Ran como si estuviera leyendo tus pensamientos.

—¿Donde estoy?— preguntaste a lo que ambos chicos se miraron entre ellos.

Antes de que pudieran responder alguien más entró a la conversación.

—Llámalo hogar temporal mientras preparo tu ataúd— Sabías muy bien de quién era esa voz, como olvidar al chico que intento matarte —ustedes largo— miro a los hermanos Haitani, estos en seguida salieron de la habitación dejándote completamente sola con el pelinegro.

Al ver a mikey supiste en seguida que estabas condenada.

—Tú no eres una persona normal, primero llegas a mi casa de la nada cuando nunca te di me dirección he intentas matarme, luego creas pruebas falsas de la nada y luego me sacas de prisión como si todo tan sólo fuera un juego— lo miraste con el ceño fruncido.

Tu vida estaba completamente arruinado por el sujeto que tenías delante de ti, aunque lograrás escapar otra vez la policía a estas altura deben creer que escapaste por decisión propia.

Sabías muy bien que mientras Mikey viviera tu vida ya no volvería a la normalidad.

—¿Qué es lo que quieres de mí?— el pelinegro no respondió tan sólo se acercó más a la cama, esta vez no llevaba con sigo un arma.

—No lo comprenderías aunque te lo dijera— detuvo sus pasos quedando parado frente a tu cama.

—Aquella vez dijiste que no secuestrarías a nadie solo para obligarla a satisfacerte, lo que significa que me vas a matar— el silencio del pelinegro confirmó tus sospecha.

Aunque tú vida se había vuelto una mierda no querías morir  a manos de un psicopata, sabias muy bien que Mikey era capaz de matarte sin que le temblara el pulso.

—Si me quedo aquí por voluntad propia eso ya no sería un secuestro— lo miraste directamente a los ojos.

A diferencia de aquella noche Mikey parecía más razonable, menos esquizofrénico, o eso querías pensar.

—¿Por qué siento que me estás mintiendo?— tomo tu
Mentón —que está planeando pequeña zorra— no te sentiste intimidada por sus palabras.

Todo por culpa de esa app Mikey y tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora