Nunca había cuestionado ninguna de las órdenes de su padre, pero esta vez era diferente.
-¿Mudarme a Corea?
-Oíste bien, no puedes estar más aquí. -el hombre sentado en el gran escritorio, ni siquiera levantaba la vista para verlo.
-¿Por qué no? -Aquí estoy bien, mamá me inscribió a la escuela con mejor seguridad del país, no va a volver a pasar otra vez. -el recuerdo de las noventa y seis horas que pasó con el alma en un hilo al saber que su amado hijo había sido secuestrado seguía clavado en su ser como el más doloroso, sin embargo, al ser el hombre respetable e imperturbable al que estaban acostumbradas las personas, no se permitía hablar con su hijo de sus sentimientos y miedos.
-Sin discusiones, Ricky. Te mudarás a Corea, es todo lo que tengo que decir así que retírate y prepara tus cosas. Tu avión parte mañana por la mañana y el curso propedéutico empieza el próximo lunes.
-¡Te odio! ¡Siempre quieres alejarme de ti y de mamá! -el hombre levantó por primera vez su vista de los papeles que tenía que firmar, a los cuales no le había puesto ni siquiera un gramo de atención, para ver a su hijo. Le partió el corazón verlo con los ojos llenos de lágrimas, pero sabía que no se podría retractar, era más seguro que estuviera lejos del país para que nadie pudiera hacerle nada. -¡Me iré a Corea pero no volverás jamás!
Después de que había salido dando un portazo de la oficina de su papá no había vuelto a verlo, ni siquiera se despidió de él o intentó comprender las razones de su padre.
Él había tomado un curso de coreano debido a su afición a los grupos musicales del país... Pero ahora se arrepentía.
Pensaba que si una familia tenía dificultades lo que tenía que hacer era permanecer unida, pero ahora creía que eso sólo aplicaba a una familia en la que amara a su hijo.
Su madre le había dicho -"trata de entender a tu padre", "piénsalo bien y después toma una decisión." -ella siempre era así, anteponía ante todo la relación con su esposo, nunca su amor de madre, incluso cuando era obligado a mudarse a Corea, ella seguía apoyando a su papá, diciendo que era él el que no entendía a su padre cuando lo hacía perfectamente.
No lo quería y no quería tenerlo cerca.
Incluso cuando estuvo instalado, su mal humor no desaparecía, no quería estar en Corea y tampoco en China con sus padres, sentía que quería morirse. Las únicas personas que debían amarlo lo habían enviado a un país extranjero en el que no conocía a nadie.
El día que empezaba el curso propedéutico se levantó sin ganas, obligado por la nana que le había asignado su papá para que estuviera al pendiente de todas sus necesidades. Se vio al espejo después de lavarse la cara y se odió a sí mismo por ser aún un niño. Si fuera un adulto podría hacer lo que quisiera, pero seguía atado a lo que escogieran sus padres para él, no podía hacer nada.
Cuando salió del baño, su uniforme estaba puesto en su cama, perfectamente planchado. Recordó cuando su madre hacía eso por él y las ganas de llorar se hicieron presentes, presionó sus ojos ligeramente y abanicó un poco de aire con sus manos.
Una vez que salió de su apartamento, se dirigió a paso lento a la camioneta de transporte particular que tenía.
Durante el camino veía todo ajeno, como si él y el paisaje que le ofrecía esa ciudad no correspondian el uno con el otro.
-¿Está nervioso, Joven Shen? -la pregunta del chofer lo sacó de sus pensamientos.
-No realmente, aún no empieza y ya estoy harto.
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S.O.S. (BOYS PLANET)
FanfictionBP es la escuela de educación media superior más prestigiosa del país. Sólo pueden asistir los hijos de los funcionarios públicos más poderosos, hijos de artistas y los alumnos más dotados en diferentes áreas. Lo que nadie se imaginaba es que un gr...