Capítulo 01

4.1K 347 75
                                    

Rubí Dagger

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Rubí Dagger.

Londres, Inglaterra, 

Año 2006.

—¡Mira esto, Rubí! —mis ojos se empapan de lágrimas mientras mi cuerpo entero tiembla.

—Cierra los ojos, cariño —la voz de mi madre taladra en mis oídos, su voz esta vez no logra darme tranquilidad, esta vez mi corazón no logra calmarse, por el contrario, mi cuerpo entero se sacude de miedo mientras miro el arma de mi padre clavándose cada vez más en el entrecejo de ella.

Sus bonitos ojos verdes derraman lágrimas, intento acercarme pero su grito hace que mis pasos se congelen de inmediato.

—¡No! —grita mi madre, temerosa y temblorosa—. Quédate ahí, cariño.

Su piel blanca está llena de hematomas, el tono carmesí le corre por todo el cuerpo.

Mamá no está bien, pero aún así intenta darme una sonrisa para que me tranquilice, aunque, no sabe que lo único que necesito para estar tranquila son sus brazos.

—¡¿Querían escapar?! —pregunta papá luciendo como un completo maniático—. ¡¿Planeaban dejarme?!

Las lágrimas comienzan a empapar mis mejillas.

—Mamá —susurro.

—Es una equivocación —susurra mamá, sus ojos muestran miedo entero, el miedo que solo él logra provocarnos—. Es una equivocación, cariño.

El hombre golpea una de las mejillas de mi madre con su arma, la acción ocasiona que mi madre caiga de bruces al suelo, sobre un enorme charco de agua negra.

—¡Mamá! —intento acercarme a ella pero mi padre me toma del brazo, su agarre lastima, lastima mucho que hace que las lágrimas bajen con aún más intensidad.

Mi madre intenta ponerse de pie, apoya sus manos en el piso bajo ella, está tan débil que puedo notar como sus brazos tiemblan mientras intenta recomponerse.

Una de las manos de mi padre toma con fuerza mi mejilla, aprieta mi mentón y me obliga a no alejar los ojos de mi madre.

Sus bonitos rizos rojos están deshechos, su cabello está revuelto y creado un caos, a ella no le gusta así, su cabello no le gusta así. Sus ojos verdes emanan dolor, culpa, angustia, miedo; terror completo. Su piel blanca cubierta ahora de tierra, golpes y sangre emana una ligera capa de sudor que parece quemarle la piel.

—Déjala que se vaya —suplica, en voz baja y apenas audible—. Déjala que se vaya, por favor.

Mi padre chasquea su lengua, puedo ver como niega con lentitud de un lado a otro para después soltar una carcajada ronca y escalofriante.

INCONTROLABLE DESEODonde viven las historias. Descúbrelo ahora