Capítulo 3: Metanoia

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"Porque lo que hago, no lo entiendo; pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco, eso hago."

Romanos 7:15




Por supuesto que está en detención por culpa de Malfoy, ¿Cuándo no lo es?.

Después de ese encuentro traumático de esa cosa bebiendo la sangre de unicornio Malfoy salió a buscar ayuda.

Harry observó al moribundo unicornio, sus ojos llenos de dolor y inocencia rogaba clemencia, no podía creer aún frente a él exista un ser tan puro y lleno de luz, la personificación de la luz misma, se acercó lo suficiente para poder acompañarlo en sus últimos momentos porque Harry sabe lo que es soledad y él dolor, no desea que se vaya de esa manera se sentó a su lado y repentinamente lo sintió, el olor a hierro llegó a sus fosas nasales, la pureza de sus ojos, el brillo que cubre su cuerpo lo adormece tal cuál cómo después de sus palizas nocturnas.

Harry sintió que su boca se volvía agua, es extraño ¿Por qué tiene tanta hambre?

Solo pasó una vez, una que tuvo este tipo de sensación, pero no era real. Solo fue una pesadilla.

No se sabe si se comió a ese gato en realidad, sólo fue una pesadilla.

Lo que pasó esa vez no pudo ser real, ¿verdad?.

Y no está pasando de nuevo. No.

Todo en su entorno se volvió un sueño, uno muy borroso y nublado dónde no podía parar de arrancar, masticar, tragar.

Rasgar.

Traga, traga, traga todo lo que llega a sus manos.

Pero no es suficiente, este inocente animal no lo llena.

Se siente tan cálido, no sabía que la inocencia sabría cómo el sol.

Eso está bien para Harry, porque esto es un sueño y nada de esto es real, no podía serlo.

Y sin embargo no estaba solo.

— ¿Estuvo delicioso?

Siguió su voz, lo encontró a sus espaldas, lo observó y tuvo este impulso inesperado de sumergir su cabeza rubia en el mar de sangre que los rodea.

Parado cerca se encontraba un árbol roto, sus manos que se sentían torcidas acarician sus mejillas húmedas, lo mira a los ojos y estos tienen sed, sed de algo que Harry desconoce pero tiene una curva en sus ojos que se siente perverso y desesperado, jura que está condenado por las luces de sus ojos y sus intenciones, pero su magia se acerca para verlo de cerca, de acariciarlo un poco más.

Todo de Draco está desesperado por algo, y ese algo es Harry Potter, si tan solo supiera que todo de Harry desea todo de él.

Por absurdo que sea ya no sentía que esto fuera una pesadilla solo por volver a ver la calidez de su mirada y la curva torpe de sus labios.

Su voz rompió el cielo.

Y él dijo:

— Está bien, Harry. Deja que la oscuridad te arrope, te prometo que estaré aquí incluso después que termines, no te dejaré solo. —  Lo invitó con suavidad, a creerle.

Lo invitó a crear llamas, le extrae un calor helado que desconocía en su Interior, se acerca al suyo y juntos se sienten cómo un maldito incendio forestal.

Consoló a Harry, no sabía que estaba triste pero sus lágrimas se mezclaban con la sangre de su cara.

Y sorpresivamente, él mismo consoló a Draco.

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