•Capitulo 15•

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Desconocid@

Mis tacones resuenan al caminar por el pasillo de la sala mientras mantenía la mirada fija en el hombre que estaba frente a mi. Cruzo mis brazos mientras me detenía.

—¿Entonces?—inquiero

—¿Estás segura de lo que me dices?—pregunta

—Claro que lo se—ruedo mis ojos—. Está más que claro que ellos dos están con esa prostituta.

—Prostituta—bufa aún sin creerlo

—Pues así es, ella es una prostituta—le recuerdo—. ¿Aceptas o no?

—Acepto—no lo duda—. Ella nunca debió terminar conmigo

—Aqui ambos ganamos, tu te encargas de ella y yo vuelvo a mi lugar.

—Espero que esto salga bien—da una mirada severa

Abandona la sala dejándome sola en ella y miro por la ventana fijamente mientras que recreaba mi plan.

Volvería a ser la mujer de los hermanos Müller.

••••••••

Adalia Weber

Abandono el hospital mientras soltaba un suspiro. Acababa de dar otro nuevo pago de lo que quedaba de la cuenta pendiente y hasta ahora solo me quedaban cinco pagos más para porfin acabar todo esto.

Mi periodo se había cortado hace unos días dejándome más relajada. Había vuelto al trabajo para poder juntar nuevamente el dinero.

—Adalia—me llaman

Me volteo a ver encontrándome a Derek a unos cuantos pasos de distancia.

—Derek—le sonrió levemente

—¿Que haces por acá?—inquiere

—Uhm—dudo y me acerco a el—. Visitaba a una amiga que ha dado a luz—miento

—¿Ah sí?

—Si

—¿Y como esta?

—Bien, agotada por su parto pero está bien.

—¿Te diriges a tu piso?

—Si—asiento

—Vamos—hace una seña

Su mano se ubica en la parte central de mi espalda y empezamos a caminar por el aparcamiento hasta que llegamos a su deportivo.

Tomo asiento en el lado del copiloto mientras que Derek se acomodaba tras el volante. Sale del aparcamiento y se adentra a las calles de la ciudad.

—¿Dónde está Blaz?—pregunto

—Esta haciendo unos negocios—responde Derek

—¿Irá está noche al burdel?—pregunto

—Si—asiente y acaricia mi muslo—. Recuerda que está noche te toca bailar

—Lo se—respondo—debo buscar un atuendo para esta noche.

—¿Requieres ayuda?—me mira de reojo

—No—le sonrió y el solo apreta mi muslo.

Minutos después llegamos a mi edificio y miro a Derek que había apagado el motor del deportivo.

—Te veo está noche—le digo

Toma mi nuca y junta nuestros labios en un beso. Muevo mis labios sobre los suyos, su agarre en mi nuca se intensifica con el paso de los segundos y muerde mi labio inferior haciéndome jadear.

Nuestra ReinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora