Wild Chipmunk ║Fooligetta

26.

Adavertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.

Los siguientes días Vegetta fue al colegio con su colita vendada y cada tanto la abrazaba, mirando con falso odio a Foolish. Foolish, por su lado, sólo rodaba los ojos antes de agarrarlo por la cintura y darle un beso en la mejilla.

―Qué exagerado eres ―comentó Luzu―, no te hizo daño en la colita.

―¡Claro que sí! ―exclamó Vegetta, indignado―. Pudo habérmela arrancado...

―Eres un exagerado ―apoyó Roier―, ya verás, no te quejarás tanto cuando Foolish te coma la cola ―y puso una expresión coqueta.

Vegetta tardó en entenderlo. Cuando lo hizo, sus mejillas se pusieron rojas con fuerza y soltó un chillido, empujando a su amigo que estalló en risas. Luzu tuvo que esconder su sonrisa para no ser agredido también.

De cualquier forma, las bromitas siguieron durante los otros días, en especial porque el invierno ya iba acabando y daba paso a la primavera. Con la llegada de la primavera, el tiempo cambiaba bruscamente y los días de sol eran mucho más calurosos. Vegetta había decidido sacarse ya la venda de la colita porque se la apretaba y daba calor. Apenas lo hizo, Foolish se la abrazó de sorpresa y le arrancó un grito.

―¡Foolish! ―le regañó.

―¿Qué pasa? ―Foolish, ahora, aplastó la colita contra su espalda para abrazarlo―. Tu colita es muy bonita.

―¿Por eso me la mordiste?

―¿No lo vas a superar? ―se rió Foolish, y ahora lo soltó sólo para abrazarlo por la cintura―. Ya, mi amor, te pedí perdón. No seas rencoroso. Además, cuando nos conocimos, me mordiste el dedo.

―¡Porque pensé que ibas a comerme! ―reclamó Vegetta, pero dejó que Foolish le besara la mejilla.

―Claro que quiero comerte, bobo ―dijo el alfa.

Vegetta le picó el costado, pero sus mejillas sólo se colorearon y aceptó otro beso.

Gracias al aumento de las temperaturas, Vegetta comenzó a evitar los suéteres y sudaderas gruesas, lo que era un poco difícil para él. Sin embargo, lo malo de ser híbrido, era que la temperatura corporal era un poco más alta del humano promedio, y Vegetta solía sudar con facilidad.

Dos semanas después, escogió una de sus playeras enormes y unos pantalones cortos, que llegaban a medio muslo y de tela de mezclilla. Se puso brillo en los labios, pintó sus uñas de verde y morado, y guardó los cuadernos en su mochila. Foolish no pasaría por él ese día, pero había quedado en irse con Luzu y Roier, y no tardaron en aparecer.

―Estás muy bonito hoy ―comentó su amigo conejito―, ¿tienes una cita con Foolish?

―¿Qué? No ―Vegetta se rió―. ¿Por qué dices eso?