Aprender a besar [MoHyo]

Capítulo 3

— ¿Trajeron comida? — Tzuyu fue la primera en recibir a Jihyo y Sana de su pequeña cita.

— Lo siento Tzu, no nos quedó nada. — Jihyo sonrió a modo de disculpa — Pero te compraré lo que quieras para la cena.

— ¡Genial!

Sana le preguntó algo a Tzuyu, y después iniciaron una conversación, Jihyo decidió dejarlas solas y empezó a buscar a Momo.

Aunque tuvo pensamientos de que buscar a Momo era raro, decidió ignorarlos.

Subió las escaleras, con la esperanza de encontrar a la japonesa mayor. No la encontró, hasta que se asomó a la habitación de Nayeon, ahí estaban las dos, Momo dormía en el pecho de Nayeon y esta la abrazaba.

Con todas sus fuerzas trató de alejar cualquier dolor que la escena pudo provocarle, porque no tenía que sentir nada.

Se alejó y buscó consuelo en su propia cama.

— Jihyo compré algunas cervezas, por si quieres.

Jeongyeon miró a su amiga, parecía sumida en sus pensamientos, pero su ceño fruncido revelaba que no eran nada buenos.

— ¿Qué tienes?

— ¿Jeongyeon?, ¿Cuando llegaste?

— Eso no importa, ¿porqué tienes esa cara?

— ¿Cuál cara?

— ¡Pues esa!, solo la pones cuando está pasando algo realmente malo.

— Bueno... digamos que estás en una situación hipotética donde estás besándote con alguien que tiene pareja, ¿qué harías?

Jeongyeon parpadeó varias veces antes de contestar.

— ¿A qué se debe eso?

— Le está pasando a... una amiga.

Jihyo tenía la suficiente confianza de que Jeongyeon no se diera cuenta de que era falso, y que le estaba pasando a ella.

— Supongo que me sentiría culpable, y pararía todo, debe ser feo que te sean infiel.

— ¿Pero qué pasa si no puedes pararlo?, ¿qué pasa si te sientes culpable pero hay algo inexplicable que te hace seguir y seguir?

— Jihyo esto es una tontería, no puedes estar con alguien que tiene pareja, punto.

Asintió ante las duras pero ciertas palabras de su amiga.

— Eso es verdad.

— El amor llega de muchas maneras, pero una infidelidad simplemente es inaceptable, dile a tu amiga que abra los ojos y deje de hacer eso.

— Tienes razón.

— Iré a revisar que hacen Chaeyoung y Dahyun, la última vez quemaron su habitación, nos vemos jyo.

No contestó, su mente ahora estaba en conflicto. Era obvio que Jeongyeon tenía razón, que lo que estaba haciendo estaba mal, pero era una fruta prohibida exquisita.

— Así que llegaste.

Momo estaba en el marco de la puerta, luciendo algo desordenada porque acababa de despertar, pero igual de hermosa.

— Sí, llegué hace unos minutos.

Vió como la japonesa se acercaba y se acostaba en su pecho, tal como la había visto con Nayeon.

— Eso es bueno.

Momo le subió su camisa y acarició el ligeramente marcado abdomen que tenía.

El corazón de Park comenzó a latir más rápido.

— Momo...

— Desde que estábamos en la camioneta no me has vuelto a besar, te recuerdo que tienes clases pendiente.

— Justo ahora podrían vernos.

— Nayeon está dormida, Jeongyeon, Chaeyoung y Dahyun están jugando un juego de mesa y las demás ven una película, no nos verán.

Se sentó en el regazo de Jihyo y juntó sus frentes.

Park quería hacerle caso a Jeongyeon y parar esto, pero cuando sintió los labios de Momo en lo suyos otra vez, no pudo pensar en otra cosa.

Tomó la cintura de la pelinegra, y la besó con ganas. Momo; inexperta, solo se dejó llevar.

Se separaban solo para tomar aire, y volvían a besarse una y otra vez.

Pero Jihyo quería más.

— Te enseñaré a dar besos de lengua.

— Tienes que abrir tu boca durante el beso, yo me encargaré de guiarte.

Sus bocas volvieron a juntarse, y tal como dijo la menor, Momo abrió su boca lentamente.

Park no pudo evitar sonreír, y metió poco a poco su lengua.

Como esperaba, Momo gimió, no lo suficientemente alto como para ser oído por las demás, pero sí para deleitarse.

Momo no se quedó atrás, y empezó a darle lucha a Jihyo, creando un beso húmedo.

La falta de aire volvió a separarlas. Sus labios estaban algo hinchados y rojos.

— Fue bueno.

— Lo fue.

La coreana cambió las posiciones, tumbó a Momo en la cama y volvió a besarla.

Esta vez mordiendo sus labios y lamiendolos. Era un vicio.

Se alejó dando pequeños besos a Momo, y sonriendo por tener a la chica así, debajo de ella y jadeando.

— Te haré perfeccionar todo, pronto podrás dominar los besos también.

— Gracias, creo no me equivoqué de maestra.

Rieron y se levantaron de la cama, sabiendo que era suficiente.

— Me da algo de pánico pensar que las chicas pueden descubrirnos.

— Debemos encontrar algún momento para que me sigas enseñando.

— No tiene que ser fijo, cada que las chicas estén distraídas o salgan podemos continuar, pero hay que tener mucho cuidado.

— Claro, no me gustaría que nadie lo descubriera, menos Nayeon.

— Sé que esto es para que aprendas a besar, pero le estás siendo infiel, Momo.

— Solo quiero aprender, después de eso no haremos nada, será un secreto entre nosotras.

Jihyo sintió un revoltijo en su panza, pero terminó por asentir.

— Bien.