Una suave alarma comenzó a retumbar en su cabeza, sintiendo demasiada pesadez en sus ojos al intentar abrirlos, tan sólo pudo hacer el intento de buscar con su mano el dichoso aparato que provocaba este ruido.
Tomó su celular entre sus manos, en un intento nulo de apagar su alarma, pues tan sólo la pospuso para que sonara dentro de 10 minutos.
Recostó su brazo en la cama, aún con el celular en su mano. Miró hacia el techo, tratando de pensar en todo lo que había pasado en su vida. Cada vez estaba más perdido, no sabía que hacer, lo único que sabía era que su único momento de felicidad era mediante alucinógenos, una triste historia de un círculo vicioso del que creía jamás salir. La paz que sentía con esta, más la felicidad y tranquilidad, era una combinación que amaba, pero tan sólo pedía que algún día pudiera llegar a sentir esos sentimientos en la vida real, mientras era consciente.
La alarma volvió a sonar, esto asustó a Sunoo ¿Ya pasaron 10 minutos? Solo había mirado el techo por un rato.
Apagó la alarma, se sentó sobre su cama y miró sus piernas... Las odiaba, no eran bonitas o eso pensaba él, tenía un lunar en su muslo, no le gustaba para nada, lo hacía ver feo... Pero tan sólo era un lunar.
Se levantó de su cama, dirigiéndose al baño. Kim tenía una muy rara costumbre. Cuando es de noche o está muy oscuro, él jamás prende la luz de su baño, en cambio prende la linterna de su celular, dejándolo apoyado sobre el mesón para que ilumine todo el baño de forma sutil y única, para luego poner música desde su mismo celular. Era raro pero le encantaba, es una costumbre que el mismo adoptó para cuando necesitaba de paz, además de que bañarse lo relajaba mucho, más cuando tenia dolor de cabeza. Simplemente era una terapia.
Dió por terminada su sesión de baño, pero ahora tendría que buscar su uniforme, una misión casi imposible, ya que siempre perdía su corbata o su saco.
Cinco minutos antes de salir decidió mirarse al espejo, no lo había hecho desde hace tiempo. Miró su reflejo... Su rostro estaba pálido, sus labios secos, tenía ojeras, sus mejillas estaban regordetas y su cabello... Oh, su cabello, era bastante largo, sin forma y despeinado. Sintió un nudo en su garganta, no podía creer que esa era su apariencia, no podía reconocerse.
Pensó en como intentar arreglarlo, Riki no podía verlo así, porque aunque sabía que jamás se fijaría en él, tenía que estar bonito o por lo menos intentarlo. Añadió un poco de maquillaje en su cara, tratando de dejar ese color tan pálido en su rostro, y delineando muy sutilmente sus ojos con un color café. Miró por última vez su reflejo pero aunque no le gustó la imagen que veía, salió de su departamento.
Caminó por las calles, viendo la mañana muy tranquila. No habían muchos carros ni personas, era algo inusual, pues siempre habían muchos carros a esa hora del día, pero no le importó, era mucho mejor para él, podría pensar sin interrupciones.
Iba bastante temprano a su colegio, eran apenas las 6:36a.m, mientras que la hora de entrada era a las 7:20a.m. Vivía bastante cerca a su colegio, tal vez a unos diez minutos si caminaba a paso normal, así que aprovechó para caminar lo más lento que podía.
Aún pensaba en todas las cosas que vivió o que imaginó vivir, porque aún sus sentimientos por Riki estaban intactos. Quería llegar a su aula, sentarse a su lado y hacer pequeñas bromas con él... Sabía que eso jamás iba a pasar, lo único real fue esa sonrisa que le regaló cuando sin querer tropezó con una mesa... Pero eso le bastaba, sabía que una persona como él, con un rostro no tan atractivo, de estatura promedio, con una vida tan desorganizada, no podría ser amado. Era una lógica tonta, porque en el fondo de su corazón creía que todos debian ser amados... Pero él no.
Caminó y caminó, de forma lenta, tratando de recordar todo lo que había pasado. Tratando de recordar el aroma de cada uno, el brillo de sus ojos y su dulce voz, porque no sólo extrañaba a Riki, extrañaba a los otros 4 chicos. Había sentido una amistad demasiado real, tan real que tenía que ser mentira.
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Drawing | Sunki
FanfictionUna pintura bastará para salvarnos?... 𝘗𝘰𝘳 𝘧𝘢𝘷𝘰𝘳... 𝘌𝘴𝘱𝘦𝘳𝘢𝘮𝘦