Capítulo 1: Merak

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How long have I been gone? Do you know?



Harry nunca supo que era la calidez de una manta suave o de una comida caliente, mucho menos una sonrisa gentil, pero sabe que es, lo ve en las sonrisas cansadas pero cariñosas de los padres después de recoger a sus energéticos compañeros de primaria, en el oloroso almuerzo casero de la niña que se sienta junto a él.

Harry quería saber que es sentir labios descuidados en su cabello, pensó que si se esforzaba en peinarse una de las madres por un instante podría quizás confundirlo con uno de sus hijos y lo bese, solo quiere por un momento y ya.

Bueno, eso es en realidad una mentira pero sabe que mentir es malo, desear más de lo que tienes lo es aún más, según el padre Hugo es pecado querer más de lo que tienes, aunque Harry nunca a tenido mucho pero debe ser suficiente porque debe ser bueno para ir al cielo y conocer a sus padres.

Aunque sus tíos nunca le den un poco de lo que desea, pero no puede evitarlo, realmente lo quiere.

Es tan duro todo el tiempo, y quiere ser un buen niño.

Entonces llegó la resolución de su problema, le hablaría a su tía quizás ella pueda pensar que es su primo, sonrió con ese pensamiento y corrió lo más rápido que podía para llegar a casa.


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Harry se equivocó.

Trata de respirar, le duele tanto tanto tanto tanto tanto.

Pero no quiere llorar, porque si llora sería un bebé y su primo lo molestaría todo el tiempo, aparte Harry es un niño grande y fuerte aunque no lo parezca.

Acurrucado en el suelo de su alacena, el frío se filtra en sus huesos y estos crujen adoloridos, casi no puede abrir sus ojos y no puede respirar correctamente, que de hacerlo le duele aún más.

Y todavía allí, en el suelo y con frío siguió deseando, encontrar al menos un poco de calidez.

Ignoró todo lo demás, lo enojado que está, lo dolido y solo que se sentía y lo transformó en una gran bola negra de nada y la guardó en lo más profundo de su mente de 6 años.

Debe ser un buen niño, si lo es verá a sus padres en un lugar con luz y calidez, dónde el frío y el dolor no existen, debe debe debe debe conseguirlo.

Pero aún entonces, no puede evitar desearlo justo ahora.

Harry es un mal niño.

Sus tíos tienen razón.



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Harry odia bañarse, su tía Petunia lo hunde con demasiado fuerza en la bañera que lo deja sin fuerzas en sus pulmones y no puede evitar patalear y luchar contra esa espantosa sensación.

Pero está vez su tía lo hundió completamente.

!!Tiene miedo¡¡

!!Tiene miedo¡¡

!!Tiene miedo¡¡

Todo duele, es demasiado.

Demasiado 

Demasiado.

DEMASIADO.

Y de pronto, todo el agua de la tina desapareció.

Su tía lo soltó cómo si quemará, con ojos temblorosos y pálida del horror.

— Estás maldito, estás marcado por el diablo. Susurró.

Y eso asustó a Harry más que nada, ella nunca ni por un momento lo hizo con él, susurrar, siempre fueron los gritos.

No pudo evitar llorar al ver sus ojos llenos de miedo de él, por él.

Lloro.

Y lloró, porque quizás si está maldito, quizás si está marcado por el diablo porque por un momento sintió una satisfacción tan llena y brutal al ver su terror y miedo, así como normalmente se siente él todos los días.

Y quiere más, Harry nunca puede parar de querer.

Llorando, encerró ese sentimiento en su masa negra.

Y siguió llorando el resto del día.



_____________


A pesar de todo Harry no paro de desear, no podía.

Cuando los días eran demasiados fríos y no sentía sus dedos en general, o cuando el hambre era tanta que a veces tuvo que comer las pequeñas arañas, sus confidentes y únicas amigas.

Lloraba mientras lo hacía, cada vez.

Pero mientras más deseaba algo, cuando el odio y la ira era demasiado la masa seguía creciendo más y más.

Harry sabía que era demasiado grande, demasiado espesa y muy fea.

Le repugna.

Debía buscar una solución lo más pronto posible, ya pasaron tantas cosas, le cambio el cabello a un maestro, se teletransporto al techo de su escuela, es demasiado.

Es demasiado obvio, que él no es uno de ellos.

Pero él quiere serlo, sabe que finge y que en el fondo nunca lo será pero quiere estar lo suficientemente cerca para serlo, ser normal al menos una vez.

Una noche observó cómo un ratón escapaba hacia un hueco de la pared, deseo ser uno.

Que ninguna pared, o lugar sea imposible de alcanzar, investigar todos los rincones escondidos olvidados por el mundo es una aventura completa, claro si no los sellan por completo tras las paredes.

Salto en realización, sólo tenía que convertir su masa dentro de él en un ratón pero encerrados tras paredes con unos cientos de orificios que puedan agregarse a sus filas, podría expandirse pero nunca escapar.

Suspiro aliviado.

Las cosas quizás sean demasiado pero puede mejorar, tal vez.

Tal vez.


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Harry no siente nada.

Claro, sus problemas siguen, sus deseos crecen de manera frenética y caótica, los golpes, los gritos, el hambre, el frío, simplemente la oscuridad lo adormeció.

Harry comenzó a pensar.

Quizás la luz en realidad no existe, la calidez solo es para algunos afortunados elegidos y Harry entendió que no es uno de ellos al final del día.

Sus ratas crecieron tanto que tuvo que crear dentro de su cabeza una gran casa, una dónde no se ven nada más que agujeros en todos lados, y de pronto un día comenzó a hacer algún tipo de ruido raro, cada vez que su tío lo golpea se vuelve cada vez más fuerte.

Más 

Más 

Más fuerte.

Se pregunta, si irá al infierno al final del día?

Ya daba igual, sabía que no conocería a sus padres y un lugar tan pacífico podría existir, no para él.

Pero un día, un gran hombre peludo destrozó la puerta.

La luz de su sonrisa lo cegó.

Finalmente, la conoció.

Es muy cálida.

Harry, después de mucho tiempo, sonrió.




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