Capítulo 9

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Aunque tratara de ser silencioso, el llanto de Matthew llenaba toda la habitación.

Había pasado más de una hora desde que se habían llevado a Keita y él se sentía como la mierda, ese secuestro había sido su culpa. -Lo lamento mucho chicos. -decía entre sollozos, había repetido aquello cientos de veces. Se abrazaba con fuerza al saco de Jiwoong mientras sentía palmaditas en la espalda por parte de Ricky.

-Ya te dijimos que no es tu culpa, Keita no tuvo suerte. -repetía Hanbin nuevamente, intentando sonar tranquilo, pero su corazón se llenaba de resentimiento.

-Pero... debe estar muerto. -Matthew lloraba cada vez más fuerte, haciendo helar la sangre de todos. Sabían que lo había dicho era una posibilidad, pero escucharlo en voz alta fue la peor sensación que habían experimentado en sus vidas.

Lo único que podía escucharse en la sala del club de teatro era el llanto de Matthew, y hacer un comentario de la afirmación que había dicho hace un momento, era inútil.

Jiwoong inspeccionó a sus compañeros con la mirada y separó al menor de su cuerpo con delicadeza, notando con recelo como Ricky lo tomó en sus brazos al momento de separarse.

Hui se encontraba en un rincón de la habitación abrazando sus piernas, no muy lejos de él se encontraba Yujin, quien tenía la mirada fija en un punto en el suelo. Por otra parte, Hanbin tenía a Hao recostado en su pecho, quien le estaba susurrando algunas palabras que para él eran inaudibles.

-Escúchame bien. -tomó a Matthew de los hombros, sin ser brusco. -Haz que el sacrificio de Keita valga la pena y salgamos de aquí con vida.

-Estaba a punto de decir lo mismo. -el líder se había puesto de pie y le sonreía a su amigo.

-Vamos. -ayudó al más bajo a ponerse de pie. -Te juro que te protegeré para que podamos tener esa cita, ¿de acuerdo? -el menor asintió con una sonrisa. -Y si no estoy yo, entonces este otro amigo extranjero te protegerá, ¿verdad?

-¡Claro que sí! ¡Con mi vida! -exclamó Ricky, haciendo reír a los demás chicos.

-Salgamos de aquí ya, el camino hasta las escaleras ya debe estar despejado. Sólo tenemos que tener cuidado en el piso siguiente.

-Aquí también está despejado. -susurró Kandem, asomando su cabeza por el descanso del tercer al segundo piso, indicándole a sus compañeros que el camino estaba libre.

-Perdón por tener que ir tú a ver si el paso está libre. -dijo Jay, avergonzado por depender de alguien.

-Está bien, no sé porqué siento esa responsabilidad. -acarició su mejilla con suavidad. Volvió a posicionarse delante de los demás, mirando hacia el primer pasillo del segundo piso, buscando algo sospechoso. -Vamos, es seguro. -los demás comenzaron a avanzar mientras él los inspeccionaba, tomando del brazo a Taerae, llamando su atención. -Oye tranquilo, Junhyeon estará bien, es un chico muy listo.

-También lo quiero creer, pero aún así mi corazón duele al pensar que le podría pasar algo.

-Permanezcamos juntos y encontrémoslo para que escape con nosotros. -el menor asintió y ambos continuaron el camino hacia las escaleras del siguiente piso, con el pensamiento de que al llegar al piso más bajo, las cosas serían más fáciles.

-El idiota de Changwook está cuidando a esos mocosos en el primer piso y como el imbécil de Hyunjoong no contesta su comunicador me mandaron a mpi a cubrirlo.

Esa voz se oía de un lugar bastante cercano, el pensamiento inmediato fue que eran los dos tipos a los que correspondía vigilar el segundo piso.

Kandem abrió la primera puerta disponible y todos entraron apresurados a aquel salón, poniendo el seguro de manera cuidadosa para que no lograran escuchar que fue puesto.

Caminando hacia atrás, Gunwook tropezó con algo,sin embargo, y para alivio de sus compañeros, su caída fue amortiguada por algo desconocido, y que además, por la luz nula del lugar, no podían ver qué era.

Escucharon como entre quejas, dos hombres separaron sus caminos justo afuera del salón en el que se encontraban. -Kandem, prende la luz, no logro ver nada. -Sungwoon respondió a la petición de Haruto y buscó el interruptor para encender la luz.

Lo que vieron a continuación les heló la sangre y provocó vómito en algunos de los presentes.

Todos los maestros de la escuela se encontraban ahí, sus restos estaban justo debajo de donde Gunwook había caído, quien al darse cuenta que era lo que había impedido el ruido de su caída, se levantó como resorte.

-Es la sala de maestros. -Taerae habló temeroso. -No deberían estar aquí, cuando comenzó el tiroteo el receso recién había empezado.

-Alguien debió llamarlos aquí. -sosteniendo su propio corazón, Kandem miró todos los rostros de los cuerpos en el piso.

Únicamente faltaba un maestro en aquel lugar.

-Chicos, me espantaron.

Todos voltearon precipitadamente, dejando salir el aire que contuvieron al escuchar aquella voz.

-Maestro. -Matthew corrió a darle un abrazo a su profesor favorito. -Usted nos espantó, creímos que era uno de esos tipos.

-No te preocupes, todo estará bien. -correspondió el abrazo y dio un vistazo rápido a los chicos que lo acompañaban.

-¿Por qué no se está escondiendo? Pareciera que anda muy seguro.

-Jiwoong, hijo. -sonrió lo más dulce que pudo. -Sé que nunca nos llevamos bien, pero este no es momento de hacer bromas, debemos salir de aquí.

-No te preocupes. -habló Matthew. -Minhyun siempre ha sido un gran maestro y amigo para mí, podemos confiar en él.

-Conozco un camino seguro hacia el primer piso, pero vayamos primero a la sala de maestros, ¿okay?

S.O.S. (BOYS PLANET)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora