3. Sueños.

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Taehyung se despertó sudando, con la respiración acelerada y el corazón bombeando con fuerza en su pecho.

Se sentó en la cama y repasó lo que acababa de soñar con cuidado. Solo que ese no había sido un sueño común, bueno, no como los que había tenido antes.

Porque de ser común, si era común.

Taehyung solía pensar que los sueños eran en realidad un recordatorio de tu subconsciente expresándote qué en algún lugar podías ser libre, solo eso. Un escenario imaginario en el cuál podías ser feliz cuanto quisieras, por el tiempo que quisieras. Solo que cuando se trataba de algo que ya había pasado en la realidad, cuando repetías eso una vez dormido, ya eso si era jodido.

Porque para ese punto no se trataba más que de Anhelacion.

Anhelabas algo que ya había ocurrido en la realidad, querías que volviese a suceder, extrañabas la sensación que tuviste al hacerlo, querías volver a sentir y entender el porque te habías estancado a tal punto en el que incluso soñabas con ello.

Anhelandolo.

Y justo eso le ocurría a Taehyung.

Había soñado con Jungkook, el pelinegro.

Y no quería que fuese así, no quería anhelar a alguien que apenas y conocía, a alguien que había sido solo por un momento.

Sus manos acariciándolo, bajando lentamente por su abdomen, recorriendo cada centímetro de su piel. El como su respiración golpeaba contra su cuello, orejas e incluso contra su boca cuando comenzaba a acortar la distancia entre ellos.

Recordaba demasiado bien el como su lengua descendía desde su boca, atravesaba su cuello con una lentitud tanto tortuosa como deliciosa dejando un camino húmedo, haciendo estragos con el pobre Taehyung. Recordaba el como lo miró desde abajo con sus pupilas dilatadas y su respiración igual de acelerada que la suya.

- Todavía no olvido que me has ganado - Tae frunció el ceño cuando las imágenes de la noche anterior comenzaron a aparecer en su mente una tras otra -. Y eso no puede quedarse así, solo que por ahora... - dijo con lentitud bajando el cierre de su pantalón -... Deberíamos divertirnos un poco... - luego introdujo su mano dentro del bóxer del castaño y sacó su miembro erecto que con solo el tacto del pelinegro envío una serie de descargas eléctricas a todo su cuerpo -. Solo un poco...

Taehyung se frotó las manos en la cara tratando de despabilarse, no podía permitirse seguir pensando en eso.

Habían pasado horas pero él ya lo estaba recordando incluso en sueños.

Taehyung no era ningún adolescente hormonal (adolescente si, y hormonal también). Ya había tenido sexo con más de un hombre pero no por eso había soñado con alguno después, habían sido solo polvos qué con el paso del viento terminaban desapareciendo...

Con él debía ser igual.

Pero no fue así, con aquel pelinegro todo fue diferente, él aún no lo sabía para ese momento, pero ese guapo pelinegro estaba ocasionando más de una cosa en su interior sin que se diera cuenta siquiera.

Sí, se lo había tirado la noche anterior. Sí, Jungkook estaba bueno y sí, había sido el mejor polvo qué había tenido nunca.

Pero no por todo eso debía repetirlo incluso en sueños.

Lo mejor era olvidar.

El castaño vió fugazmente la hora en el pequeño reloj que descansaba en su mesita de noche y se apresuró a la ducha al notar la hora.

No debía llegar tarde a la universidad por estar pensando tonterías, después de todo le estaba dando demasiada atención a algo que lo más seguro es que no la mereciese.

Nuestro Destino | Kooktae ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora