08.

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Adavertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.

—¡Mira que linda foto, Vegetta!

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—¡Mira que linda foto, Vegetta!

—Roier, quítala de mis ojos, por favor.

—Yo igual encuentro que te ves muy bonito.

Vegetta se hundió en su asiento, observando la foto que Roier sostenía, sin borrar la sonrisa de su rostro. En la imagen, Vegetta estaba abrazando el aguacate que Foolish le llevó, en su forma ardilla, mientras el alfa le observaba. Luzu le sacó la foto, desprevenido al estar atragantándose con la comida.

Santo dios, qué humillación.

—Salgo horrible —gimoteó Vegetta, agarrando sus cosas para salir de clases. El timbre que anunciaba la finalización de la jornada escolar tocó segundos atrás—, mira esas mejillas hinchadas, qué vergüenza...

—¡Te ves muy lindo! —dijo Roier, feliz—. La próxima vez, ¿puedo comerte?

—Cómete a Luzu —replicó Vegetta, y Roier se volteó hacia Luzu, cuyas orejitas cayeron contra su cabello.

—¡No! ¡No! —saltó Luzu, comenzando a correr por los pasillos atiborrados de gente, y a Roier no se le ocurrió nada mejor que seguirlo, sonriendo por la emoción.

Vegetta los observó desaparecer, sabiendo que se los encontraría en la salida del colegio, así que siguió caminando, agarrando su mochila con fuerza. A veces, algunos de sus compañeros le quitaban la mochila sorpresivamente, y él no podía hacer nada.

Sin embargo, no dio ni dos pasos, cuando alguien lo agarró del cuello de su suéter. Soltó un chillido asustado, volteándose y palideciendo al ver el rostro burlón de Norman.

—¿Para dónde vas, gordo? —preguntó Norman, y Vegetta notó que estaba con un amigo, otro matón llamado Jeffry.

—Pa-para... mi... mi casa... —barboteó, temblando por el miedo, y quiso retroceder, pero Norman lo agarró ahora del brazo.

—Hoy estoy muy estresado, bola de grasa —suspiró Norman—, así que tengo muchas ganas de golpearte.

—Por favor, Norman... —gimoteó Vegetta, a punto de llorar.

—No te preocupes, no debería dolerte —Norman, con su mano libre, le agarró de pronto el estómago, arrancándole otro chillido—. Con toda esta grasa, no te haré mucho daño.

Escuchó la risa de los dos matones y jadeó por el dolor al sentir el apretón fuerte que le dio Norman. Su colita se crispó, pero antes de convertirse en una ardillita para salir corriendo, alguien más habló.

—Mira, idiota, o sueltas ahora a Vegetta —dijo Foolish, su voz era un gruñido furioso—, o te arrancaré las bolas.

Norman y Jeffry saltaron ante la amenaza, girándose para ver al alfa de pie detrás de ellos, con sus ojos oscurecidos. Norman lo soltó, retrocediendo.

Wild Chipmunk ║FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora