22.

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Adavertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.

―Foolish, ¿prometes que no vas a dejarme?

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―Foolish, ¿prometes que no vas a dejarme?

―Claro que no, bebé. ¿Por qué te dejaría?

―No lo sé...

Foolish suspiró y se arrodilló en el césped. Vegetta parecía muy afectado, con los ojos llorosos y un puchero en sus labios, que temblaba cada tanto. Se veía que estaba a punto de llorar, y eso le rompía demasiado el corazón al alfa. Odiaba tanto cuando su novio se ponía a sollozar, ya fuera por cualquier cosa.

―Te amo ―le dijo Foolish, serio, y le dio un suave beso en la boca―, y quiero estar contigo para siempre, ¿bueno?

―¿Para siempre, siempre, siempre? ―insistió Vegetta, recibiendo más besos en sus labios. Eso, de alguna forma, le ayudaba a relajarse y pensar en otras cosas.

―Para siempre, siempre, siempre ―confirmó Foolish, sacándole unas risas suaves al omega―. ¿Qué tal si después te quedas en mi casa, mi amor? Sólo si quieres...

―¡Sí, me encantaría! ―chilló Vegetta, feliz―. Me gusta dormir contigo, ¡eres tan calientito! Y me gusta cuando ronroneas, Foosh.

Foolish sintió un poco de vergüenza ante sus palabras, como si las palabras de su novio le pusieran vulnerable. Él no era mucho de ronronear, pero no podía evitarlo cuando se trataba de Vegetta, además de que se dio cuenta de que era una forma de relajarlo.

Lo que más quería, en ese momento, era que no se preocupara de muchas cosas. Al día siguiente tenía su primera hora con su nueva psicóloga, que su mamá buscó para el muchacho, y Vegetta estuvo toda la semana muy nervioso. Vegetta quiso esquivarlo de mil formas, pero a fin de cuentas, Foolish le insistió tanto que terminó aceptando ir a regañadientes. El alfa comprendía que fuera difícil, que le provocara muchos nervios y pánico a su pareja, y por eso mismo, estaba allí para apoyarlo.

―¡Vegettoideeee! ―gritó Luzu, apareciendo con la respiración agitada―. ¡Necesito que me escondas!

―¿Cómoooooooooooo?

Vegetta no tuvo tiempo para preguntarlo, porque Luzu se convirtió en conejito y comenzó a luchar para meterse en su mochila. De paso, le sacó todos los cuadernos a pesar de sus quejas, y Vegetta le puso el cierre, amontonando lo que antes estuvo en el interior. Foolish trataba de reprimir una sonrisa.

―¡Oigan, ustedes!

Se sobresaltaron al escuchar la indignada voz de Willy, que llegó con el ceño fruncido. Vegetta se puso de pie, recogiendo sus cosas y colgándose la mochila en el hombro.

―¿Por qué estás interrumpiendo mi sesión de besos con Veyitta? ―preguntó Foolish, y el omega se coloreó de rojo.

―¡Foolish! ―chistó.

Wild Chipmunk ║FooligettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora