Wild Chipmunk ║Fooligetta

19.

Adavertencias: fluff y poco drama. AU de híbridos y omegaverse.

Foolish nunca se caracterizó por ser un chico que se preocupara especialmente por la forma en que lucía, ni mucho menos que tomara en cuenta los dichos de otras personas acerca de él o su relación con Vegetta.

Pero los últimos días, una horrorosa e intensa idea pareció asentarse en su cabeza, y no había forma de que se la quitara de allí.

―Oye, ¿crees que soy guapo?

La pregunta tomó por sorpresa a Willy, que le contempló a través del reflejo del espejo. Foolish no pudo con la vergüenza y terminó por desviar su vista.

―¿Qué? ―barboteó Willy―. ¿Esto es una pregunta con trampa?

―¡Es una pregunta seria! ―farfulló Foolish.

Willy seguía luciendo poco convencido de sus palabras, pero sólo terminó por suspirar, sacudiendo su cabeza.

―Claro que eres guapo ―le dijo Willy―, es decir, eres mi primo. No más que yo, pero...

―¡No estoy bromeando, hámster de pacotilla!

Willy bufó.

―¿Estás teniendo inseguridades con Vegetta? ―preguntó en cambio, y Foolish se encogió en su lugar―. Bah, no te preocupes, panterita. Vegetta está loco por ti.

―¡No me digas panterita! ―omitió el ‹‹sólo Vegetta y mi mamá pueden decirme así››, pero alcanzó a callar a último momento.

Molesto consigo mismo por lo que acababa de hacer, salió del baño ignorando los cuestionamientos de Willy. No sabía por qué, pero se había estado comportando muy nerviosamente los últimos días, y eso también ponía de los nervios a Vegetta. Más que eso: le provocaba un montón de inseguridades, y lo que menos quería era eso.

Tomó aire para tratar de calmarse un poco, y aprovechando que era almuerzo, fue en busca de Vegetta al comedor. Sin embargo, lo que debió convertirse en un momento de calma se transformó en furia contenida al ver a Rubius cerca de su novio. Pero le sorprendió un poco ver que Vegetta no se veía nervioso, ni asustado, ni temeroso. Parecía... bastante tranquilo.

Sintió un retorcijón en su estómago al ver la bonita pareja que hacían: ambos ardillitas, con esas esponjosas colitas alzándose y sus orejitas aplastadas contra sus revoltosos cabellos. Estaba seguro de que, si se acercaban un poco más, sus colas formarían un corazón. Casi sintió como le salió un tic ante esa visión.

―¡Foolish! ―gritó Vegetta al verlo, y le levantó la mano. Rubius le miró con el ceño ligeramente fruncido, pero la pantera corrió a agarrarle la mano a su novio―. Rubius me estaba invitando al parque de diversiones mañana.

Tuvo que haber puesto una cara horrible, pues la ardilla alfa soltó una risa forzada, como tratando de restarle importancia a sus palabras.

―Bueno, no tan así ―se apresuró en decir Rubius―. Es decir, nos han asignado un trabajo juntos, ¿cierto, Vegettita?