ろく

61 17 1
                                    

El castañito bello pasea, una vez más, por las calles de Tokio antes de que su semestre comience. Salir él por si solo en el anochecer le pareció una gran idea en su momento, puesto que su roomie, Jiho, había iniciado a discutirle sobre todo lo que se le atravesara en la mente y, la verdad, no está dispuesto a escuchar alegatos de nadie. Lo mejor sería salir a respirar un poco de aire fresco y ver el cielo.

Eso que la gente dice de que en cuanto vives con un amigo se puede romper la amistad, capaz y es cierto, piensa ya que lo ve próximo, aunque espera que no, de todo corazón. Jiho ha sido su apoyo esos últimos meses en cuanto a la adaptación de su persona en esos países extranjeros.

Aunque, si es completamente honesto, Lee Minho está jugando un papel más importante en su comodidad en Tokio y cree que es uno de los principales causantes del disgusto de su amigo hacia él. ¡Pero, no lo puede evitar pues le parece que Lee Minho tiene una personalidad atrayente!

Sin embargo, sacude su cabeza de un lado a otro como si eso le fuese a ayudar a desvanecer todos esos pensamientos por los cuales salió, el propósito es despejarse no atormentarse más. Por ello es que dirige su mirada a sus tenis converse amarillas que tanto ama mientras avanza, aunque ya estén un poco desgastadas por el pasar del tiempo las sigue amando tal cual el día que las consiguió.

Pero en un punto el camino se le vuelve confuso y se reprende a sí mismo por no prestar atención adelante y quedarse tan absorto en su caminar. No sabe en qué parte de Tokio está ni sabe cómo comunicarse con alguien, ¡si tan solo tuviese aquel aparato que Minho intenta usar de vez en cuando sin mucho éxito sería mucho más simple!

Además, se preocupa pues comienza a soplar una suave ventisca más fresca de lo común, que puede llegar a resfriarle y encima, de tonto, no trajo un abrigo consigo.

En su Walkman se comenzó a reproducir una de sus canciones favoritas del City Pop y de toda la música en general. Esa misma con la que se encontró al pelinegro en el mini super mercado, esa misma canción que ahora relacionaba con él. La comparten.

Y piensa que es lindo estar allí, por decisión propia, disfrutando de la música con un bello paisaje del país de origen de la canción. Capaz no sepa muy bien japonés y no esté adaptado del todo, pero ese momento se siente como suyo y eso es lo que basta para sonreír; está en el lugar correcto.

Así que, sin ningún preámbulo, la imagen del bello rostro del coreano se le viene a la cabeza como una hermosa imagen mental, con la cual cierra los ojos para disfrutar más de ella —sin saber muy bien el porqué— mientras que el ligero frío soplido del viento roza con sus mejillas empapadas de estrellas. Lee Minho le hace sentir como esa canción.

Mientras abre sus ojos poco a poco con una sonrisa impregnada en sus labios puede observar varios pétalos blancos volar junto al viento. Entonces, Felix como un gatito curioso sigue su camino hasta hallarse frente a un campo floreado espléndido y pacífico.

Un campo lleno de anémonas japónicas blancas.

Sin meditar mucho si fue por mera casualidad o el destino que lo mandó allí, se adentra entre las flores para arrecostarse como si fuesen una fina cama a la vez que ríe a causa de la sensación de libertad efervescente que yace de su interior.

Es justo en ese segundo que recuerda del libro sobre las flores anémonas que había comprado la misma tarde que estuvo compartiendo tiempo de calidad junto al de danza en aquella librería de aspecto hogareño y nostálgico que les llamó la atención. Entonces, con el mismo entusiasmo de hace unos segundos se sienta con tal de buscar el libro en su bolso para leer de las anémonas con las anémonas.

"Las anémonas pueden poseer distintos significados dependiendo del color y de la zona del globo en que te encuentres. Pero un ejemplo, en los países de oriente, los nuestros, la anémona blanca significa mala suerte e, incluso, la muerte".

anemoia ⸼ MINLIXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora