05

92 35 4
                                    

Por mucho que Jungkook se negara a admitirlo, había desarrollado cierta expectativa por lo que recibiría cuando Taehyung volviera.

El cuento que le obsequió le había gustado tanto que incluso pensó en pedirle a su padre o a su tío que le consiguiera uno igual de colorido en el pueblo, aunque abandonó la idea cuando se dio cuenta que probablemente le preguntarían dónde había conseguido el que tenía y su madre lo regañaría por desobedecerla.

Sobre Kim Taehyung... Ese niño era otro problema.

Las últimas noches solo se había dedicado a pensar en cómo es que debería de manejar la situación con él sin que alguien saliera afectado, aunque su preocupación no sirvió de nada porque Jungkook no encontró una solución a sus dudas.

Nada malo había ocurrido hasta el momento, pero eso no significaba que se mantendría así para siempre, especialmente porque ambos tenían prohibido cruzar los límites que estaban ignorando. Por un momento pensó que tal vez dejar de ir a esa zona del bosque y solo ignorarlo era lo mejor.

Lo intentó, pero en serio no pudo.

Dejó de ir por unos días en los que no paró de preguntarse qué era lo que encontraría si regresaba e irremediablemente la duda lo consumió. Siete días después de su ausencia, Jungkook regresó a inspeccionar la valla antes de que se fuera la luz del atardecer e intencionalmente fue a una hora cercana a la noche para asegurarse de que no se encontraría con Taehyung.

Cuando descubrió siete cartas dentro de un frasco, se dio cuenta de que era demasiado tarde para fingir que nada había pasado. Incluso había una caja de cartón que era más grande que el frasco debajo de este, por lo que se apresuró a tomarla del suelo y la apretó contra su pecho.

Se llevó las cosas a una zona más apartada de la frontera y aprovechó los últimos rayos del sol para poder leer todas las notas, sonriendo con cierta emoción al ver cómo el niño le contaba sobre los lugares que había visitado en el pueblo junto a su hermano.

Le escribió sobre una nueva tienda de postres que había abierto recientemente y le expresó sus intenciones de algún día darle a probar un par de ellos. Habló sobre cómo había conseguido varios dulces por ayudar a un anciano que vendía en una pequeña tienda y que recientemente iba todos los días porque había empezado a darle algunas monedas.

Cuando abrió la caja, Jungkook encontró distintos envoltorios de colores que después de estirarlos se dio cuenta que tenían algo que olía muy dulce, lo olfateó profundamente antes de darle una lamida con desconfianza, pero sus ojos se ampliaron cuando notó que se podían comer y eran mucho más deliciosos que las galletas. Se llevó un par de caramelos a la boca y decidió guardar los demás para después.

Los últimos minutos de la tarde se le fueron leyendo sobre las cosas que Taehyung hacía en el día y sobre una cafetería nueva que tenía música, eso último haciéndole cuestionarse sobre cómo es que sonaba la música porque nunca la había escuchado, aunque sí sabía de ella. Los instrumentos que mencionaba los conocía por su nombre pero nunca los había visto en persona.

¿Algún día podría escuchar una guitarra o un saxofón? ¿También sentiría esas ganas de bailar que Taehyung le había descrito en su carta? Tal vez después podría decirle a su padre que le enseñe.

Al fondo de la caja encontró muchas hojas y figuras de animales que no le interesaron porque él veía muchos todo el día y esos eran reales. Siguió observando los distintos tipos de papeles y las ilustraciones coloridas que no entendía, pero las personas que vio en ellas se veían felices y eran demasiadas, disfrutando cosas que no sabía que existían. No lo entendía, pero quería hacerlo.

La intriga por una realidad que sonaba opuesta a la suya le hizo buscar al niño al día siguiente.

Jungkook llegó temprano para ver el momento en el que Taehyung volvió a la valla y se contagió de la sonrisa que estiró sus labios al ver que había tomado todas sus cartas, solo había dejado un par de envolturas de dulce.

Jungkook quería saber más.

—Creo que esto va a gustarte mucho —Taehyung le dijo contento mientras ponía un recipiente pequeño que se demoró en colocar para que no se cayera sobre la tierra—. Necesito volver a casa, pero te escribí instrucciones sobre cómo puedes utilizarlo. Adiós, ángel.

En cuanto dejó de escuchar sus pasos marchándose, Jungkook se apresuró a tomar el obsequio y la nota, alejándose con rapidez pero con cuidado de no derramar lo que parecía ser agua.

La mañana recién comenzaba y Jungkook creyó que era un buen momento para ir al río, por lo que espió superficialmente el reverso de la carta en donde había una lista de pasos para seguir, y cuando llegó a su destino ya tenía una leve idea de lo que tenía que hacer.

Se sentó sobre una roca al borde del agua y dejó el trozo de papel bajo sus muslos, asegurándolo ahí para que el viento no se lo robara. Tomó el palito que tenía una forma extraña y sopló con delicadeza hasta que una pequeña esfera transparente se formó, sus ojos brillando cuando flotó frente a él y estalló contra su rostro, sobresaltándolo, pero también formando una sonrisa en su rostro.

El también podía formar burbujas en el agua, pero no las había visto flotar en el aire.

Era hermoso.

Jungkook volvió a intentarlo hasta que estallaron en el aire o se mezclaron en el agua. Era impresionante lo bonitas que eran, podía ver el paisaje a través de ellas por su gran tamaño y cuando la luz las iluminaba se veían más preciosas.

Se sintió contento por poder apreciarlo con sus ojos y no tener que conformarse con su imaginación.

Apoyó el líquido sobre la roca con cuidado de que no cayera y decidió leer el resto de la carta, sonriendo al notar algo pegado en ella.

Pequeño ángel,

Ayer me di cuenta que el dinero que tenía era suficiente para comprar una malteada en la cafetería que te conté. Quisiera poder llevarte una porque no sé si haya algo como esto en donde vives, pero creo no tendría el mismo sabor si no está fría. Lo siento, pensaré qué hacer.

Cuando salí de la cafetería también encontré una biblioteca a unas calles y me di cuenta que no es necesario pagar para leer todos los libros. Hay cientos y de muchos tipos, así que empezaré a ir más seguido porque he pensado que sería bueno aprender tanto como mi hermano en la escuela.

Pd. Tampoco puedo llevarte libros de la biblioteca porque no tengo permiso de sacarlos, pero después intentaré comprarte uno :(

¿Habían lugares como esos? ¿En las bibliotecas había más cuentos como el que Taehyung le había llevado?

Jungkook miró el pedazo de papel pegado que indicaba un número de turno y pensó que... una biblioteca sonaba divertida, esa cafetería también.

Quería conocer una.

The Forest | TKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora