Adalia Weber
—Ya estoy bien Blaz—digo por tercera vez
—Sigues en reposo ángel, así que vuelve a la cama
—Me aburro—cruzo mis brazos
—Siento no ser de ayuda
Bufo y me giro sobre mis talones para dirigirme a la habitación de Blaz.
Llevaba solo siete días de reposo y realmente los hermanos se habían tomado muy enserio lo de mi reposo ya que no me dejaban hacer absolutamente nada.
Blaz y Derek se turnaban cada día en quedarse conmigo y así no dejarme sola cuando tenían cosas que hacer.
Cuando digo que en verdad se lo tomaron enserio, es porque no miento. Apenas me dejaban levantarme de la cama para ir al baño.
No solo estaba en un reposo si no que tuvieron la grata idea de hacerme tener un pequeño ciclo de abstinencia. Ninguno de los dos me había estado tocando de manera sexual en los siete días que habían pasado haciéndome sentir un poco frustrada. No poder hacer nada y que ellos no me dieran algo de acción en mi día era algo que no me gustaba.
Los primeros tres días del reposo los pase en cama y la mayor parte del día durmiendo, pero desde el cuarto día ya me estaba sintiendo mejor, aunque claro, los hermanos no parecían estar de acuerdo con eso.
Entrando en la habitación de Blaz me senté en el suave colchón y suspiré mientras veía a mi alrededor.
Blaz era el más desordenado de los hermanos, el que definitivamente nunca tenía un orden. Solía tener la ropa desparramada al igual que la mayoría de sus pertenencias. Era un caos hacerle entender que esto era una pocilga y no una habitación.
—Ya sabes cómo es, una pequeña niña terca—Blaz entra sonriendo a la habitación y le doy una mala mirada—. Claro ten—me tiende el teléfono—es Derek
—Hola—saludo cuando me pongo al teléfono
—Hola preciosa, ¿Cómo te encuentras?—pregunta
—Aburrida
—Mhm...
—No veo la necesidad de estar en reposo, ya me siento mejor
—Sufriste un ataque y debes descansar
—Ya descanse lo suficiente—rebato
Derek suspira y yo solo frunzo mis labios.
—Ya hablamos de esto preciosa, ahora pásame a Blaz
—Ten—le entrego el celular a Blaz y el lo recibe
—¿Que?—pregunta Blaz, pude oír la respuesta del otro lado de la línea y Blaz asiente mientras rueda sus ojos—. Ya se que no debo tocarla
—Pues deberías—le digo y solo me mira fijamente
Blaz asiente mientras recibía alguna orden de Derek. Analizó a Blaz fíjatemente. Solo estaba vistiendo de un short bermudas y una camiseta blanca. Su cabello rubio estaba algo desordenado. Sus músculos se podían ver a través de la ligera tela de su camiseta.
No podía negarlo, Blaz era un semejante hombre y solo para mí. Solo mío.
Mientras que Blaz hablaba sumamente concentrado en lo que decía su hermano de la otra linea. Decido jugar un poco.
Me acerco a el y acaricio su entrepierna haciendo que se sobresalte.
—Hey—me señala y sonrió, hay una respuesta del otro lado—. No es nada solo que Adalia está algo traviesa.
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Nuestra Reina
Novela JuvenilLos hermanos Müller, poderosos, intimidantes y ambiciosos. Liderando la Mafia Alemana y todo el legado que había dejado su familia a ellos. Ambos hermanos comparten absolutamente todo y cuando es todo, es porque todo lo comparten. Poder, deseos, n...